Donald Trump, socio comercial poco confiable

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mayo 17, 2019 | Por Martín Esparza
Los congresistas mexicanos todavía celebraban la aprobación de la Reforma Laboral, planteada por sus homónimos estadounidenses como requisito para negociar la ratificación del T-MEC, cuando el veleidoso Donald Trump impuso de manera unilateral un arancel del 17.5 por ciento a las importaciones del tomate mexicano, el tercer producto de exportación del agro mexicano y que genera al año unos 400 mil empleos directos y un millón de indirectos, en el país.
Una vez más, México quedó atrapado en el contexto de la guerra comercial que Estados Unidos ha emprendido contra países como China, nación a la que el gobierno norteamericano impuso aranceles del 10 al 25 por ciento a sus productos que ingresan a sus fronteras sobre un monto aproximado de 200 mil millones de dólares. En contraparte, China decidió gravar de la misma forma la importación de mercancías estadounidenses por un total de 60 mil millones de dólares.
Con este proteccionismo que en nada beneficia a los consumidores ni a la economía de la Unión Americana, Donald Trump busca posicionarse entre el electorado de su país con miras a la elección presidencial de noviembre del 2020, no importándole los costos ni el riesgo de romper acuerdos como el firmado en 2015 junto a países como Alemania, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia, para evitar que Irán desarrolle la fabricación de armas nucleares.
Tal y como acontece en naciones como Cuba y Venezuela, tras su llegada a la presidencia Trump impuso inexplicables sanciones económicas a Irán que han llevado a esta nación del medio oriente a una profunda crisis. En respuesta a esta agresión, el gobierno iraní se pronunció por no respetar algunos de los compromisos adquiridos con el acuerdo firmado en 2015, como lo era el limitar sus reservas de agua pesada y uranio enriquecido a un uso exclusivo para aplicaciones pacíficas de la energía atómica.
Trump ha ignorado de forma sistemática las observaciones de Rusia y China e incluso de Gran Bretaña y Francia, en el sentido de que tales sanciones carecen de toda lógica y fomentan un riesgo innecesario a la paz mundial y del medio oriente. Diversos analistas internacionales coinciden que el presidente norteamericano busca con esto crearse enemigos y desafíos internacionales para aparecer, lo mismo que en la imposición de aranceles, como el salvador de la economía, la seguridad y el bienestar del pueblo norteamericano.
En esta anticipada estrategia electoral que está impactando a la economía de todo el mundo, Trump busca, de paso, justificar una eventual invasión militar a Venezuela, país que ha demostrado en repetidas ocasiones la lealtad de su pueblo y su ejército, echando abajo los intentos de golpe de Estado para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro.
Indudable que el presidente norteamericano está creando un escenario a modo para llevar adelante su encubierta reelección y de paso afianzar su control hegemónico en el mundo, razón por la cual los legisladores mexicanos deben asumir una posición firme y exigir a los congresistas estadounidenses y a su gobierno, una definición clara sobre la ratificación del T-MEC, pues, como se aprecia, a Trump lo que le interesa es quedarse por un periodo más en la Casa Blanca. Y el que se haya aprobado la Reforma Laboral en México le tiene sin el menor cuidado.

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