Director de Bachilleres protege a dirigente sindical para que no lo agredan trabajadores

FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA

El jueves cumple cinco meses que le dieron la toma de nota a Ricardo Ordaz Pérez, como secretario general del Sindicato del Colegio de Bachilleres es decir de la agrupación charra que se impulsó desde el Poder Ejecutivo. A lo largo de este tiempo, el nuevo dirigente solamente ha entrado a 60 por ciento de los 31 planteles y eso lo ha podido hacer con engaños y de la mano de la parte patronal, es decir del director de la institución, José Antonio Gómez Mandujano.

También al cumplirse cinco meses de que se desató una estrategia para intentar quitar al verdadero líder del gremio, Refugio Rivas Corona, el gobierno del estado decidió cambiar al interlocutor que negociaba con el secretario general del Sindicato Único del Colegio de Bachilleres (Sutcop), de tal forma que lo dejó de ser Eukid Castañón, quien encabeza una consultoría privada, y ahora esa tarea se la han dado a Mario Rincón, el subsecretario de Asuntos Políticos de la Secretaría General de Gobierno.

A lo largo de estos meses, todos los esfuerzos que se han hecho no han podido minar el liderazgo de Refugio Rivas, quien el pasado 24 de septiembre, pese a que no tiene acceso a las cuotas que aportan los trabajadores y hubo amenazas de represalias políticas, unos mil trabajadores acudieron al aniversario anual del Sutcop, lo cual fue una muestra clara del fracaso oficial para quitar a la fuerza al dirigente sindical.

El cambio de Eukid Castañón por Mario Rincón parece obedecer a un movimiento tendiente a intensificar las acciones contra Rivas Corona. Sin embargo, tal parece que esa determinación puede encaminarse al fracaso, ya que el actual subsecretario de Asuntos Políticos fue funcionario del Colegio de Bachilleres, entre 2003 y 2005, y en el sindicato tienen mucha información del manejo que dio al área administrativa de la institución a lo largo de dicho periodo.

Otra muestra de que los trabajadores no acepten el cambio autoritario que hubo de dirigente sindical, es el comportamiento de Ricardo Ordaz Pérez, quien es la fecha que no puede llegar solo a un plantel del colegio, puesto que saben que el mejor de los casos no sería reconocido por los trabajadores y en el peor, sería repudiado por los docentes y el personal administrativo.

La estrategia que se utiliza es que el director del colegio, José Antonio Gómez Mandujano, convoca a reuniones institucionales con académicos y personal administrativo en cada plantel, y cuando llega a esos encuentros lo hace acompañado del dirigente sindical Ricardo Ordaz, para que éste pueda entrar y dialogar con los trabajadores que dice representar.

Dicho de otra manera, en lugar de que Ordaz sea el representante de los trabajadores y le exija a los directivos de la institución cumplir con derechos laborales; es la parte patronal la que debe de gestionar que lo acepten como dirigente laboral. Es decir en el Colegio de Bachilleres los patos le tiran a las escopetas.

La otra estrategia es que cuando los docentes del colegio solicitan un permiso para no laborar, les dicen que se los dan si primero pasan a firmar la hija de afiliación al sindicato charro de Ricardo Ordaz Pérez.

Se sabe que muchos trabajadores se han afiliado, a la fuerza, a la agrupación de Ordaz Pérez, pero siguen asistiendo a las regiones que convoca Refugio Rivas.

Dicho de otra manera, tal parece que el gobierno del estado se encamina en el Colegio de Bachilleres a un fracaso similar que el presidente Felipe Calderón tuvo con el SME, en donde le logró quitar la toma de nota al sindicato de electricistas, pero nunca el liderzazo que ejerce Martín Esparza, quien encabeza a dicha agrupación gremial.

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