Residente da voz a madres de los 43 de Ayotzinapa en el Auditorio


Residente en el Auditorio Nacional. Foto: Lulú Urdapilleta
Residente en el Auditorio Nacional. Foto: Lulú Urdapilleta

PROCESO 

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- El cantante puertorriqueño Residente se presentó anoche como solista en el Auditorio Nacional con una banda renovada, donde mantuvo su carácter contestatario al apoyar la protesta del caso Ayotzinapa.
“¡Ni un voto al PRI, ni un voto al PRI”, corearon las 10 mil almas congregadas en el acto homenaje que prendió los ánimos tanto como la propia tocada musical, con un sonido bajo reverberando decibeles muy elevados.
Y es que casi a la mitad del show, Residente invitó al escenario a tres madres de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos y a quienes dejó expresarse libremente con diversas consignas, desde las que iban contra el presidente de México, Enrique Peña Nieto, así como aquellas que acusaban al supuesto culpable: “¡Fue el Estado!”.
–Yo no diré nada… –dijo René Pérez, mejor conocido como Residente antes del tema Latinoamérica, dando voz directamente a los familiares guerrerenses, cuyo acto enmarcó al concierto con el que dio inicio a su gira mundial, mientras se escuchaba al unísono:
“¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.
Una aceptación generalizada de los fans impregnó al recinto de Avenida Reforma donde no cupo un alfiler más, público que disfrutó de una fusión sonora con dosis de ritmos latinos, desde las 20:20 horas que arrancó la tocada.
Un extenso recorrido musical ofreció Residente, desde lo más reciente como su sencillo Somos Anormales y que le da paso a su carrera en solitario, así como los clásicos que lo dieron a conocer en la célebre banda Calle 13.
Durante la presentación, en distintos momentos el boricua ostentó de una incesante crítica política, denunciando situaciones como la guerra, la pobreza y las injusticias sociales en el mundo entero; pero destacando que las nuevas generaciones “deben estudiar, por un mejor futuro”.
Así llegó el manantial de rolas con Baile de pobres, El aguante, Calma pueblo, Dagombas en Tamale, Adentro, Atrévete-te-te, Cumbia de los aburridos, La Sombra y Guerra, repertorio intenso en una velada de cerca de dos horas de continuo derroche de energía, con el vocalista agradeciendo la pasión, el calor humano y la sensación de “sudor” que irradiaban sus espectadores.
Fiesta de Locos encendió aún más la locura en un jolgorio donde el público no paró de bailar y brincar, para continuar con Milo y Apocalíptico, misma con la que se despedía el cantautor ante una fanaticada que no lo dejaba ir. Entonces, concedió unas cuantas más: La vuelta al mundo, Hijos del cañaveral y El futuro es nuestro.
El cerrojazo llegó finalmente con No hay nadie como tú y Vamos a portarnos mal, estallido de una pachanga donde se logró ver volar sostenes y playeras, al tiempo que se miraban torsos femeninos desnudos en distintas áreas, entre baile y brinqueteo por las butacas, terminando la tremenda parranda en el que feliz, la banda del Auditorio se rindió a Residente al caer el telón rumbo a la medianoche sabatina.
(Crónica solicitada a César Muñoz Valdez para proceso.com.mx)

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