EL ORIGEN DEL DÍA DEL TRABAJO EN MÉXICO


Secretario de Prensa del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear
y colaborador voluntario de Frecuencia Laboral,
Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com
Misma fecha, distintas condiciones
Desde que en 1886 se reprimió a los huelguistas que reclamaban la jornada laboral de 8 horas y se llevó a juicio a sus dirigentes. El primero de mayo se convirtió en ocasión para manifestar las demandas de los trabajadores, para hacer un recuento de lo logrado y para avanzar en la construcción de la unidad obrera.
En México, en 1892, 1912 y 1913 se realizaron las primeras jornadas de lucha en esa fecha y pasó a formar parte también del calendario de lucha de los trabajadores. A lo largo de más de un siglo, el primero de mayo ha sido ocasión para manifestar la posición de los trabajadores ante el poder económico y político, es decir, ante los patrones y ante el gobierno.
Aunque aún hay quienes hablan del primero de mayo como de una fiesta del trabajo y durante un tiempo se convirtió en acto de sometimiento al gobierno en turno, lo cierto es que los actos realizados en esa fecha han sido marcados por el grado de organización y lucha de los trabajadores. Recordemos tres momentos del primero de mayo: sus primeras conmemoraciones en Chihuahua y la Ciudad de México entre 1892 y 1913, la represión del alemanismo en 1952 y su recuperación como acto independiente de los trabajadores a fines de los noventa del siglo pasado.
Las primeras conmemoraciones en México del primero de mayo
Narra Rafael Carrillo Aspeitia (1) que en 1892, apenas 2 años después de que la Segunda Internacional decidió que el primero de mayo sería una jornada internacional de lucha, en la ciudad de Chihuahua, las sociedades Cooperativa Mutualista de Obreros, Obrera del Orden y Benito Juárez, convocaron actividades que combinaron música, discursos y marchas entre las oficinas de las sociedades convocantes. Contaron con el apoyo de la autoridad militar que incluso les facilitó una banda y facilidades de las civiles.
El periódico El Norte publicó “informamos con gusto, la noticia de la fiesta organizada por tres sociedades de obreros, tres organizaciones verdaderamente simpáticas, compuestas de una clase activa, honrada y trabajadora”.
En 1912, un grupo encabezado por Pablo Zierold, un emigrado alemán que venía huyendo de la persecución del "Canciller de Hierro" Otto Von Bismarck, y que editaba el periódico El Socialista, se reunió el primero de mayo en el Hemiciclo a Juárez, con una decena de simpatizantes, de donde marcharon ante el asombro de los transeúntes hacia el Zócalo con un pequeño cartel alusivo a la conmemoración.
Fue sin embargo en 1913, cuando, a sugerencia de la Casa del Obrero Mundial , se realizó un acto obrero de masas el primero de mayo, una auténtica jornada de lucha obrera (2).
Recuerda Rosendo Salazar, en su libro Las pugnas de la gleba que al acercarse el primero de mayo de 1913, Huerta oprimía al pueblo con tenazas candentes y los proletarios se preparaban para conmemorar dignamente por primera vez, en México, los acontecimientos de Chicago.
"Los gremios reunidos en la  Casa del Obrero Mundial  prepararon la manifestación más solemne, más numerosa, más atrevida y más consciente que recordara la historia, dice Salazar. Desde temprano, los  Mundiales  desplegaron como bandera que va al encuentro de la victoria, un rótulo que decía:  La Casa del Obrero Mundial exige la jornada diaria de ocho horas y el descanso dominical Atrás, los gremios de Carpinteros, Sociedad Mutualista de Auxilios Amistad y Progreso, Sociedad Benemérita del Ramo de Sastrería, Centro Cosmopolita de Dependientes, Obreros de las Fábricas de Fósforos y Cerillos, Obreros Ferrocarrileros de la División Estado de Hidalgo, Operarios de la Impresora del Timbre, Benemérita Sociedad Minerva de Tejedores, Sociedad Instructiva y Recreativa Guillermo de Landa y Escandón, Obreros de la Linera, S. Esperanza, Ramo de Zapatería, Obreros de la Fábrica El Salvador, Sociedad Verdad y Trabajo, Sociedad Mutua de Señoras Tesoro del Hogar, Círculo Patriótico El Centenario de la Independencia, Sociedad Mutua El Inmortal Morelos, Operarios de los Talleres Valentín Elcoro, Partido Socialista de México, Sociedad Alianza, Obreros Nueva Industria, Unión de Canteros, Sociedad Empleados Libres, Sindicato de Tejedores del D. F., Sociedad Mutua de Carpinteros Ignacio M. Altamirano, Sociedad Caja de Ahorros, Gran Liga Obrera, Gran Liga Nacional de Sastres, obreros de la Carolina, Centro Cosmopolita de Dependientes, 5o. Comité del Partido Popular Obrero, Sociedad Auxilio, Sociedad Jóvenes Obreros y varias bandas de música. Al frente de la manifestación iban los jóvenes de la Escuela Industrial de Huérfanos."
