Aumentar el salario mínimo no afecta la productividad ni crea inflación o desempleo

Carolina Gómez Mena
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de marzo de 2018, p. 40
De acuerdo con la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, prevalecen diversos mitos en torno al salario mínimo, por los cuales se mantiene en los bajos niveles actuales en el país.
Entre las ficciones existentes está aquella según la cual el mal desempeño de la productividad laboral se relaciona con el bajo monto del minisalario.
En los pasados tres lustros, el país ha ocupado los últimos lugares en cuanto al monto de la minipercepción; sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo advierte que en ese lapso México ha tenido altos niveles de productividad laboral media en América Latina. De hecho el país, al igual que Chile, tiene el nivel más alto en este rubro, pero cuenta con percepciones mínimas similares a las de naciones que en ese periodo han demostrado bajo desempeño, como Bolivia y Nicaragua.
Según Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, colectivo integrado por más de 60 organizaciones, la productividad se ha desconectado de la productividad laboral en los años recientes. Un estudio de 2015 refiere que las ganancias de la productividad laboral se han concentrado en otros factores de la producción o en diferentes estratos laborales y no en el salario mínimo.
En un comparativo realizado entre los cuatro países con el PIB más alto en América Latina (Brasil, Chile, Colombia y México), se evidenció que este último era el más rezagado.
Desde fines de los años 90, el nivel del salario mínimo se estancó, pero la productividad laboral ha ido creciendo, aunque no siempre de manera constante.
Otra de las falacias es que el alza del salario mínimo genera inflación o incluso desempleo.
Estudios realizados por investigadores de la Michigan State University y el Dartmouth College en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y otros países desarrollados, refieren que los aumentos moderados y sostenidos al salario mínimo mejoran la situación de quienes viven en pobreza y descartan que exista una relación significativa entre el alza al salario mínimo y el desempleo.
El colectivo aseguró que en México existe un amplio margen para incrementarlo sin repercusiones negativas, pues la evidencia empírica internacional apunta a que no existe nexo directo entre el aumento de la minipercepción y la inflación o el desempleo.
Señaló que mientras en Chile el monto del salario mínimo y el PIB per cápita se han ido emparejando, en México ha ido ocurriendo lo opuesto. Proyecciones indican que si el salario mínimo se incrementara 20 por ciento, el impacto en la inflación podría ser de 0.9 puntos porcentuales.

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