Otro caso de suicidio en Madrid por impago de alquiler de vivienda

Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 27 de noviembre de 2018, p. 30
Madrid. Una mujer de 65 años decidió arrojarse desde el quinto piso de su vivienda en el momento en el que una comisión judicial iba a desalojarla por no pagar el alquiler. En España, desde 2008, cuando comenzó la crisis económica, han proliferado los suicidios por los desahucios, y aunque no hay datos oficiales, las ONG hablan de más de 40 casos desde hace 10 años.
En el céntrico barrio de Chamberí, Alicia se arrojó al vacío cuando una comisión judicial y una patrulla municipal estaban tocando a su puerta para hacer efectiva la orden de expulsión que había dictado un juez. Al no encontrar respuesta, los funcionarios judiciales y la policía escucharon el revuelo que se había generado en la calle Ramiro II, donde quedó tendido el cuerpo de la mujer.
Alicia vivía en ese lugar desde hace cuatro años, pero había dejado de pagar el alquiler, por lo que el dueño del inmueble había presentado una denuncia y finalmente, tras un largo proceso, el juez ordenó su desalojo.
Según la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid (PAHM), la severidad del sistema financiero y de arrendamiento ha provocado un drama humano, sobre todo a raíz de la crisis económica que provocó que miles de familias perdieran sus viviendas.
Según un informe elaborado por la PAHM se producen unos 34 suicidios cada semana en el país y muchos de ellos estarían relacionados con problemas de depresión derivados del terrorismo financiero.
Desde la PAHM se hace hincapié sobre todo en la severidad de la legislación y el incumplimiento sistemático de los líderes y los partidos políticos, que se comprometieron a cambiar las cosas cuando los suicidios por desalojos ocuparon los titulares de prensa a partir de 2012.
Sin embargo, las medidas que se han aprobado no han solucionado el problema de fondo y las ejecuciones por impago de hipoteca o de alquiler siguen superando la cifra de 10 mil año, incluidas las ciudades cuyos gobernantes se comprometieron a acabar con este fenómeno. Un ejemplo es Barcelona, donde la alcaldesa Ada Colau, quien fue vocera del movimiento de afectados por los desalojos, ahora recibe fuertes críticas de sus antiguos compañeros de lucha por su pasividad ante este drama.

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