Proseguirá proyecto en Tajamar, pues “no hubo daño ambiental”: Fonatur

Devastación en manglar Tajamar. Foto: Sergio Caballero
Devastación en manglar Tajamar.
Foto: Sergio Caballero
MÉXICO, DF (apro).- Para el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), la destrucción del manglar Tajamar que llevó a cabo la madrugada del pasado 15 de enero con un fuerte respaldo policiaco no representa siquiera un “daño ambiental”, sino un “impacto ambiental”, y la institución planteó que no tiene referencia oficial sobre una afectación específica a alguna especie.
Asimismo, aseveró que los “impactos ambientales” se llevaron a cabo con base en autorizaciones proporcionadas por las autoridades competentes y que la zona del proyecto turístico no se encuentra protegida por la Convención Ramsar –la cual resguarda los humedales–, por lo que el “desarrollo” de la zona continuará.
Ante la lluvia de críticas que enfrenta desde que destruyó el manglar para poner en marcha el proyecto turístico Malecón Tajamar, el Fonatur envió esta tarde a Manuel Mercado Bejar, director del área jurídica, frente a los medios, para justificar las obras que organizaciones ambientalistas calificaron de ecocidio.
Al exponer los argumentos del Fonatur –parte de los cuales ya fueron presentados en un boletín emitido el 22 de enero– el funcionario no dejó de contradecirse.
Primero insistió en que las modificaciones de uso de suelo, así como la urbanización y la venta de los lotes se llevaron a cabo principalmente durante la administración de Felipe Calderón.
Luego planteó que las obras de desmonte y de chapeo resultan de actores privados, con autorizaciones que proporcionó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) durante el sexenio panista; y por lo anterior, cancelar estas obras desembocaría en demandas multimillonarias por parte de los particulares, “que Fonatur hubiera tenido que pagar con dinero de los contribuyentes”.
Y, tras desmarcar a la administración actual de las eventuales críticas, subrayó que el proyecto turístico tendrá “grandes beneficios económicos, sociales y ambientales” en la región, lo que sostuvo con cifras muy precisas: anticipó una derrama económico de 11 mil 563 millones de pesos, con la creación de 5 mil 166 empleos directos y 10 mil 332 indirectos. Ni más, ni menos.
Asimismo, afirmó que el proyecto Malecón Tajamar incrementará la inversión inmobiliaria en la zona, permitirá la entrada de divisas por la llegada de inversionistas extranjeros y elevará la afluencia de turistas nacionales y extranjeros. Informó que “ya se obtuvieron 2 mil 40 millones de pesos en ventas” asociadas con el proyecto.
Ante la insistencia de los reporteros, Mercado soltó: “Reitero: jamás ha hablado Fonatur de un daño (ambiental), ha hablado de un impacto”.
Asimismo, Mercado arremetió contra las denuncias –sustentadas en fotografías– de las organizaciones ambientalistas quintanarroenses, según las cuales el Fonatur destruyó el manglar con flora y fauna, pues aseveró que entre el 10 y el 14 de enero la institución rescató cocodrilos, iguanas y flora silvestre de la zona, a los que reubicó en otra área natural protegida y en un vivero temporal, respectivamente.
Mercado insistió en que el Fonatur actuó con apego a sus protocolos ambientales, los cuales implican el rescate de flora y fauna de la zona. El funcionario confesó que la entrada de maquinaria y del contingente policiaco por la madrugada en el manglar no forma parte del protocolo mencionado.
Admitió que en cinco ocasiones organizaciones ambientalistas bloquearon obras de desmonte en la zona y afirmó que, “para evitar la confrontación, se hizo esta circunstancia de operación del desmonte”. Los permisos de construcción vencerán el próximo 8 de febrero.
El Fonatur aseveró que aportó mucho a Cancún en materia ambiental, pues opera tres plantas de tratamiento de aguas residuales, cambió los focos de los luminares del bulevar Kukulcán por tecnología led, mantuvo áreas verdes en la ciudad y controló los residuos sólidos urbanos.
De mismo modo, Mercado insistió en que Fonatur “donó” un predio de 107 hectáreas potencialmente comercializables al municipio Benito Juárez para el desarrollo de un “parque ecológico urbano”, con uso de suelo de “conservación ecológica”.

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