Las malas cuentas de Calderón

Jesusa Cervantes

MÉXICO, D.F., 17 de abril (Proceso).- La Auditoría Superior de la Federación detectó un manejo discrecional de los excedentes financieros del gobierno federal en 2008 para forzar el equilibrio presupuestal. La administración panista, con más recursos a su disposición, no cumplió con las metas inflacionarias y, más aún, aumentó la deuda pública.

El gobierno de Felipe Calderón Hinojosa maquilló las cifras de su gasto de 2008, incurrió en subejercicios injustificados, realizó transferencias indebidas a diversos fondos e impidió que los millonarios recursos adicionales que obtuvo por ingresos excedentes llegaran a la población, destinándolos al mantenimiento del costoso aparato burocrático.

Desde la llegada del panismo al gobierno federal, los ingresos por excedentes petroleros y tributarios han alcanzado niveles sin precedente; para 2008 sumaban ya mil 282 millones de pesos. Sin embargo, gran parte de esos recursos ha ido a parar a los bolsillos de la alta burocracia: en los últimos 10 años, el número de plazas en el gobierno federal se incrementó en más de mil por ciento.

Lo anterior se desprende del análisis de la cuenta pública federal 2008 que realiza la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, la Unidad de Evaluación y Control de la misma cámara y los informes cuatrimestrales de ese año de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, así como de la interpretación de los documentos que hacen legisladores del PRI y el PT, especializados en el manejo del gasto público.

Año tras año, la Cámara de Diputados autoriza una Ley de Ingresos y un Presupuesto de Egresos para el gobierno federal. En 2008, los legisladores autorizaron un gasto de 2 billones 894 mil 806 millones de pesos a la administración calderonista. De esta cantidad, 85% corresponde a pagos ineludibles como programas sociales, mantenimiento de escuelas, salarios de maestros y médicos y pago de la deuda, entre otros.

Por lo tanto, sólo 434 mil 220 millones de pesos pudieron ser etiquetados por la Cámara de Diputados.

Sin embargo, el gobierno de Felipe Calderón realizó un manejo discrecional de esos recursos, e incluso fuera de la ley, para mantener el llamado “equilibrio presupuestal” al que está obligado como administrador de las contribuciones que pagan los mexicanos, de la venta de petróleo y la aplicación de programas sociales, y evitar que se dispare la inflación o que crezca la deuda.

Extracto del reportaje que se publica en la edición 1746 de la revista Proceso, ya en circulación.


Fuente

Comentarios