Huelga de hambre

La profesora Francisca Ríos Núñez acudió a un viejo y radical método de lucha para exhibir las conductas irregulares que se cometen desde la administración central de la Universidad Autónoma de Guerrero, bajo el mando del rector Ascencio Villegas Arrizón: la huelga de hambre.

Es una estrategia fuerte, que pone en riesgo su salud e incluso su vida, si bien es un método que ha logrado conmover a gobiernos particularmente reacios a atender las demandas. El caso más reciente fue la huelga de hambre en la ciudad de México de los trabajadores del SME, que obligaron al gobierno de Felipe Calderón a negociar con ellos; y de los históricos, está el de Mahatma Gandhi, que logró por esta vía la independencia de su país.

Pero la huelga de hambre exhibe la pequeñez de la parte denunciada, porque presume que no hubo antes ningún método capaz de lograr que atendiera los casos que le fueron planteados.

Es el caso del rector Villegas, que ha puesto oídos sordos a las demandas de los universitarios, en particular de aquéllos que no lo apoyaron en su campaña por la rectoría. El de la profesora Ríos es sintomático, porque a pesar de contar con todos los elementos para que su caso se resolviera satisfactoriamente, sólo encontró cerrazón; al igual que han encontrado otros profesores en situación similar.

Ahora que han pasado 15 días sin que Villegas Arrizón se dé por enterado de su huelga de hambre, hay que insistir: él es responsable, porque su omisión es deliberada, de lo que le ocurra a la profesora.

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