Más le vale a Peña Nieto respetar las libertades

Más le vale a Peña Nieto respetar  las libertades
Este octubre se cumplieron 44 años de cuando en la plaza de Tlatelolco, ese díazordacismo-priísta, arremetió contra quienes protestaban por la brutalidad policiaca.

Revista EMET

Con grandiosos acontecimientos de dimensión universal, como las Revoluciones de 1810, 1854 y 1910 (nos falta la del 2010 que, al parecer, sólo se ha pospuesto), el parteaguas de más reciente celebración es el estallido de 1968, cuando vanguardias estudiantiles, sobre todo de la UNAM y el Politécnico, arrastraron a unos dos millones de mexicanos que se enfrentaron al sangriento autoritarismo del cruel Díaz Ordaz, quien tuvo su imitador en Salinas de Gortari y su repetidor en Calderón, y fijaron el límite al abuso del poder presidencial.

Este octubre se cumplieron 44 años de cuando en la plaza de Tlatelolco, ese díazordacismo-priísta, arremetió contra quienes protestaban por la brutalidad policiaca. Y en la Plaza de la Constitución, cuando las juventudes del PRI, al mando de Jesús Salazar Toledano, dizque organizaban un desagravio a la Bandera, los tanques se fueron encima de quienes estaban ahí y desde los balcones del Palacio Nacional, de la Suprema Corte y de la administración defeña, los empleados aventaban monedas y piedras a los soldados que agredían al pueblo.

Este 2 de octubre en la Ciudad de México, unos 50 mil estudiantes, profesores y ciudadanos se citaron en la Plaza de la Constitución para el “¡2 de octubre no se olvida!”. Incluso se izó la Bandera a media asta, en señal de luto por los caídos y encarcelados, que lucharon por rescatar la vigencia de las libertades constitucionales. Destacaron los jóvenes del movimiento #YoSoy132, recogiendo la antorcha del 68 como nuevas vanguardias para frenar los abusos que en doce años resucitó el autoritarismo panista con el agravante de la guerra que arroja más de 100 mil homicidios. Y miles de víctimas más.

Pero el oportunismo y la traición política no cesan en las élites que gobiernan. Así que el presumido presidente electo, para quedar bien con el movimiento estudiantil, declaró que será respetuoso de las libertades y derechos de los mexicanos. Faltaba más. Y más le vale a Peña y su antiguo PRI someterse al imperio constitucional. Y digo antiguo porque existe un ala que propone su modernización, impulsando la Reforma Política (saboteada por las huestes peñistas en la pasada Legislatura) que busca cercenar a la actual Presidencia, para mayor democracia y republicanismo; separando al Jefe de Estado del Jefe de Gobierno y transformando a las dos cámaras del Congreso en un auténtico Parlamento para tener una Presidencia de la República semiparlamentaria.

Más le vale a ese peñismo, aunque ya se nota que quiere una presidencia al estilo autoritario de Álvaro Obregón en los últimos dos años de su cuatrienio, con otro signo de autoritarismo al usar la palabra “adelante” que utilizó Echeverría, el autor de la masacre del 2 de junio. Que Peña quiera hacer caravanas con el sombrero de respetar libertades (lo que es su obligación), para ver si penetra al movimiento #YoSoy132, es oportunismo. Pero ha empeñado su palabra y esperemos que cuando se instale en Los Pinos sepa ganarse la Presidencia que obtuvo a la mala, legitimando el cargo al ejercerlo democrática, republicana y constitucional. Y sin Atencos.
Álvaro Cepeda Neri - Opinión EMET
 

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