"Mano especializada" recibe 12 pesos por coser un balón, labor que requiere un día

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Una vecina del barrio Los Tecolotes cose un balónFoto Carlos Ramos Mamahua
Claudia Herrera Beltrán
Enviada
Periódico La Jornada
Viernes 22 de febrero de 2013, p. 3
San Simón Zahuatlán, Oax. Coser sin errores un balón de futbol puede hacer la diferencia entre comer o no en este municipio.
Desde hace dos décadas, la hechura de estos productos marca Futtre y el tejido de sombreros de paja han sido la principal fuente de ingreso de sus habitantes: reciben 12 pesos por cada esférico, que en tienda se vende en 95, y siete por sombrero, cuyo precio final es de 35 pesos.
En su página de Internet Futtre se enorgullece de ser una industria mexicana fundada en 1989 en la Mixteca oaxaqueña que fabrica productos para el futbol amateur con insumos mexicanos de gran calidad y mano de obra especializada.
La obra de mano especializada son los habitantes de este municipio que cosen en sus casas los balones y que por lo delicado de la labor no pueden dejársela a los más pequeños, porque si se equivocan pagan 40 pesos por el material.
Antonio Lucero González, de 26 años, regresa de Huajuapan, donde consiguió corte para confeccionar 10 balones.
–¿Cuántos hace en un día?
–Uno.
–¿Y sombreros?
–Uno. Como está seco no se puede tejer.
–¿Ha buscado otro empleo?
–No hay. En la ciudad a veces hay de albañil.
–¿Y otro tipo de trabajo?
–No hay, necesito papeles. Estudié primero de primaria.
–¿Por qué no siguió estudiando?
–Vivo lejos.
–¿Por qué no va a las ciudades?
–Me da miedo. No sé leer ni escribir.
Enterrados en los cerros de la Mixteca, los habitantes de este pueblo no tienen manera de vivir mejor, con cosechas y educación escasas. Algunos aún se aferran a maquilar aunque reciban ínfimos ingresos, y la mitad (mil 600, según el censo elaborado por la clínica del IMSS-Oportunidades) ha optado por emigrar.
En las vacaciones escolares las casas de Zahuatlán se quedan vacías, porque toda la familia viaja a las ciudades cercanas a vender en las esquinas de las calles dulces, cigarros y lo que pueden.
Cuando el presidente Vicente Fox visitó el municipio en 2003, prometió impulsar proyectos productivos, porque no venimos aquí a descubrir la pobreza, la conocemos bien.
Instalaron una panadería, una rosticería y se dio corte para hacer balones, pero funcionó medio año y se acabó. El recurso que entró se lo comió la gente, no lo reinvirtió; además no tenían mercado para vender los balones, explica Jesús Cariño, médico de la clínica IMSS-Oportunidades.

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