Mínima, la moratoria de Rajoy a desalojos; es "chapucera" y "absurda": oposición

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Campamentos de personas desalojadas de sus viviendas, frente al banco Bankia en Madrid, donde protestan desde hace días por los lanzamientos que afectan a cientos de familias, en medio de la crisis y el desempleoFoto Ap
 
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada

Viernes 16 de noviembre de 2012, p. 29
 
Madrid, 15 de noviembre. El gobierno español del conservador Mariano Rajoy aprobó una moratoria de mínimos para las centenares de miles de familias amenazadas por el desalojo a causa de la falta de pago de deudas hipotecarias. Las deudas se podrán paralizar dos años, pero sólo en los colectivos más vulnerables, los cuales serán los de ingresos más bajos, familias numerosas o con hijos de menos de tres años, así como familias con algún miembro en situación de discapacidad o que haya sufrido violencia de género. Las organizaciones de afectados criticaron con dureza las medidas, que tildaron de chapuceras y con condiciones absurdas, además de plegarse a las presiones de la banca.

El ministro de Economía y Hacienda, Luis de Guindos, fue el responsable de dar a conocer la única medida que el gobierno español se había mostrado dispuesto a revisar en respuesta a la presión social, al drama que ya ha afectado a más de 400 mil familias en los últimos años y la ola de suicidios de ciudadanos desesperados minutos antes de ser levantados de sus viviendas por una comisión judicial.

El anuncio, en el cual habían puesto esperanza la mayoría de los afectados, resultó al final una gran decepción, al aprobarse una moratoria que sólo beneficiará a un mínimo porcentaje de afectados.

El propio Rajoy anunció la moratoria en respuesta a la alarma social creada tras el último suicidio por este drama, el de Amaya Egeña, ciudadana vasca de 53 años que se tiró de la ventaja de su casa cuando un interventor público y un policía subían para desalojarla, junto a su hijo de 21 años y su marido.

El mandatario español anunció una medida de gracia que fue recogida de forma temporal el pasado lunes por el conjunto de la banca española, que en un gesto inesperado decidió suspender temporalmente todos los desahucios hasta conocer las nuevas medidas anunciadas por el gobierno.

Sin embargo, ahora se sabe que la moratoria es temporal, de dos años, y sólo beneficia a las familias con rentas inferiores de 19 mil euros anuales (330 mil pesos) y que además tengan un pago de hipoteca superior a 50 por ciento de esos ingresos. Otros colectivos que se podrán beneficiar serán las familias numerosas, con hijos menores de tres años, madres o padres solteros con dos hijos a su cargo, o con algún miembro con una discapacidad superior a 33 por ciento, y los deudores sin empleo que hayan agotado las prestaciones por desempleo.

El gobierno también anunció la creación de un fondo social de viviendas que destinará al alquiler, a precios bajos, para las familias desalojadas por la banca.

La vocera de Stop Desahucios, Ada Colau, calificó las condiciones de la moratoria de chapuceras y absurdas, pues es como poner a los pobres a competir entre ellos a ver quién es más desgraciado. Aunque nos felicitamos porque, por fin, cuatro años después el gobierno empieza a anunciar alguna medida gracias a la presión social, pero llegan muy tarde. De hecho no van a parar los desahucios ni los suicidios con estas medidas.

Más mutilados por la policía

Una de las secuelas más graves de las manifestaciones y protestas de la huelga general del pasado miércoles fue la herida que sufrió una mujer de 42 años en el ojo, tras recibir un impacto de pelota de goma de la policía. A pesar de ser atendida de urgencia, finalmente perdió el ojo, con lo que ya son cuatro las personas que quedaron mutiladas de la visión en los últimos tres años a manos de la policía.

Además, los familiares de los dos menores de edad agredidos por la policía en Tarragona –uno de 13 años y otra de 16– anunciaron que presentarán una denuncia penal para depurar responsabilidades, pues los dos adolescentes caminaban por la calle de forma pacífica cuando fueron golpeados con saña por un comando de agentes antidisturbios sin identificar. La cifra final de detenidos fue de 155 personas, según los datos del Ministerio del Interior español.

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