Nueva denuncia de Argentina contra GB por la militarización de las islas Malvinas

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El nuevo secretario estadunidense de Estado, John Kerry (a la izquierda), se entrevistó ayer en Londres con el premier británico, David Cameron, en su primer viaje al extranjero tras suceder en el cargo a Hillary Clinton. Interrogado sobre el próximo referendo en las islas Malvinas, Kerry dijo que Washington no tomará partido sobre la soberanía del archipiélagoFoto Ap
Stella Calloni
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 26 de febrero de 2013, p. 23
Buenos Aires, 25 de febrero. El gobierno argentino denunció nuevamente la militarización del archipiélago de las Malvinas, por parte de Gran Bretaña, que ocupa el lugar colonialmente esas islas desde 1833 estableciendo una base militar, violando las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El secretario de Relaciones Exteriores de Argentina ante la Conferencia de Desarme de la ONU, Eduardo Zuain, acusó a Reino Unido de transportar armamento nuclear en submarinos violando los tratados internacionales que han establecido la desnuclearización de la zona.
Se trata de una injustificada y desproporcionada presencia militar en el Atlántico Sur, “que incluye desplazamientos de submarinos con capacidad de portar armamentos nucleares en la zona desnuclearizada dijo el funcionario al presentar la denuncia.
Planteó asimismo la fuerte preocupación del gobierno argentino por la posibilidad, confirmada por primera vez por el gobierno británico en 2003, de que este estado estuviera introduciendo armamento nuclear en el Atlántico Sur.
En este sentido sostuvo que el gobierno argentino lamenta profundamente que el Reino Unido haya desoído las denuncias formuladas sobre esta situación y que hasta este momento no haya brindado las clarificaciones solicitadas sobre los incidentes denunciados, ni haya ofrecido hasta el momento información alguna que permitiera corroborar o desmentir recientes desplazamientos de submarinos nucleares con capacidad de portar armamento atómico.
Una de las críticas más duras que expuso Zuain es que en estos momentos la zona de las Malvinas está identificada entre los territorios más militarizados del mundo, con más de mil 500 efectivos militares británicos y una población civil de tres mil (entre las que se cuentan familiares de las tropas estacionadas allí).
También advirtió que este despliegue que “ incluye la presencia de un poderoso grupo naval, aviones de combate de última generación, un importante centro de comando y control, y una base de inteligencia electrónica que permite ‘monitorear’ el tráfico aéreo y naval de la región”.
Esto también ha sido denunciado anteriormente y es una preocupación para los países vecinos y especialmente para Brasil.
El funcionario razonó que nos encontramos en una etapa precaria de implementación del Tratado de Tlatelolco, que prohíbe completamente el armamento nuclear en América Latina y el Caribe. Esta precaria implementación es desafiada por el Reino Unido.
Este tratado internacional que entró en vigencia el 25 de abril de 1969 , prohíbe las armas nucleares en América Latina y el Caribe, lo que ha sido cuidadosamente cumplido por la región.
En tanto, se conoció que el pasado 19 de febrero partió de la base naval de Plymouth con destino al Atlántico Sur la fragata británica HMS.
Su destino final es Las Malvinas, calculando que arribará a las islas coincidiendo con el referendo convocado por el gobierno colonial para el próximo 10 de marzo, donde según Gran Bretaña los habitantes ingleses de las islas, (kelpers) deberán elegir si siguen bajo dominio británico o argentino.
Aducen el derecho a la autodeterminación que resulta una burla a las resoluciones de la ONU para la descolonización de las islas ubicadas a más de 14 mil kilómetros de las costas británicas y a sólo 400 kilómetros de Argentina en las aguas marítimas de este país.
El resultado será más que obvio para esta consulta por la pertenencia británica de los isleños, cuyo gobierno depende de Londres.
La fragata que llegará ahora remplaza al destructor HMS Edinburgh en las funciones de protección de los intereses en territorios de Ultramar como define la corona británica a una serie de dependencias insulares cuya soberanía está siendo cuestionada, como la Gibraltar (en disputa con España) y las Malvinas, señala el periódico Ámbito Financiero. Desde la finalización del conflicto de 1982 el gobierno británico decidió mantener una presencia marítima permanente en las Malvinas, las Georgias y las Sandwich del Sur. Esta misión figura bajo el nombre de “Patrulla
Atlántica Sur” asignada a la Real Marina tiene el objetivo de ser la primera respuesta armada ante un episodio de tensión. Esa fuerza de tareas se compone de un buque de primera línea, destructor o fragata -ahora será la fragata HMS Argyll-, un transporte logístico de la Real Flota Auxiliar (RFA) y un patrullero oceánico, rol que cubre el navío HMS Clyde. Se suma la participación de un submarino de propulsión nuclear con capacidad de portar armas atómicas, destacado a intervalos regulares pero nunca publicitados, señala también el mismo medio.
Por otra parte, hay cierto alivio aquí por el apoyo solidario al reclamo soberano argentino de 54 países africanos en la Declaración de la Tercera Cumbre América del Sur-Africa (ASA), que sesionó en Malabo (Guinea Ecuatorial) la semana pasada y esto podría provocar un rechazo a la entrada de la fragata Argyll a los puertos africanos, como ha sucedido con los países del Mercado Común del Sur.
Asimismo se conoció aquí que el secretario de Estado estadunidense, John Kerry confirmó en su visita a Londres que no tomará posición sobre el referéndum como esperaba la cancillería británica y aunque reconoció la administración de facto llamó a una colaboración práctica entre ambos países y a una solución pacifica.
 
 
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