Sin luz, pero con fuerza, sigue la lucha de los electricistas
Desinformémonos, Periodismo de Abajo
Posted By ada On febrero 10, 2013 @ 12:53  In Geografía,México,Reportajes,Reportajes México | No Comments
 
Ciudad de México.
 Las instalaciones del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) siguen 
llenas de trabajadores que tienen la determinación de seguir la defensa 
de su fuente de trabajo “hasta las últimas consecuencias”, señala 
Gustavo Gabino, integrante del sindicato, después de que la Suprema 
Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falló en contra de su 
recontratación en la Comisión Federal de Electricidad.
Los electricistas preparan medidas de 
presión para que su conflicto se resuelva por otras vías, una vez que el
 máximo tribunal del país, que unos días antes liberó a la francesa 
Florence Cassez, señalada como secuestradora en México, les diera la 
espalda.
“Estábamos confiados en que en la corte 
nos resolverían y habíamos dejado de lado las otras medidas”, recordó 
Gustavo, obrero en el Departamento de Obras Eléctricas, por lo que ahora
 retomarán las concentraciones, marchas y negociaciones. “No es cierto 
que era nuestra última opción”, declara el trabajador.
Entre las posibles soluciones que buscan
 los smeítas está la reinstalación en un nuevo organismo paraestatal, ya
 sea federal o de la ciudad de México, en el que conserven sus 
condiciones contractuales, o, en última instancia, un nuevo contrato. 
También tienen interpuesto un recurso ante la Corte Interamericana de 
los Derechos Humanos (CIDH) y ante el Consejo de la Judicatura Federal 
por el fallo de la SCJN.
La dirigencia sindical está en 
negociaciones con la Secretaría de Gobernación, mientras que en el 
Senado y en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se persigue la 
creación de un nuevo organismo que dé servicio de electricidad y 
recontrate a los 16 mil 500 sindicalistas que no se han liquidado.
El ánimo en el sindicato “es bueno” 
después del shock que supuso la decisión de la SCJN, indica Pilar 
Garrido, trabajadora de Ayudantes Técnicos de Seguridad y Capacitación.
“Un silencio espantoso”
El 30 de enero, la Suprema Corte de 
Justicia de la Nación determinó que la Comisión Federal de Electricidad 
no es patrón sustituto de los trabajadores del SME. Antes de este fallo,
 entre los electricistas había buenas expectativas porque en los medios 
había declaraciones a favor del sindicato; incluso, el ministro ponente 
“había anunciado que resolvería a favor de los trabajadores; ya hasta 
nos hacíamos bromas de que no fuéramos a llorar cuando nos dieran la 
buena noticia”, recuerda Gustavo.
Y los electricistas efectivamente 
lloraron, pero por el inesperado sentido del fallo. Minutos antes de que
 los abogados y la dirigencia sindical les dieran la noticia, entre las 
bases ya circulaba el rumor del fallo en contra, pero se negaban a 
creerlo. Cuando la mala nueva fue firme, “un silencio espantoso se 
generalizó” por unos instantes, relata Pilar. Luego vino el enojo y el 
llanto de todos, “hasta los niños estaban llorando”, indica Gustavo. “Yo
 me desfondé, no sabía qué hacer y ese día no le quise dar la cara a mis
 padres”, recuerda el electricista, hijo y nieto de smeítas.
El SME ya tenía programada una marcha 
para el día siguiente. “Yo tenía temor de que después del golpe no fuera
 a llegar nadie”, indica Gustavo. Pero la sorpresa fue mayúscula: 
llegaron no diez ni cien, sino más de 10 mil electricistas, y tomaron la
 determinación de no recibir las liquidaciones “y no caer en el garlito 
de la zanahoria que nos ofrecen”, precisa el trabajador. Luego llegó la 
explicación de los otros recursos legales y el ánimo colectivo se 
levantó.
Los tres años de lucha, desde que Felipe
 Calderón decretó la extinción de la paraestatal Luz y Fuerza del Centro
 en octubre de 2009, han hecho desconfiados a los electricistas de las 
autoridades. Aun así, Pilar se pregunta: “¿Por qué esa burla, ese 
engaño, esa manera de jugar con nosotros?”.
Ya nada es igual
El principal objetivo de los 
electricistas es recuperar su trabajo con las condiciones laborales 
ganadas durante los 98 años de existencia del gremio. Pero algo cambió 
en los trabajadores, “adquirimos más conciencia de los conflictos 
sociales y del autoritarismo y centralización del poder en nuestro 
país”, señala Pilar. Por eso, aunque jurídicamente les cierren las vías,
 “no podemos permitir el atropello a nuestros derechos”.
El acierto en estos años ha sido “luchar
 por lo que nos heredaron los viejos electricistas”, valora Gustavo, 
mientras los jubilados llegan en grupos para una reunión en el histórico
 edificio sindical y lo saludan. “Yo sé lo que costó todo esto y tenemos
 que defenderlo”, apunta el obrero, y agrega que “hemos aprendido a 
vivir con lo mínimo; por hambre no nos van a doblar”.
Al ser una lucha inédita para los 
electricistas, “podemos reconocer desaciertos, pero todos hemos 
aprendido, también nuestra dirección, y el movimiento se ha 
recompuesto”, reflexiona la electricista.
“Tenemos la claridad de que es un 
situación que no es fácil y no se va a resolver en dos o tres semanas”, 
aclara Pilar. “Nos queda perfectamente claro que como electricistas, 
luchamos contra todo el Estado, contra todo el aparato que apoya al 
poder ejecutivo”, agrega. La Suprema Corte “obedece a intereses y tiene 
una responsabilidad” por el fallo que dio, y los sindicalistas “debemos 
presionar” porque no es la última instancia, precisa Garrido.
“Tantas ofensas nos dan ánimo para decir
 que seguiremos; ellos no tienen voluntad de resolver y nosotros no 
tenemos voluntad de dar pasos atrás”, agrega Garrido, que apunta que la 
razón y la justicia, “si es que hay en este país”, les asiste.
Gustavo  y Pilar lanzan un mensaje a sus
 compañeros: “que no se liquiden, porque si lo hacen solamente van a 
engrandecer a los que quieren acabarnos como obreros”. A Rodrigo Vargas,
 con 12 años en el Departamento de Obras Eléctricas, la familia lo apoya
 en su decisión de no liquidarse.
Para los ministros de la corte, el 
mensaje es que “tengan un poquito de dignidad, no tanto por nosotros 
sino por las generaciones que vienen”, declara Gustavo.
A las bases “nos queda participar, 
exigir, mantenernos, tocar puertas, ir más allá de nuestra capacidad y 
exigir respeto a nuestros derechos como obreros y como ciudadanos”, 
apunta Gustavo. Y complementa Pilar: “La gran mayoría tenemos convicción
 y coherencia para no abandonar la lucha”.
Publicado el 11 de febrero de 2013 
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