La manifestación partió rumbo al centro de la ciudad a eso de las once horas. Los cálculos van de veinte a veinticinco mil trabajadores, entre mujeres y hombres. La misma prensa burguesa dijo después, que según informes cablegráficos recibidos de Francia, España, Italia, Inglaterra y otras regiones, la manifestación llevada a cabo por los obreros de México, había superado a la que, con igual motivo del día primero de mayo, recorrió las calles de Londres.
Los proletarios manifestantes llenaban muchas calles. Decían:  ¡Queremos el descanso dominical!   ¡Exigimos la jornada diaria de ocho horas!  Se marchó por las principales arterias citadinas en una contundente demostración de organización y lucha obrera.
Epigmenio H. Ocampo y Jacinto Huitrón, dirigieron la palabra al pueblo en el Hemiciclo a Juárez, juntamente con Antonio Díaz Soto y Gama y Rafael Pérez Taylor. José Colado hizo entrega de un memorial de peticiones a una comisión de diputados representada por Heriberto Jara.
Los niños de la Escuela Industrial de Huérfanos tributaron su homenaje, al unísono de los trabajadores, a Jesús García, que salvó al pueblo de Nacozari de la destrucción, llevándose a cabo dicha ofrenda en la plaza que lleva el nombre del bravo ferrocarrilero Jesús García, Héroe de Nacozari  ( Plazuela de Santa Catarina ). En el Teatro  Xicoténcatl, el parque Balbuena (hoy Venustiano Carranza), así como en el Tívoli del Elíseo, se efectuaron otras ceremonias.
Jacinto Huitrón, también recuerda el acto, en su libro   Orígenes e historia del movimiento obrero en México , donde señala que para la organización del mismo, se emitieron estampillas de a cinco centavos para cubrir los gastos. Eran de fondo rojo y letras negras, que decían  Sindicalismo Radical Reformista  entre alegorías del trabajo, el gorro frigio y dos banderas rojas, con palmas de laurel en la base.
Había un gran cartel se decía:  Ni odio de razas ni división de credos. Para el trabajador no hay más patria que el mundo ni más religión que la justicia social .
Al final se cantaron los himnos obrero-internacionales. En esa fecha se transformaron las uniones de resistencia en organización sindical. Esas festividades tan importantes, tanto por la época en que se efectuaron como por sus resultados, hicieron surgir las principales conquistas en que está basado el movimiento obrero de México de 1912 a 1917.
A su vez, Luis Araiza en Historia del movimiento obrero mexicano, narra que la Casa del Obrero Mundial  desde su nuevo y flamante domicilio en  Estanco de Hombres , se dedicó con toda actividad, a la organización de los actos del Primero de Mayo consistentes en la Manifestación pública por la mañana y la Solemne Velada que por la noche tuvo lugar en el Teatro  Xicoténcatl .
En las primeras horas de ese Primero de Mayo, los industriales se encontraron con la novedad, de que en sus fábricas y talleres, los obreros no concurrieron a sus labores habituales. En la Plaza de Armas, precisamente frente al Palacio Nacional, desde las ocho de la mañana, en numerosos grupos, principiaron a llegar fuertes núcleos obreros, los que paulatinamente se organizaron en columna para conmemorar por primera vez en México el Primero de Mayo de tal manera.
La comisión organizadora, llevó un documento elaborado previamente, con las peticiones de los trabajadores para entregar a la Cámara de Diputados.
A las doce del día llegó la manifestación al recinto parlamentario, la Comisión hizo acto de presencia en el Salón Verde, donde se encontraba reunido y sesionando el  Bloque Renovador , una comisión en representación del referido  Bloque  salió a la escalinata y aparecieron los Diputados Gerzayn Ugarte y Serapio Rendón, a quienes se les hizo entrega del memorándum de la  Casa del Obrero Mundial , pidiendo la reglamentación por Ley de la Jornada de Ocho Horas de Trabajo como máxima, la vigencia de una Ley sobre indemnizaciones por pago en accidentes de trabajo y el reconocimiento obligatorio para los patrones de la personalidad de los Directivos de las Uniones y Sindicatos de los trabajadores, José Colado, portavoz de la  Casa del Obrero Mundial , fue el encargado de enunciar en su brillante discurso el anhelo de los obreros Mexicanos.
