A 35 Años de que Comenzaron a Impulsar Políticas de Ajuste Estructural HAY 6 MILLONES DE JORNALEROS EN POBREZA
Profesor-Investigador  de la Universidad Autónoma Chapingo, 
EL CONTEXTO NACIONAL 
México tiene una superficie total de 196.7 
millones de hectáreas comprendidas en sus 32 entidades federativas (31 
estados y un Distrito Federal). De acuerdo con el Censo de Población y 
Vivienda (INEGI), en 2010 la población total ascendió a 112 336 538 
habitantes, de los cuales el 51% eran mujeres. La mayor parte de la 
población en México es urbana (77%) y la población rural está integrada 
26 millones de personas ( SRA/RAN/IICA, 2012). 
  
LOS TRABAJADORES DEL CAMPO EN MÉXICO 
Partimos de considerar trabajadores del campo
 a todas aquellas personas que realizan alguna actividad económica en 
las comunidades rurales y que están relacionadas con la producción, 
comercialización y transformación de los recursos naturales. Los 
trabajadores del campo comprenden una gama muy amplia de segmentos tales
 como los campesinos, jornaleros, artesanos, trabajadores de los 
servicios. Muchos de estos trabajadores son indígenas. 
La población económicamente activa, esto es, 
los trabajadores con un empleo permanente y relativamente estable están 
constituidos de la manera siguiente: 
Unidades agrícolas (campesinas y empresariales) 2 000 000 
Jornaleros agrícolas 6 000 000 
Las unidades agrícolas antes mencionadas 
están constituidas por unidades campesinas, indígenas y empresariales. 
Esto es, son las personas que poseen o son propietarios de una parcela 
de tierra agropecuaria o forestal. 
Los jornaleros agrícolas en realidad son una 
masa de trabajadores que no disponen de un trabajo fijo en sus lugares 
de origen. Entonces estos trabajadores son mano de obra barata, migrante
 o golondrina que se ubica geográficamente en el centro, sur y sureste 
del país, así como en las áreas serranas tales como la Huasteca, la 
Mixteca, la Sierra Negra de Puebla, la Sierra Madre del Sur, la Sierra 
Madre Occidental, etc. 
Estos datos nos indican una primera forma de 
expulsión de trabajadores de los sectores marginados de la agricultura y
 la sociedad rural mexicana que no hayan ubicación laboral en sus 
comunidades. Podría decirse que constituyen una forma de desempleo 
disfrazado y que lógicamente no aparecen como tales en las cifras 
oficiales. 
LOS TRABAJADORES CAMPESINOS EN MÉXICO 
En México existen actualmente 31 785 núcleos 
agrarios (29 441 ejidos, 2 344 comunidades) y 2058 unidades de 
producción colectiva. México tiene una superficie de 196.7 millones de 
hectáreas, de las cuales el 53% son de los núcleos agrarios, es decir, 
104.251 millones de hectáreas. En estos terrenos de propiedad social se 
albergan grandes riquezas: 80% de los bosques y selvas, 74% de la 
biodiversidad y 66% de los litorales del país. 
La población rural del país está constituida 
por cerca de 26 millones de personas de las cuales 3.1 millones son 
ejidatarios. La población indígena es de alrededor de 4.5 millones de 
personas que pertenecen a 59 etnias agrupados en 2 344 comunidades y 8 
328 núcleos agrarios que poseen el 15.3% de la superficie de México, es 
decir, cerca de 30 millones de hectáreas. Ambos sectores, ejidatarios e 
indígenas, se ubican en los diferentes grupos de trabajadores del campo:
 campesinos, artesanos, jornaleros e incluso algunos son empresarios. 
LOS TRABAJADORES ASALARIADOS EN MÉXICO: 
¿JORNALEROS AGRÍCOLAS O PROLETARIADO AGRÍCOLA? 
La sociedad rural y agrícola mexicana se 
caracteriza en gran medida por conservar formas de vida comunitarias que
 permiten sobrevivir e integrar a una gran cantidad de personas que 
carecen de empleo pero que cumplen funciones específicas dentro de esas 
comunidades pueblerinas. Aquellos que hemos vivido y convivido con 
dichas sociedades somos testigos de la existencia de una gran variedad 
de formas de empleo disfrazado en el ámbito rural. Esta masa de personas
 no aparece en las cifras oficiales como desempleados, pero en realidad 
realizan una gran diversidad de formas de trabajo precario. 
Adicionalmente hay que mencionar los millones
 de migrantes que han nutrido la fuerza laboral de las regiones con 
agricultura empresarial, industria, las zonas marginadas de las ciudades
 y los migrantes hacia Estados Unidos y Canadá principalmente. Las 
cifras de migrantes trasnacionales son estratosféricas y no coinciden 
unas con otras. Sin embargo son ilustrativas y se habla de alrededor de 
dos millones de compatriotas que anualmente migran hacia los países del 
norte. 
Esta migración permanente durante décadas ha 
propiciado el fenómeno de la feminización, el envejecimiento y el 
trabajo infantil, en las áreas rurales de México. Esta situación es 
particularmente aguda en algunas regiones y estados del país tales como 
Zacatecas, Guanajuato, Durango, etc. 
Las causas del desempleo en el sector rural pueden ubicarse en forma histórico-temporal en dos ciclos que son los siguientes: 
Primer ciclo. Está constituido por el proceso
 de modernización de la agricultura mexicana entre 1940 -1970 que 
propició la mecanización del trabajo agrícola, el incremento de la 
productividad en el campo y el crecimiento de la población rural. La 
conjunción de estos procesos tuvo entre otras consecuencias la 
constitución de una gran masa de desempleados que emigraron a las 
ciudades de México principalmente y en segundo lugar hacia Estados 
Unidos. 
