México: Silencio cómplice ante EUA

lunes 28 de marzo de 2011

Eduardo Ibarra Aguirre

Dos pronunciamientos presidenciales y uno ministerial de Estados Unidos, Ecuador y Brasil, respectivamente, sobre el estado en que se encuentra la Lucha por la seguridad y las implicaciones para los tres países, merecieron reacciones del gobierno tan diferenciadas como el día respecto de la noche.

El primero estuvo a cargo de Barack Hussein Obama, quien dijo sin matices a Juan Carlos López en una entrevista para CNN: “Los cárteles de la droga se han fortalecido y el presidente Calderón tiene cierta frustración” (22-III-11).

El presidente continuador de la política antinarcóticos de corte militar y policiaco, en buena medida impuesta a México por su antecesor, reconoce que unas son las estrellitas que colocó en la frente a Felipe Calderón, el 3 de marzo, y otra la cruda realidad de la que es corresponsable en tanto que obliga a Los Pinos a realizar en nuestra frontera norte las tareas que Washington debiera hacer en su territorio.

Los saldos del trabajo sucio son terribles. Por ejemplo: 35 mil muertos, de ellos entre 11 y 12 por ciento ajenos a la confrontación entre bandas criminales y autoridades. La proyección de José Manuel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, es que para el día que el señor que “tiene cierta frustración” se vaya a disfrutar sus abundantes ahorros, sumarán más 50 mil, cifra superior al número de estadunidenses caídos en Vietnam durante tres lustros. 230 mil desplazados de sus lugares de origen, la mitad de ellos hacia Estados Unidos, aseguran organismos civiles. Más de 150 mil desertores de las fuerzas armadas, según reporte de la Sedena y de acuerdo al conteo del general Francisco Gallardo superan los 250 mil hombres, preparados en el manejo de armas y explosivos que se encuentran a merced del crimen organizado para que los contraten. Y otros ángulos de una tragedia sin precedente que los dueños de México, en su versión televisiva y radiofónica, decidieron que sus conductores y analistas embellezcan, bajo la máxima de: lo que no se ve en la caja idiota no existe.

Con el enorme despliegue de seguridad con que siempre viaja “el valiente” (Obama dixit) Calderón, en Acapulco fueron tirados cinco cuerpos descuartizados en una importante avenida, mientras él y Zeferino Torreblanca compartían elogios mutuos en la inauguración del 36 Tianguis Turístico.

“Lo que no es cierto es que estamos en una situación como la de México, porque (allí los cárteles) dominan territorios completos: aquí los estamos combatiendo y estamos siendo exitosos”, fue la declaración de Rafael Correa durante la entrevista radiofónica transmitida el día 25, con motivo de la detención de nueve presuntos narcotraficantes vinculados a Joaquín Guzmán Loera, el multimillonario de Forbes. Dos días después la Secretaría de Relaciones Exteriores calificó de “imprecisas” las opiniones del presidente ecuatoriano, porque “la delincuencia no domina territorios completos”, Calderón “no ha dado tregua en esa lucha” y su “determinación, energía y compromiso son ampliamente reconocidos por la comunidad internacional”.

La desmesura del comunicado exhibe hasta la desnudez la conducta lacayuna de la SRE ante los juicios, pero más aún ante las abundantes prácticas intervencionistas de Washington, como los vuelos sin piloto, que Patricia Espinosa llegó al extremo de justificar ante el Senado, y más aún la introducción de un cargamento de armas --Rápido y furioso-- sin avisar al gobierno mexicano.

Lacayos ante el más poderoso, calladitos frente a la preocupación expresada por el canciller de Brasil respecto al incremento del narcotráfico en México (25-III-11) y altaneros ante los países débiles.


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