No hay privatización

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En su mensaje con motivo del Día del Maestro, en un acto celebrado en Los Pinos, el presidente Enrique Peña Nieto afirmó que la reforma educativa está en favor de los maestros de México, porque les da certeza y garantía en el cumplimiento de su misión social, y sostuvo que la educación no se privatiza ni se concesionaFoto Presidencia
Rosa Elvira Vargas y José Antonio Román
 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de mayo de 2013, p. 2
Con el compromiso del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de aceptar la reforma educativa, porque fueron sus principales promotores, el presidente Enrique Peña Nieto dijo estar estimulado y comprometido para continuar los cambios en el sistema de enseñanza. Reafirmó el carácter obligatorio, laico y gratuito de la instrucción impartida por el Estado, y anunció reformas a las leyes General de Educación y del Servicio Profesional Docente, así como a la del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, porque el país necesita a sus profesores y la enseñanza de calidad no puede seguir siendo privilegio de unos cuantos, puntualizó.
Que nadie pretenda confundir a la sociedad. La educación no se privatiza ni se concesiona. La educación es y seguirá siendo una función pública irrenunciable del Estado mexicano, enfatizó el Presidente durante la celebración del Día del Maestro en la residencia oficial de Los Pinos.
Fue un acto de protocolo, suave y sin sobresaltos, con un desayuno frugal, la cancelación de un timbre postal, la entrega de ocho reconocimientos a docentes y tres discursos. Al final, con los maestros vistiendo sus mejores galas para la ocasión, muchos se acercaron a saludar al jefe del Ejecutivo y pedirle que se fotografiara con ellos. Esto ocurrió en la explanada Francisco I. Madero de la residencia presidencial. No intervino el titular de la Secretaría de Educación Pública, Emilio Chuayffet.
A casi tres meses del encarcelamiento de la ex lideresa vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, los sindicalistas apenas si dieron a ese hecho la categoría de coyuntura; en tanto, Peña Nieto omitió cualquier referencia no sólo a ella sino prácticamente a toda la organización gremial.
Defendió el sentido de la reforma educativa y se manifestó muy enfático para enviar un mensaje de estabilidad en el empleo a los docentes. Sus derechos, dijo, están a salvo; la reforma busca darles incentivos de superación, dignificar su labor y brindarles certidumbre en el trabajo.
Ofreció una evaluación justa, integral y técnicamente sólida, y dijo que se reconocerán las dificultades y condiciones en las que laboran, y su trayectoria no estará sujeta a criterios discrecionales.
La evaluación no busca perjudicar a nadie. No pretende exhibir ni culpar a los maestros por las deficiencias educativas, sino identificar los programas específicos para su capacitación; mientras el Estado se compromete a modernizar la infraestructura de la enseñanza, sobre todo en las regiones con mayor marginación.
Sin embargo, y pese a haber escuchado el apoyo incondicional y la convicción compartida de los sindicalistas, Peña Nieto sólo mencionó en dos momentos al SNTE: al saludar al líder gremial y al celebrar la conclusión de las negociaciones contractuales del magisterio.
Todas las referencias, reconocimientos, mensajes y demás fueron expuestas directa y llanamente para los profesores, y para recordarles que el Estado ha retomado “la rectoría y la función reguladora que le corresponde, con la finalidad de acelerar la transformación educativa’’.
Antes, con el debido agradecimiento por la respuesta salarial, el líder del SNTE, Juan Díaz de la Torre, ofreció al Presidente: Puede confiar en nosotros.
Acerca de las inconformidades y acciones sindicales contra la reforma educativa cuando ésta fue aprobada –de las cuales él formó parte cuando Elba Esther Gordillo aún dirigía el gremio–, esta vez las calificó de manifestación de una preocupación legítima sobre derechos laborales.
Admitió como un gran reto para nosotros que ningún maestro pierda su plaza ni sus derechos, legítimamente adquiridos a partir de la capacitación, la formación y la actualización permanentes.
Prometió acompañar a Peña Nieto en la reconstrucción de las capacidades del Estado en todos su ámbitos, y afirmó que el SNTE nunca se ha opuesto a la reforma. Por el contrario, fuimos de sus principales promotores y muchas de nuestras propuestas e iniciativas están incorporadas en los contenidos de la reforma que hoy está socializada, dijo.
Ayer, la mayor preocupación de Díaz de la Torre, y la expresada por María Israel Hinojos –quien habló en nombre de los maestros condecorados con la medalla Ignacio Manuel Altamirano, por trayectoria y desempeño docente– fue pedir que se haga algo para recuperar la imagen social del maestro.
Somos señalados como los únicos responsables de la situación que guarda la educación en nuestro país, dijo Israel Hinojos.
A su vez, Díaz de la Torre –quien carga con el nombramiento de presidente del Consejo General para el Fortalecimiento de la Educación Pública Nacional del SNTE, diseñado en octubre de 2012 por la maestra Gordillo para sí misma– lamentó que en años recientes la imagen del magisterio fue víctima de descalificaciones y, en algunas ocasiones más, de ataques recurrentes. La politización de la educación y el enfrentamiento ideológico estigmatizaron a los maestros y a su sindicato, y de alguna manera se les ha culpado no sólo de los déficit en materia de educación, sino también de frenar los cambios en el sistema de enseñanza.
El mensaje presidencial quedó ahí: La reforma educativa es buena para México porque es buena para todos los mexicanos. Para alumnos y maestros por igual, y el gobierno continuará difundiendo sus beneficios.
Y del lado del sindicato, la adhesión incondicional a la reforma y compromisos en dos sentidos: Los conflictos en el campo educativo deben quedar atrás. El SNTE, de manera autocrítica, debe esforzarse más para comunicar de mejor manera la viabilidad de sus propuestas y transparentar sus procesos internos.
Pero también un reclamo de Díaz de la Torre: Los antagonistas políticos e ideológicos de nuestro sindicato deben dejar ya de estigmatizar a los trabajadores de la educación.


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