Abona el gobierno más violencia
REVISTA SIEMPRE!  
Por Martín Esparza Flores
     
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Abonar presos políticos a las cárceles del país es retroceder en la 
historia. Los maestros exigen su derecho constitucional a ser 
escuchados.
CNTE
Mientras en el territorio nacional crece
 el reclamo de la ciudadanía por acciones que garanticen su seguridad y 
combatan frontalmente el crimen organizado, las autoridades emplean 
todos los recursos policiales y de espionaje a su disposición para 
ejecutar una escalada de detenciones en contra de los dirigentes del 
magisterio democrático de la sección 22 de Oaxaca. Lamentable decirlo 
pero en México representa un delito de mayor peligrosidad defender las 
conquistas laborales de los maestros y el derecho a la educación 
pública, que traficar con estupefacientes, extorsionar y secuestrar.
Sumamente grave que tras la lectura de 
los resultados electorales del pasado cinco de junio, se insista en 
relegar el diálogo con los profesores de la Coordinadora Nacional de 
Trabajadores de la Educación (CNTE), anulando la búsqueda de una salida 
negociada al conflicto magisterial. La sociedad agraviada tiene sólidos 
motivos para preguntarse cómo es posible que a los educadores se les 
trate como delincuentes de alta peligrosidad mientras hay cientos de 
políticos corruptos, empresarios evasores, turbios dirigentes de 
sindicatos corporativos y líderes de cárteles que no son molestados en 
lo absoluto por la Procuraduría General de la República.
Aunque se insista en sustraer de las 
detenciones de Aciel Sibaja Mendoza, tesorero de la Sección 22; 
Francisco Villalobos, secretario de Organización; y de su secretario 
general, Rubén Núñez Ginés, un trasfondo político, la celeridad y los 
brutales métodos empleados para enviarlos a una especie de exilio hasta 
el Cefereso de Hermosillo, Sonora, rememoran la guerra sucia de los años
 setenta que creíamos superada en nuestro país.

Una vez más las autoridades del sector 
educativo se aprestan a aplicar un plan de reformas a las normales del 
país sin tomar en cuenta a profesores, alumnos y expertos en la materia.
 Se insiste además en que los derechos laborales de los mentores no 
serán afectados, pero ahora resulta que cualquier persona que tenga un 
título universitario puede ser maestro, con el solo requisito de aprobar
 un examen de selección, pues de acuerdo con el criterio oficial se debe
 acabar con el “monopolio” de las normales en la formación de maestros.
Se acusa a los detenidos de supuesto 
lavado de dinero cuando realmente la intención es imponer un ambiente de
 intimidación y terror para desactivar una lucha de resistencia sindical
 en contra de la impuesta reforma educativa que en la práctica está 
menoscabando los derechos adquiridos por el magisterio democrático sin 
que de parte de las autoridades haya un verdadero cambio de fondo al 
modelo educacional al grado de que los libros de texto que tanto fueron 
criticados al arranque de la reforma no han sufrido modificación alguna 
en sus contenidos, lo mismo que los programas educativos.
Abonar violencia al conflicto 
magisterial sólo va a generar más violencia; no puede prevalecer por 
encima del diálogo y la concertación la ley tolete y el empleo excesivo y
 autoritario de la fuerza policial y ministerial. Abonar presos 
políticos a las cárceles del país es retroceder en la historia. Los 
maestros exigen su derecho constitucional a ser escuchados, porque más 
allá de la defensa de sus imaginarios privilegios está la salvaguarda de
 la educación pública en el país. 
 

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