Segundo ciclo. Está constituido por la crisis
 de este modelo de desarrollo agrícola y económico a nivel nacional que 
fue reemplazado por el modelo denominado neoliberal o globalizador por 
utilizar los términos actualmente de moda. La conjunción de estos dos 
procesos propició la crisis de rentabilidad del sector agrícola 
agudizando la situación de pobreza y marginación que ya se padecía en 
las sociedades rurales mexicanas. 
Estos procesos propiciaron el desarrollo del 
proletariado agrícola en México constituido por cerca de 6 millones de 
mexicanos que migran a las regiones de agricultura empresarial (Bajío, 
Noroeste, Norte, Noreste) para emplearse en los cultivos rentables de 
hortalizas, oleaginosas, frutales (caducifolios, tropicales, 
subtropicales), caña de azúcar, café y agroindustria. Estos jornaleros 
constituyen el sector más explotado, oprimido y marginado, que sobrevive
 en las peores condiciones del ámbito rural. Viven en barracas, con 
escolaridad escasa o nula, bajísimos salarios, sin servicios de salud, 
padecen desnutrición crónica. Marginados y excluidos de todo progreso y 
desarrollo. 
Hoy vivimos las consecuencias dramáticas y 
graves de todo este rezago y abandono secular del sector rural y 
agrícola de México que han conducido a muchos compatriotas a 
incorporarse a las huestes del narcotráfico y la delincuencia con las 
experiencias amargas que hoy están a la vista de los mexicanos y del 
mundo. El narcotráfico ha constituido otra forma de empleo disfrazado 
que permite sobrevivir a millones de mexicanos en situaciones de riesgo 
extremo. 
La violencia se ha enseñoriado en las 
sociedades rurales de México, no bajo la forma de la protesta social 
sino de la violencia delincuencial. Esta situación es consecuencia 
directa entre otras causas del grave desempleo permanente en que han 
vivido millones de mexicanos en las sociedades rurales durante décadas. 
Adicionalmente el problema de la destrucción 
de los recursos naturales y la naturaleza han sido denunciados desde 
hace aproximadamente media centuria como un proceso que amenaza la 
existencia misma de la humanidad. Sin embargo, esta cuestión es bastante
 más añeja ya que acompaña el surgimiento y desarrollo mismo del ser 
humano pues en general todas las actividades humanas conllevan una dosis
 variable de destrucción de la naturaleza. La Revolución Industrial y su
 compañera la Revolución Agrícola aceleraron dicho proceso destructivo. 
IMPACTO DE LAS POLITICAS DE AJUSTE ESTRUCTURAL Y NAFTA EN LA ECONOMÍA EN MÉXICO 
El NAFTA ha conducido a México a colocarse 
como un país relevante en las cadenas productivas globales de valor, 
como el primer exportador de manufactura de América Latina con casi 60% y
 venderá al exterior diariamente mil millones de dólares, es decir, un 
millón de dólares por minuto. 
Sin embargo, el valor agregado de las 
exportaciones mexicanas no es totalmente de origen mexicano. Se estima 
que por cada dólar que México exporta al mundo, 37% tiene valor agregado
 que proviene de Estados Unidos y 23% de Canadá. 
La entrada en vigor del NAFTA hace 24 años 
constituyo la plataforma para convertir a la economía de México en la 
decimosexta potencia exportadora del mundo, pero no ayudo a abatir la 
pobreza que se vive actualmente en el país. 
Gran parte de la actividad comercial es intra-firma e intra-industria ,
 con un monto realmente reducido de comercio real en bienes y servicios 
producidos por medianas y pequeñas empresas, las cuales generan la mayor
 parte del empleo. 
Las grandes empresas y corporaciones han 
sabido utilizar el marco comercial del NAFTA para integrar sus cadenas 
productivas, pero las pequeñas y medianas empresas continúan en 
desventaja porque no cuentan con la flexibilidad de desplazamiento, la 
capacidad financiera, las redes productivas integradas, o los incentivos
 comerciales rentables con una envergadura continental. 
IMPACTO DE LAS POLITICAS DE AJUSTE ESTRUCTURAL Y NAFTA EN LA AGRICULTURA EN MÉXICO 
El sector hortofrutícola, especialmente el 
jitomate y el aguacate han provechado las ventanas agrícolas. En 1995 no
 podíamos exportar aguacate al mercado de Estados Unidos, al cierre de 
noviembre 2016 México alcanzo la cifra de 319 millones de dólares en la 
exportación de este fruto de acuerdo a las cifras de Banco de México en 
Balanza de Pagos. Otros productos ganadores a 24 años de dicho acuerdo 
son la cerveza, tequila, café sin descafeinar, frambuesas, pepinos, 
pimientos, productos de panadería, galletas dulces, cebollas, sandías, 
alimentos para bebés, espárragos y cigarrillos. El sector automotriz con
 la entrada en vigor del acuerdo comercial entre los tres países, fue de
 los ganadores más representativos. 
Maestro en Ciencias, Sócrates Silverio Galicia
 Fuentes, Profesor-Investigador del Área de Metodología de Investigación
 y Socioeconomía del Departamento de Fitotecnia de la Universidad 
Autónoma Chapingo (UACH) email: 
economiadelostrabajadores2014@yahoo.com.mx  
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