Silbidos y reclamos a Calderón en premiación de Iniciativa México

El presidente Felipe Calderón a su llegada al Auditorio Nacional. Detrás de él, los dueños de Televisa y de Tv Azteca, Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego, respectivamenteFoto Marco Peláez  

Ciro Pérez Silva
Periódico La Jornada
Lunes 8 de noviembre de 2010, p. 14

La participación del presidente Felipe Calderón ayer por la noche en la ceremonia en que se eligió el proyecto ganador del programa Iniciativa México fue seguida por el auditorio con una mezcla de silbidos, abucheos y aplausos que se escucharon cuando se dio a conocer su presencia, y que el público repitió cuando el mandatario subió al escenario para hacer un reconocimiento a los impulsores del programa televisivo y a quienes tomaron parte en él al enviar sus proyectos.

El jefe del Ejecutivo ofreció duplicar –con los recursos destinados a financiar los programas del gobierno federal– los premios otorgados a los 50 mejores proyectos inscritos en Iniciativa México. En ese momento, los aplausos fueron casi unánimes.

Desde antes de subir al escenario del Auditorio Nacional, Calderón lucía incómodo; sentado al lado de su esposa, Margarita Zavala, y flanqueado por el líder de la Cámara de Diputados, el priísta Jorge Carlos Ramírez Marín, y su compañero de partido y líder del Senado, Manlio Fabio Beltrones, escuchó cómo, en sendos mensajes grabados que antecedieron su intervención, Ramírez Marín elogió la determinación de todos aquellos que “con su esfuerzo tratan de cambiar la realidad nacional”.

Beltrones propuso que “como gobierno, no nos quedemos atrás y garanticemos apoyos hasta por 10 millones de pesos en créditos para las pequeñas y medianas empresas a cada uno de los 100 mejores proyectos que ya han sido evaluados por los mejores centros educativos del país. Esta es la manera de crecer y crear empleos”, dijo el priísta en su mensaje grabado.

No fue la única sugerencia que se hizo al mandatario. También los dueños de Televisa y Tv Azteca, Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, respectivamente, propusieron cambios al paquete económico. Entre aplausos de los asistentes, incluido Emilio Azcárraga, Salinas Pliego cuestionó el destino de los recursos públicos y propuso que de cada 100 pesos que pagan como impuesto personas físicas y morales, uno se destine al apoyo directo de organizaciones sociales.

Serio, Calderón escuchó las sugerencias, y con el mismo gesto siguió también en las pantallas el relato de los proyectos que en apenas tres días pusieron en marcha los cuatro finalistas: Héctor González González, Raúl Hernández Garciadiego, Mariana Baños Reynaud y Amado Miguel Barrera Rocha.

Cada historia detalló la aplicación de “políticas públicas equivocadas” que han puesto en riesgo el equilibrio ecológico del país; mantienen en situación de pobreza extrema a millones de mexicanos y en condiciones de desnutrición y abandono a comunidades indígenas; falta de servicios en escuelas rurales; desempleo y falta de oportunidades educativas para los jóvenes, hechos que, coincidieron, derivan en todo tipo de violencia.

Armando Miguel Barrera Rocha, ex integrante de bandas juveniles y hoy dedicado al rescate de jóvenes por medio de la organización Marabunta, lo puso en palabras: “la fuerza del Estado ha generado más violencia que paz. Ni un joven muerto más”. Y el ganador del concurso, Raúl Hernández Garciadiego, defendió el derecho humano al agua y criticó que la distribución de los alimentos esté acaparada por trasnacionales. Lo dijo entre aplausos, antes de recibir su reconocimiento de manos del rector de la UNAM, José Narro.

En su discurso, Calderón intentó una defensa. Dijo que su gobierno ha apoyado muchos de los proyectos, como Agua para Siempre, que impulsa Raúl Hernández en la Mixteca oaxaqueña, y que coincide con él en que proteger el medio ambiente y superar la pobreza van de la mano; con Mariana Baños Reynaud, “porque ha sacudido la conciencia del país para acabar con la violencia de género”.

Felicitó a Héctor González por su proyecto de adicionar con proteínas los alimentos para tratar de detener la desnutrición en zonas indígenas, y recordó que su gobierno también lo hace por medio de la harina de maíz Mimasa, que distribuye Diconsa y que está enriquecida con proteínas y ácido fólico, para mejorar la nutrición de las embarazadas, y a Miguel Barrera y su proyecto Marabunta, “coincido en que para superar la violencia, México no necesita la desazón, necesita amor, necesita corazón, necesita acercarse a esos adolescentes a esos jóvenes en los barrios más pobres del país, para darles esperanza y sentido de vida”.

Ofreció que su gobierno respaldará los 50 proyectos finalistas con recursos públicos, inclusive que para una nueva edición de Iniciativa México, el gobierno no duplique el financiamiento como ahora, sino que triplique el apoyo a los proyectos ciudadanos, lo que le valió el aplauso casi absoluto de los asistentes.


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