El diputado Serapio Rendón, en forma por demás elocuente contestó el discurso ofreciendo luchar en las Cámaras por la implantación de la Ley que anhelaban los trabajadores.
De relevante significación para los trabajadores de México, fueron los actos del Primero de Mayo de 1913, en que llevaron por delante la bandera roja y negra, emblema y símbolo de su lucha y aspiraciones; cabe repetir, que en este histórico Primero de Mayo, se conoció por vez primera en la República Mexicana, esta bandera, que marchando a los acordes marciales de las bandas de música, ondeaba en un cielo azul, en el aire cristalino de un día de luz nítida, clara y transparente.
1952: Represión anticomunista
Después del ascenso del movimiento obrero que logró la unificación sindical en una gran central, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) vino el reflujo y la contraofensiva del capital. Ante las desviaciones de la CTM del proyecto original, los sindicatos de industria la abandonaron. El grupo de los cinco lobitos, con Fidel Velázquez al frente se hizo del control de la central sindical y hubo una ola de expulsiones de los sindicatos. Los intentos de reorganización desde la izquierda del sindicalismo fueron atacados y, con la imposición de Jesús Díaz de León (a) El Charro en el sindicato ferrocarrilero en 1948, quedó abierta la era del moderno charrismo sindical en México. La CTM nombró al presidente Miguel Alemán, el primer obrero de la patria.
A pesar de todo, quedaban importantes núcleos comunistas en muchos sindicatos, organizados sobre todo por el Partido Comunista Mexicano y el Partido Obrero-Campesino Mexicano. En estas condiciones, se produjo una agresión fascista el Primero de Mayo de 1952 contra los contingentes comunistas que se habían concentrado en la calle Ángela Peralta, a un costado del Palacio de Bellas Artes, con la intención de participar en la marcha de ese día, reivindicando las banderas proletarias.
Un grupo, conocido como los dorados o camisas doradas, atacó a balazos a los manifestantes. Cayeron Luis Morales Jiménez, estudiante del Instituto Politécnico Nacional y militante de la Juventud Comunista de México y el trabajador Lucio Arciniega Gómez, quien murió en el hospital en que era atendido. Fue herido de gravedad el obrero sin partido José García Diego. Los atacantes eran integrantes de Acción Revolucionaria Mexicanista, grupo fascista en el que participaban pistoleros ligados al ejército y paramilitares.
Se presentaron cientos de granaderos, no para defender a los trabajadores que repelían el ataque, sino para permitir el escape de los camisas doradas y aprehender a cuantos manifestantes obreros pudieron. Se detuvo momentáneamente a Dionisio Encina, secretario general del PCM y se giraron órdenes de aprehensión contra David Alfaro Siqueiros y otros cuadros comunistas.
Los obreros detenidos en esa jornada represiva fueron enviados a la Cárcel Preventiva del entonces Distrito Federal (DF), hoy Ciudad de México, conocida como el Palacio Negro de Lecumberri, acusados del delito de disolución social.
Los nuevos presos políticos eran: Armando Rivera Navarrete, telefonista; Luis Hernández Ortiz, empleado restaurantero; José Torres Lázaro, refresquero; Mario Martínez Flores, celista de la Orquesta Sinfónica Nacional; Manuel y Salvador Mares Ramírez, trabajadores cetemistas; Antonio Molina Cázares, miembro de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos; Eduardo Peña Martínez, socio de la CROC; José Salazar Hernández, trabajador cetemista; Salvador Salcedo Cisneros, menor de edad; Manuel Díaz Arzabe, cuadro profesional del PCM; Carlos Sánchez Cárdenas, dirigente del POCM, y Mario Héctor Rivera Ortiz, secretario general de la Juventud Comunista, nos recuerda Gerardo Peláez Ramos en Primero de mayo de 1952: Represión anticomunista (3) .
La represión fascista se dio en el marco de la campaña electoral por la Presidencia de la República, para la que se buscaba usar a la clase obrera para legitimar al naciente Partido Revolucionario Institucional y en el plano internacional en medio de una ola de atentados contra líderes comunistas en Italia, Bélgica, Cuba, Argentina, Japón y otros países, y detenciones y juicios penales contra los partidos comunistas en Estados Unidos, Francia, Chile y otras naciones.
Ambos partidos, PCM y POCM, quedaron reducidos en lo fundamental, a su base campesina y magisterial.
