Vivimos en México un momento de gran deshumanización, dice Gutiérrez Vega

Arturo Jiménez y Bertha Teresa Ramírez

Periódico La Jornada
Viernes 15 de octubre de 2010, p. 6
Durante la inauguración, ayer, de una casa de la cultura que lleva su nombre, en la delegación Gustavo A. Madero, el poeta Hugo Gutiérrez Vega sintetizó así una reflexión que abarcó varios de los problemas más graves del país: “Vivimos un momento de gran deshumanización”.

En esa casa, cuyo nombre oficial es Centro de Arte Bicentenario Poeta Hugo Gutiérrez Vega, y ante el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, el escritor se había referido a la violencia imperante, el daño social del duopolio televisivo, la crisis del modelo educativo, el descuido gubernamental de los jóvenes ninis, la beligerancia de la jerarquía católica y los desaciertos del gobierno federal.

“En un momento especialmente difícil de la vida de un país que padece una guerra no declarada, que ha cobrado ya 30 mil muertos, que contempla con pavor la descomposición y la caída de la credibilidad del gobierno federal, las embestidas de los dinosaurios eclesiásticos contra el Estado laico, la crisis de la educación pública agravada por las torpezas de un secretario inepto y aliado del funesto caciquismo sindical, una casa como la que ahora inauguramos podrá convertirse en un refugio de la inteligencia y en una despertadora de la conciencia social y de la solidaridad.”

Acerca de la violencia, el también ensayista, dramaturgo, actor, diplomático, promotor cultural y director del suplemento La Jornada Semanal dijo: “abrimos el periódico y nos enfrentamos a la helada crueldad que asesina 30 o 40 personas al día, muchas de ellas siniestramente decapitadas; el neoliberalismo hace estragos en nuestra vida económica y social y consolida las peores formas de esclavitud contemporánea”.

Tras recordar que hay en México más de 7 millones y medio de jóvenes que ni estudian ni trabajan (ninis), destacó que “esto no sólo es preocupante, sino angustioso, pues hay en esta carencia una pesada carga de deshumanización, de deterioro de la vida civilizada, de escapatoria a través de la aventura indocumentada, de las drogas, el narcotráfico o el crimen organizado”.
Contra la cultura comercial

Si no se apoya y difunde la educación, la cultura y el arte, con ejemplos como el nuevo recinto, advirtió Gutiérrez Vega, “corremos el peligro de que se apoderen por completo de la vida cultural los señores de lo que Marcuse llamaba cultura comercial que, en el país, se desarrolla y medra sin pudor alguno en el duopolio televisivo que empobrece nuestro lenguaje, abarata los sentimientos y manipula las conciencias con fines políticos y comerciales”.

Por eso, comentó, los poderes políticos deben crear de manera urgente más espacios culturales, los cuales deben ser las casas de los jóvenes y los niños mexicanos, donde imperen la libertad de expresión, de creación y de experimentación artística. Y la nueva casa de la cultura, agregó, también será un foro de estudio y debate, pues además de compromisos artísticos habrá responsabilidades sociales y objetivos éticos.

Marcelo Ebrard, quien acudió acompañado del secretario de Educación del gobierno capitalino, Mario Delgado Carrillo, y del jefe delegacional Víctor Hugo Lobo, reconoció la trayectoria de Gutiérrez Vega, el trabajo de la delegación con la creación del nuevo espacio cultural, y dijo que se trataba de un lugar bello, abierto e iluminado.

El jefe de Gobierno destacó la importancia de los centros culturales gubernamentales porque propician la equidad en el acceso, pues a otros donde se cobra sólo puede ingresar entre 15 y 18 por ciento de la población capitalina.

En una ciudad sobrepoblada, donde predomina el escaso contacto entre los habitantes, se está “construyendo comunidad” y convivencia mediante la cultura y la educación, dijo Ebrard.

La Casa de la Cultura Gutiérrez Vega, que se ubica en avenida de los 100 Metros Sur y Poniente 122, colonia Nueva Vallejo, era una empresa de gas. Costó 26 millones de pesos y cuenta con auditorio y biblioteca.

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