The Economist: despido de Aristegui, bajo la sospecha de presiones de Peña

PROCESO 


19 de marzo de 2015
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Carmen Aristegui afuera de las oficinas de MVS Radio. Foto: Virgilio Passoti
Carmen Aristegui afuera de las oficinas de MVS Radio.
Foto: Virgilio Passoti
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- La revista británica The Economist acusó que detrás del despido de Carmen Aristegui de MVS Radio está “el poder político”, destaca que “pocos creen que toda la historia” de este caso tiene que ver con haber roto reglas del grupo radiofónico que encabeza Joaquín Vargas y remata: existe “la sospecha” de que el gobierno de Enrique Peña Nieto presionó a MVS.
El prestigiado medio londinense detalla que en el fondo del caso Aristegui “están los problemas que socavan sistemáticamente al periodismo en México, donde los medios de comunicación siempre han estado dominados por el poder político”.
En su relatoría, The Economist subraya que MVS despidió a la periodista a pesar de que reconoció que era una de las más populares presentadoras de los programas matutinos de México. Y “ahora MVS Radio ha hecho de ella una mártir de la libertad de prensa”.
La publicación europea continúa: “Aristegui, a pesar de haber sido una empleada de MVS Radio, se considera como la antítesis de ese sistema, provocando peleas –a menudo respaldadas por una impresionante investigación– con los más poderosos.
“En noviembre su equipo de reporteros publicó una historia sobre que la esposa del Presidente Enrique Peña Nieto estaba comprando una mansión de 7 millones que estaba hipotecada por uno de los contratistas preferidos del gobierno, lo que ha dañado la credibilidad del Presidente.
“El año pasado uno de sus reporteros reveló una presunta red de prostitución creada por el presidente del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Ciudad de México.
“(Y) en 2011 sugirió en el aire que el entonces Presidente, Felipe Calderón, era un alcohólico, por la que fue despedida temporalmente”.
El medio británico dice que aunque la empresa radiofónica insiste en que Aristegui perdió su trabajo porque rompió las reglas de la compañía, “pocos creen que es toda la historia. A pesar de su furia por la supuesta insubordinación, el logotipo de MVS se mantuvo en el sitio web Méxicoleaks durante casi una semana. Dos días antes de que se despidió a la señora Aristegui, la empresa emitió directrices que restringen la autonomía editorial y su capacidad para llevar a cabo proyectos de investigación. Eso parecía tener poco que ver con Méxicoleaks”.
The Economist destaca que por el momento en que ocurrió el despido “se plantea la sospecha de que el gobierno –que está luchando para recuperar su popularidad a menos de tres meses de las elecciones de gobierno– ha presionado a MVS Radio”.
Y detalla: “Su despido se produjo pocas semanas después de que el señor Peña promovió a Eduardo Sánchez, exabogado de la empresa [MVS], para ser responsable de comunicación del gobierno. MVS Radio niega enfáticamente cualquier vínculo. El gobierno dice que espera que ambas partes resuelvan sus diferencias. Pero ningún gobierno mexicano ha resistido a la tentación de utilizar la publicidad y otras formas de influencia sobre la prensa, sea cual sea el número de víctimas a la libertad de expresión. Si la señora Aristegui quiere evitar esto, ella tiene que convertirse en un magnate de la prensa por sí misma”.
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