Reunión Peña-Trump: los mexicanos estamos solos

Trump y Peña en Los Pinos. Foto: Octavio Gómez
Trump y Peña en Los Pinos. Foto: Octavio Gómez
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Este miércoles 31, Donald Trump –hombre que desprecia a México– acudió a Los Pinos a dialogar con el presidente Enrique Peña Nieto, quien lo invitó porque el estadunidense es el candidato republicano a la Presidencia de aquel país. Desde que se anunció, la visita fue repudiada por miles de mexicanos, y el resultado fue mucho peor de lo que se temía. He aquí algunos de los problemas que implica haber realizado ese encuentro.
–FUE INÚTIL. Es muy importante conocer a los candidatos a la presidencia del país más importante para México, pero para obtener este conocimiento no era imprescindible invitar a Trump: él ha sido clarísimo en sus intenciones respecto de México.
–CREA UN ABANICO DE PROBLEMAS. No sólo no soluciona problemas bilaterales, sino que crea muchos más, en el frente nacional e internacional: ¿no bastaban el escándalo de plagio, el de Alfredo Castillo, la crisis económica?
–AUMENTA EL “MAL HUMOR SOCIAL”. ¿Qué puede crear una sociedad cada vez más enojada?
–DEBILITA LA DIPLOMACIA Y CREA OTRO PRECEDENTE DE SUMISIÓN. Desde hace un año, al menos, México debería estar cabildeando y creando campañas para enfrentarse a Trump con todo: la supervivencia del país está en riesgo, pues el republicano ha amenazado con guerra. En vez de eso, la visita crea un precedente de sometimiento desde la cúspide del Poder Ejecutivo mexicano.
–BENEFICIÓ A TRUMP. De nuevo: por los planes y declaraciones de Trump, está en el interés legítimo de México que el republicano pierda las elecciones de noviembre próximo. Y qué paradójico: para Trump, su visita a Los Pinos fue un acto más de campaña, del que salió muy bien librado y en el que dio una imagen “presidencial”.
–HUMILLA A MÉXICO. Es profundamente indigno que el mayor opositor a México reafirme en Los Pinos que edificará el muro fronterizo, que ya se platicará después quién lo paga, y que Peña Nieto no responda nada al respecto.
–AFRENTA EL PRESTIGIO DEL PAÍS. El mandatario colocó a México en una situación en la que el país tenía todo que perder y nada que ganar. Análisis costo-beneficio: ¿cuál habría sido el mejor escenario y qué nos habría dejado?, ¿y cuál el peor? ¿Valía la pena siquiera tomar el riesgo?
–FOMENTÓ LA ASIMETRÍA. Como ironiza Gerardo Galarza, director editorial adjunto de Excélsior: ¿Obama ya invitó a Andrés Manuel López Obrador y a Margarita Zavala a la Casa Blanca?
–MARCA EL TONO DEL VÍNCULO POR VENIR. El presidente considera que al sur del Bravo hubo “malinterpretaciones” en lo dicho por Trump. ¿Somos de nuevo los mexicanos los culpables de no entender la realidad…?
–DEBILITA LA INSTITUCIÓN PRESIDENCIAL. En un momento en el que México requiere instituciones muy eficientes, la cabeza ejecutiva del país se da un balazo en el pie, algo que para los opositores puede ser motivo de alegría, pero que no daña sólo al ser humano llamado Enrique Peña Nieto, sino a toda la nación. Esas son las consecuencias de que un presidente se ponga en una situación de igualdad con un candidato extranjero.
–MUESTRA LA SUMISIÓN Y DEBILIDAD DE PEÑA. De facto, Peña Nieto “disculpó” a Trump: no le recriminó su actitud, sólo dijo que los mexicanos esperaban respeto, y dejó que Trump lo “pastoreara” (dejarse poner la mano en la espalda, para ser guiado, a la hora de entrar o salir de un lugar). Forma es fondo.
–REVELA QUIÉN ESTÁ DE PARTE DE LOS CIUDADANOS MEXICANOS. Nadie. Como dijo en sus redes sociales Daniel Moreno, director de Animal Político, la rueda de prensa reveló que estamos solos.

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