Se triplica el número de trabajadores de outsourcing, convocan a debate serio

Para regular la subcontratación se necesita entender su comportamiento y panorama actual, hay diversas vías que México podría explorar, señalan especialistas.

Escrito por: Gerardo Hernández
Se triplica el número de trabajadores de outsourcing, convocan a debate serio En una década se ha triplicado el número de trabajadores subcontratados en México; más de tres millones de personas laboran formalmente bajo esta figura. Por eso, la regulación del outsourcing requiere una discusión profunda que comienza por entender la realidad de esta modalidad y las vías para mejorarla, coinciden investigadoras en este tema.
“Hay una variabilidad que es importante conocerla para tomar decisiones importantes al respecto y no tomarlas en el aire ¿Qué cantidad de trabajo significa y qué papel juega en el mercado de trabajo? Es bien importante tener claridad”, comenta Edith Pacheco, profesora investigadora del Centro de Estudios Demográficos Urbanos y Ambientales (Cedua) del Colegio México (Colmex).
Por su parte, Graciela Bensusán, profesora de Flacso México, opina que no se deben dar “saltos” tan rápidos sin explorar todas las opciones y las consecuencias. “Lo que me gustaría ver es un debate muy informado, muy razonado y que sepamos para dónde queremos ir con el empleo y a dónde queremos conducir las reglas de subcontratación”, agrega.
Para Bensusán, el objetivo de la regulación del outsourcing debe ser asegurar el pago adecuado a los trabajadores subcontratados, derecho a una “bilateralidad en la negociación colectiva”, cotización al seguro social con el salario real y que se otorgue el reparto de utilidades.
En tanto, Landy Sánchez, profesora investigadora del Cedua del Colmex, puntualiza que no hay actualmente datos concretos para determinar las condiciones laborales de los trabajadores subcontratados, aunque no hay una diferencia significativa entre los salarios que pagan las empresas que subcontratan y las que no lo hacen.
“Tiene mucho que ver con dónde están ubicados, eso hay que tenerlo muy claro, quién está subcontratando, qué empresas y qué tipo de actividad es la que está subcontratando. Y la hipótesis de lo que puede estar atrás, que lo vemos parcialmente, es que esa diferencia es por el tipo de tareas que se están sacando de las empresas”, dice Sánchez.
Las tres investigadoras conforman el equipo que realizó un estudio sobre el panorama actual del outsourcing en nuestro país para tener más elementos que ayuden a su regulación. En el cual, se revela que el 74% de los establecimientos que usan la tercerización tiene subcontratado a todo el personal, incluyendo los trabajadores que se dedican a las actividades principales de la empresa.
En nuestro país la Ley Federal del Trabajo prohíbe que todo el personal de un centro de trabajo esté subcontratado. Sin embargo, el estudio revela que en la práctica no es así.
En ese sentido, Graciela Bensusán considera que el primer paso para regular la subcontratación de trabajadores es aplicar lo que ya establece el marco legal a través de inspecciones. El cual puede mejorar con un directorio de empresas de tercerización y la aplicación de una Norma Oficial Mexicana que establezca los criterios para realizar outsourcing y certifique a las empresas que prestan este servicio.
“Sí necesitamos una Norma Oficial Mexicana que lleve a construir un sistema de certificación de las empresas de subcontratación. Creo que se puede hacer lo de la norma de inmediato, la certificación de empresas y ahí es donde tendríamos que discutir qué exigimos a una empresa que hace subcontratación para que sea legal”, comenta la especialista.
Bensusán afirma que tanto el sistema de certificación como el directorio permitirá hacer una fiscalización más puntual de la subcontratación en México.
“Dónde tendríamos qué reflexionar más, discutir primero si tiene sentido, si es necesario, si es viable, por ejemplo, limitar la subcontratación a especialización nada más. Si vamos a realmente creer que es posible impedir que se subcontrate parte de la actividad principal. Creo que hay soluciones como intermedias”, cuestiona.
La profesora de Flacso México puntualiza que el reparto de utilidades es un punto para mejorar, pues México podría explorar, como otros países, un esquema que permita la tercerización de las actividades principales, pero asegure el reparto de utilidades de los trabajadores subcontratados.

Panorama actual

De acuerdo con el estudio, la subcontratación se ha focalizado al grado de tener sectores con alta intensidad de trabajadores subcontratados, como el corporativo, servicios financieros, información y comercio. En el otro polo -de baja intensidad- se encuentran los servicios educativos, negocios de apoyo y distribución (logística).
“Se observa que se diversifica el número de sectores en donde se presenta (la subcontratación), básicamente en todos ellos aumenta el nivel y se consolida la presencia en aquellos donde ya estaba presente. Lo que hay, es muy claramente una difusión de la subcontratación básicamente en todas las ramas de la economía”, detalla Landy Sánchez.
Sin embargo, el universo de unidades económicas que reconocen trabajadores subcontratados es bajo, apenas 75,000 establecimientos. El estudio, aclara Landy Sánchez, corresponde al outsourcing formal.
“En el país tenemos alrededor de 4.2 millones de establecimientos, el primer rango que hay que saber es que la subcontratación está muy concentrada porque de esos 4.2 millones de establecimientos, sólo 75,000 declara contratar personal provisto por otra razón social. En buena medida, eso se debe a la estructura productiva del país, donde una gran mayoría de las empresas son micro establecimientos, no necesariamente formales”, expone la investigadora del Colmex.
De acuerdo con Edith Pacheco, las empresas grandes tienden a subcontratar más, pero con mecanismos formales.
Las investigadoras sugieren que el censo económico contemple un capítulo especial para trabajadores subcontratados. “Hay que visibilizar a ese tipo de trabajadores y promover que en nuestras encuestas realmente detectemos a los trabajadores, por el lado de los censos económicos, señalados como dependientes de otra razón social”, dice Pacheco. “Su calidad de empleo no la podemos tener”, agrega Graciela Bensusán.

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