1995-1999. El inicio de la recuperación del primero de mayo
Después del movimiento estudiantil de 1968, la insurgencia obrera de los setentas y el despertar ciudadano de 1985 y 1988, el descontento y la organización fueron creciendo. Para 1994, año de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio y el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas, la descomposición del priismo quedaba de manifiesto con el asesinato de altos dirigentes del PRI, incluido su candidato presidencial.
Iniciado el gobierno de Ernesto Zedillo, luego con unas elecciones presidenciales muy cuestionadas, sobrevino una crisis económica, social y política, a la que se respondió con la profundización del plan neoliberal de sus antecesores. Esta fue de tal magnitud que incluso encontró una tímida oposición entre los dirigentes sindicales oficiales.
Al acercarse el primero de mayo, era claro que el descontento se podría expresar ese día sin control, por lo que Fidel Velázquez, el casi centenario dirigente de la CTM, anunció la suspensión del tradicional desfile del primero de mayo. Después de haber convertido durante décadas los actos del primero de mayo en ocasiones para agradecer al presidente de la república en turno, ante la posibilidad de que el descontento se expresara en toda su magnitud, los charros prefirieron cancelar el acto.
En los años previos, el sindicalismo democrático se manifestaba en medio de cercos militares y represión. Aunque en las columnas oficiales siempre hubo contingentes con posiciones de lucha, como electricistas, nucleares, grupos del sector salud y otros, el férreo control de charros y gobierno impedía hacerlo plenamente.
Ante la suspensión del acto charro, varias corrientes y organizaciones sindicales democráticas y disidentes, convocaron a una manifestación libre ese primero de mayo. La respuesta superó las expectativas. Entre 200 y 300 mil asistentes la manifestación de la Ciudad de México. Quedó demostrado que, al contrario de lo que decían ideólogos de la derecha, la lucha obrera era vigente. Las corrientes sindicales que hacía años expresaban posiciones distintas al charrismo, ese día se vieron fortalecidas.
Se abrió un proceso de reorganización y confluencia. Ese día y los años siguientes, confluyeron organizaciones y corrientes lo mismo las que tenían décadas luchando, como aquellas que recién rompían con el charrismo. No faltaron las diferencias.
Surgieron organizaciones como el Foro el Sindicalismo Ante la Nación, la Unión Nacional de Trabajadores, el Frente Sindical Mexicano, el Frente Nacional de Resistencia Contra la Privatización de la Industria Eléctrica, la Coordinadora Intersindical Primero de Mayo, la Convención Nacional de Trabajadores. El charrismo no cayó ese día como algunos esperaban, pues no se contaba con la organización y la fuerza para construir una alternativa distinta que dejara atrás al sindicalismo corporativo, pero se avanzó.
En 1999, decenas, muchas decenas de miles de trabajadores, se manifestaron. Pilotos aviadores, sobrecargos, tranviarios, trabajadores del IMSS, nucleares, el FAT, telefonistas, técnicos y manuales de la producción cinematográfica, universitarios, campesinos de la CIOAC y muchos etcéteras, es decir la UNT, marcharon desde la Plaza de la República, por Paseo de la Reforma, Avenida Hidalgo, Lázaro Cárdenas y Cinco de Mayo hasta el Zócalo.
Desde Antonio Caso, Avenida Juárez y Madero, avanzaron los contingentes del Frente Sindical Mexicano, encabezados por el Sindicato Mexicano de Electricistas. Desde el Hemiciclo a los Niños Héroes y a lo largo de Paseo de la Reforma, los contingentes de la Coordinadora Intersindical Primero de Mayo, el Movimiento Proletario Independiente, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios y de Educación Superior, contingentes del movimiento popular como el Frente Popular Francisco Villa, hicieron lo propio.
Estudiantes tanto huelguistas de la UNAM como del IPN y de la UAM se acomodaron entre las distintas columnas. Un lugar destacado lo ocupó la delegación que desde el sureste envió el Ejército zapatista de Liberación Nacional. Se logró la unidad, al menos para la marcha (4).
1892, 1913, 1952, 1995, 1999. Primeros de mayo en México que está prohibido olvidar.

(1) Rafael Carrillo Azpéitia, Ensayo sobre la historia del movimiento obrero mexicano, 1823-1912, 1a ed., México: Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero Mexicano, 1981

(3) Gerardo Peláez Ramos, Primero de mayo de 1952: Represión anticomunista, https://www.lahaine.org/mundo.php/primero-de-mayo-de-1952-represion-antico
(4) Carlos Guillén,Sergio G. Sánchez. El primero de Mayo de 1999: O una golondrina no hace verano , en http://www.elcotidianoenlinea.com.mx/numeros.asp?edi=96 

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