Desafortunadamente, tardarán dos años los beneficios de la reforma: Joaquín Coldwell

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Emilio Gamboa, Pedro Joaquín Coldwell, Jesús Murillo, Salvador Cienfuegos, Francisco Soberón, César Camacho, Ricardo Anaya, Claudia Ruiz, Carlos Ramírez y Emilio Lozoya, entre otros funcionarios y políticos que acudieron al acto de promulgación de la reforma energética, en Palacio NacionalFoto Francisco Olvera
Roberto Garduño y Andrea Becerril
 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de diciembre de 2013, p. 4 

La reforma energética reactivará el crecimiento económico del Estado, y de ninguna forma contempla privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electrcidad (CFE), sostuvo el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.
El funcionario aseguró que el modelo regulatorio en materia energética se encuentra agotado, y eso significaba poner en peligro la seguridad energética del país.
Negó que el gobierno de Enrique Peña Nieto defienda intereses empresariales ligados al sector energético. Lo que vi fue un presidente que reflexionó de fondo la decisión del cambio energético, pensando en el interés nacional y sin ningún propósito de favorecer a algún grupo de poder empresarial, indicó.
En entrevista, adujo que la reforma es un paso muy importante para reactivar el crecimiento económico del Estado, para que México pueda comenzar a explotar yacimientos a los que no hemos podido llegar por falta de capital y tecnología, y esto va a incrementar los ingresos petroleros del país, con mayor generación de empleos y obviamente con mayores recursos que se podrán invertir en obras de infraestructura.
–¿No es una reforma desnacionalizadora o privatizadora?
–No, porque no se vende Pemex ni la CFE, ni se permite la incorporación de capital privado a sus activos ni al capital social. Se transforman en empresas productivas, cien por ciento propiedad del Estado, y los nuevos modelos regulatorios de explotación de hidrocarburos y de operación, así como el eléctrico nacional van estar bajo estricto control del Estado. Se preserva la rectoría del Estado sobre los recursos petroleros –añadió.
–Usted comentaba que le satisfacía esta reforma…
–El modelo regulatorio antiguo se agotó, y estamos produciendo rendimientos decrecientes; estaba en peligro la seguridad energética del país. México se estaba convirtiendo aceleradamente en un país importador de energéticos y, en consecuencia, dependiente de otros países. Cada vez importamos más gasolinas y gas de otras naciones.
–Es una reforma controvertida y rechazada por un importante sector de la población. Como respuesta a eso, ¿cuándo se comenzarán a observar cambios en la economía del país y beneficios en los bolsillos de la mayoría de los ciudadanos?
–El tema de los energéticos en México tiene una gran carga ideológica, despierta puntos de vista encontrados. Pensamos que a partir de que haya leyes reglamentarias, son las que van a permitir implementar la reforma. Desafortunadamente en dos años comenzarán a conocerse los beneficios concretos, que se van a ver reflejados en mayor número de empleos, reducción en las tarifas de gas y electricidad más accesibles y más competitivas.
–Se acusa que el gobierno de Peña Nieto obedece a intereses de sectores empresariales, ¿cómo demostrar lo contrario?
–Yo lo que vi es un presidente que reflexionó a fondo la decisión del cambio energético, y cuando la tomó lo hizo pensando en los intereses nacionales, en México, en los mexicanos de hoy y de mañana, pero sobre todo en las nuevas generaciones. No había ningún propósito de favorecer a ningún grupo empresarial ni particular. Más bien era encontrar, a través de un nuevo modelo regulatorio, energía más abundante y a mejor costo, que puede impulsar la economía y afianzar la seguridad energética de la nación.”

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