Embajada de México en Washington, tráfico de influencias de alto nivel

PROCESO 


3 de mayo de 2014
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Eduardo Medina Mora, embajador de México en EU. Foto: Germán Canseco
Eduardo Medina Mora, embajador de México en EU.
Foto: Germán Canseco
La representación de México en Estados Unidos se ha convertido, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, en un oasis para familiares de importantes políticos y exfuncionarios públicos. Al amparo del embajador Eduardo Medina Mora, en la sede diplomática se cocinan intereses de diversos grupos y se eleva a rango diplomático el tráfico de influencias.
WASHINGTON.- Convertida en refugio de parientes de políticos de alto perfil de este y otros sexenios, la representación diplomática mexicana en Estados Unidos se ha vuelto un laberinto de intereses comerciales y económicos poco transparentes, bajo el cobijo del embajador Eduardo Medina Mora.
Entre el personal “privilegiado” de la embajada de México en Washington destacan dos nombres: Gabriela Saade Murillo, nieta de Jesús Murillo Karam, titular de la Procuraduría General de la República (PGR), y Sergio García Gómez, esposo de Cecilia Nahon, embajadora argentina ante la Casa Blanca.
Los cargos de Saade Murillo y García Gómez, quien es mexicano y ahora el número dos en la representación de la Secretaria de Economía en la embajada, pueden implicar conflictos de interés. De hecho, estos privilegiados laboran casi en circunstancias fantasmales.
En la relación del personal diplomático extranjero que el Departamento de Estado muestra en su página de internet (www.state.gov/s/cpr/rls/dpl/221208.htm#M), actualizada el pasado 4 de febrero, la nieta de Murillo Karam aparece como “consejera” asignada a la representación de la Secretaría de Gobernación en la embajada mexicana.
En el inciso correspondiente a México aparecen los nombres de las personas a las cuales Washington les asignó pasaporte diplomático a petición de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
No obstante, en la representación de la Secretaría de Gobernación en la embajada dicen que ahí no trabaja Gabriela Saade Murillo.
Por cierto, la representación de Gobernación en la sede diplomática está a cargo de Gabriela Rojas Jiménez, esposa del exembajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual e hija de Francisco Rojas, excoordinador del PRI en la Cámara de Diputados y hasta hace poco director de la Comisión Federal de Electricidad.
La oficina de prensa de la embajada en Washington rechazó comentar el caso de la nieta de Murillo Karam y la reciente contratación del esposo de la embajadora argentina.
Pero si de manera oficial se niega que Saade Murillo labore en esas instalaciones, funcionarios de la embajada confiaron a Proceso que la joven ha sido vista recientemente al entrar y salir del inmueble en esta capital.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1957, ya en circulación) 

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