La muerte del embajador en Libia, acción planeada: EU

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Manifestante en el asalto al consulado estadunidense en Bengasi, LibiaFoto Reuters
Kim Sengupta
The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 13 de septiembre de 2012, p. 2
El embajador estadunidense en Libia y tres miembros del personal de la legación murieron en un ataque en el que una turba de hombres armados irrumpió en el consulado de Estados Unidos en Bengasi, en furiosa protesta por un filme estadunidense que se burla del profeta Mahoma. Las muertes, resultado de la peor violación a la seguridad perpetrada contra una misión de Washington en décadas, llevó al presidente Barack Obama a ordenar un inmediato incremento en la protección de los diplomáticos del país que detentan puestos de riesgo potencial en el extranjero.
Chris Stevens y su equipo trataron de huir del consulado luego de que éste fue incendiado, pero el auto en que se encontraban fue impactado por una granada. Dos marines y el encargado de prensa, Sean Smith, padre de dos niños, fueron asesinados a tiros por hombres armados que rodearon sus vehículos. El embajador, de 52 años, fue sacado de su auto por un grupo de libios, según un reporte, y llevado al hospital.
El médico Ziad Abu Ziad indicó que en un principio nadie conocía la identidad del embajador, sólo se dijo que una persona occidental había sido llevada al Centro Médico de Bengasi. Stevens no tenía lesiones, según el médico, pero murió por inhalación de humo a pesar de que se intentó revivirlo durante 90 minutos.
Se trata del primer jefe de una legación estadunidense muerto en su puesto desde que Adolph Dubs fue asesinado tras ser secuestrado en Afganistán, en 1979.
La ira incontrolable en Bengasi fue seguida de manifestaciones violentas en El Cairo, en reacción al video que fue doblado al árabe y subido al sitio YouTube.
En Bengasi, algunos de los manifestantes escalaron las paredes de la embajada y quemaron la bandera estadunidense mientras el personal se encerró en el edificio rodeado de soldados. La situación en la ciudad libia, sin embargo, pronto se volvió más peligrosa tras la aparición de armas de fuego y, según testimonios, hombres que empezaron a dar órdenes para tomar las instalaciones. Se prendió fuego al consulado y se arrojó una granada. Guardias locales dispararon para tratar de detener a la multitud, pero se vieron obligados a huir mientras la embajada era saqueada.
Funcionarios estadunidenses dijeron por la noche que creían que el ataque en Bengasi pudo haber sido planeado y que se aprovechó la película como pretexto.
Se espera que marines sean desplegados para proteger la embajada en Trípoli, la capital libia. Stevens murió cuando se encontraba en oficinas de la representación estadunidense en Bengasi, en lo que iba a ser una visita breve.
El presidente Obama describió al funcionario como un valiente y ejemplar representante de Estados Unidos que sirvió a su país y al pueblo libio de manera altruista en su misión para apoyar la transición de Libia a la democracia.
Los valerosos estadunidenses que perdimos representan el extraordinario servicio y los sacrificios que nuestros civiles llevan a cabo a diario en todo el mundo. Estamos junto a sus familias con la intención de redoblar esfuerzos para llevar a término su labor, afirmó el mandatario.
El presidente libio interino, Mohammed Magarief, se disculpó por los cobardes asesinatos y juró que los responsables serán llevados ante la justicia. Al ofrecer sus condolencias a las familias de los cuatro fallecidos subrayó que lo ocurrido no afectará las cercanas relaciones de su país con Estados Unidos.
En un principio, el grupo islamita de Bengasi, Ansar a Sharia (Defensores de la Sharia) se adjudicó el ataque, aunque después lo negó.
La administración estadunidense, en todo caso, se ha preparado para posibles ataques en otros países de población musulmana ante el anuncio de la película La inocencia de los musulmanes.
La cinta fue realizada por Sam Bacile. Un entrevistador de la agencia Ap lo describió como un israelí de 56 años dedicado al desarrollo de proyectos inmobiliarios radicado en California, si bien aparentemente no existe registro alguno de su participación en el mercado de propiedades en esa región. A su vez, el Wall Street Journal señala que tiene 52 años de edad. Según el periódico Times of Israel se trata de un ciudadano judío-estadunidense familiarizado con Medio Oriente.
Cualquiera que sea el origen del señor Bacile, parece inconcebible que una película que parece de tan bajo presupuesto haya costado 5 millones de dólares, como él asegura. Además, deberá comprobar con evidencias que 100 donadores judíos financiaron el proyecto
Lo que no puede ponerse en duda sobre el misterioso Sam Bacile es que no está dispuesto a ofrecer disculpas. El hombre le dijo a un reportero: Siento que los sistemas de seguridad (en las embajadas) no son buenos. Estados Unidos debería hacer algo para cambiar eso. Agregó que el islam es “un cáncer.
La película es de tema político, no religioso. Estados Unidos perdió mucho dinero y a muchas personas en las guerras de Irak y Afganistán, pero nosotros luchamos con ideas, sostuvo Bacile.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca

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