Calderón ha metido al país en el horror y la muerte, afirman legisladores del PRI

Enrique Méndez y Víctor Ballinas

Periódico La Jornada
Lunes 13 de junio de 2011, p. 7

Diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) reprocharon el discurso de Felipe Calderón en Stanford, donde criticó al tricolor y dijo que "en el pasado un régimen autocrático, de un solo partido, masacraba estudiantes y desaparecía opositores a su régimen", y consideraron que forma parte de una campaña electoral en favor de su partido, Acción Nacional, y resaltaron que por ver al pasado no se da cuenta de que "él pasará a la historia como el Presidente que metió al país en una guerra" y que "lo dejó en el horror de miles de muertos".

A su vez, el presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Senado, el panista Felipe González, manifestó que la manta desplegada por una avioneta sobre la Universidad de Stanford, en un acto al que asistió el presidente Calderón, en la que se leía "40 mil muertos, ¿Cuántos más?", es un acto de "cinismo, porque los estadunidenses saben que las armas vienen de su país a México y que los principales consumidores de drogas están allá. Esto fue para desviar la atención".

Carlos Jiménez Macías, senador priísta, refirió que a Calderón lo persiguieron por el país al inicio de su mandato los perredistas, quienes le reclamaban lo que consideraban fraude electoral, y ahora sorprende que en Estados Unidos alguna organización de ese país lo cuestione por su estrategia de seguridad. "Esto no es más que una muestra del hartazgo de la gente con la política contra la inseguridad, es un reclamo generalizado ante la obstinación presidencial por mantener al Ejército en las calles; incluso ya dijo que no modificará su estrategia."

Por su parte, el diputado priísta Felipe Solís Acero sostuvo que "hasta el último de sus días a Calderón lo perseguirá el estigma de haber sembrado la zozobra, la inseguridad y dejar una lista de casi 40 mil muertos".

El también priísta Jorge Rojo afirmó que "fue la institucionalidad del PRI la que permitió a Calderón rendir protesta en 2006, y tal vez por eso aseguró que contra todo pronóstico él es ahora Presidente".

El diputado hidalguense lamentó "que sea otra vez en el extranjero donde Calderón lance discursos incendiarios y recurra al pasado para asegurar que ahí se explican los males del país, pero es él quien utiliza al Ejército en tareas de policía y es su administración la que es señalada, desde instancias internacionales, de no respetar derechos humanos. Y es él quien será recordado como el Presidente que dejó a México en el horror y el miedo".

En tanto, Mauricio Toledo (PRD) sostuvo que Calderón no puede cuestionar que en los regímenes del PRI hubo desaparecidos y asesinatos, porque tanto en su mandato como en el de Vicente Fox, “ni uno solo de los responsables de la guerra sucia de los 60 y 70 ha sido llevado a la cárcel, y esa impunidad también es atribuible a su gobierno”.

En entrevista, Solís Acero (PRI) planteó que la alternancia en el poder pudo demostrar que la Presidencia de la República pasó del respeto a la institución "a la visión cómica de Fox y de ésta a la visión dramática y sanguinaria que encarna Calderón; entre el régimen de cómic político de Fox, y el de Calderón, atrapado en sus propias obsesiones de guerra, a pesar de que la evidencia y los resultados consuetudinarios de sangre revelan sus torpezas".

Asimismo, respecto del mensaje (en inglés) de los 40 mil muertos que se desplegó en una avioneta, mientras Calderón asistía a la ceremonia de graduación de Stanford, señaló que ese es precisamente el lema que seguirá al Ejecutivo toda su vida.

"Cada semana el número de muertos que se cuestiona en las mantas tiene que actualizarse. Calderón pasará a la historia, triste y lamentablemente, como el Presidente de una guerra perdida que le costó a los mexicanos sangre e incertidumbre."

A su vez, el senador perredista Tomás Torres destacó: "Resulta desafortunado que México ahora trascienda no por sus niveles de competitividad, sino por esta violencia terrible por la que atraviesa nuestro país; las evidencias nos muestran que las acciones de los gobiernos han sido insuficientes".

La exhibición de la manta desde la avioneta, y en Estados Unidos, "no es una afrenta: es una forma de reclamar al gobierno mexicano por su necedad de mantener su estrategia, pero aunque lastimosa y deshonrosa en las circunstancias en que se dio, tiene una base real y objetiva", concluyó el legislador.


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