Insta Calderón a hacer del trabajo policiaco un "sacerdocio cívico"

Claudia Herrera y Gustavo Castillo

Periódico La Jornada
Viernes 3 de junio de 2011, p. 2

Después de pedir a la sociedad que ayude a quitar el desprestigio de la policía para convertirla en un "verdadero sacerdocio cívico", el presidente Felipe Calderón invitó a los jóvenes, en especial a los universitarios, a unirse a las filas de la Policía Federal (PF).

Los convocó a ver esta actividad como "una opción de vida y de desarrollo profesional atractiva, pero algo más importante, como el privilegio y satisfacción de poder servir a México".

El jefe del Ejecutivo federal hizo este llamado el mismo día en que decretó que el 2 de junio sea el Día del Policía, motivo por el cual encabezó un festejo en el centro de mando de la Policía Federal.

Tras la polémica que suscitó la condecoración otorgada por la policía colombiana a Genaro García Luna sin autorización previa del Congreso, Calderón aprovechó la ocasión para felicitarlo en público por ser clave en la "profesionalización" de esta corporación.

Resaltó que el presupuesto que maneja la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal se multiplicó por seis y tiene bajo su mando a 35 mil elementos.

Tras reconocer que "seguramente" aún habrá policías corruptos en sus filas o que cometen abusos, pidió a los efectivos denunciar a aquellos deshonestos que manchan el buen trabajo de sus compañeros.

A la primera celebración del Día del Policía acudieron varios gobernadores priístas, como Enrique Peña Nieto, del estado de México; Rodrigo Medina, de Nuevo León; Egidio Torre, de Tamaulipas; Andrés Granier, de Tabasco, y José Calzada, de Querétaro; el panista Marco Adame, de Morelos, y el ex priísta Mario López Valdez, de Sinaloa.

Otros invitados fueron Elba Esther Gordillo, presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, quien no está involucrada en temas de seguridad, así como directivos de medios de comunicación, como Carlos Marín y Pedro Ferriz de Con.

El campo del centro de mando ubicado en Iztapalapa se convirtió la mañana de ayer en pista de aterrizaje no sólo para el grupo de paracaidistas que dio una exhibición, sino para los helicópteros en que llegaron algunos funcionarios, como el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, y el propio Presidente.

Ante cientos de policías que después desfilaron luciendo uniformes y armas, Calderón deploró que durante décadas ser policía se convirtió en "sinónimo de abuso y arbitrariedad, de corrupción, de cultura de la mordida y del entre, de improvisación, de nula capacitación y, por desgracia, de criminalidad".

Atribuyó esta situación a la corrupción, impunidad, negligencia, abandono institucional o la propia formación como sociedad, que fue generando una imagen desprestigiada del policía, lejana de la admiración que provocan maestros o médicos.

El Día del Policía

Para reivindicar el honor de los "buenos policías", anunció que decretó el 2 de junio como el Día del Policía, exactamente dos años después de la creación de la PF. Explicó que sin menoscabo de la forma en que las entidades o instituciones dedican honrar a sus policías, la SSP federal está obligada a reconocer la labor que desempeñan sus integrantes y entregará en ceremonia distinciones, como ocurrió ayer.

Advirtió que esta labor no sólo compete al gobierno sino a la sociedad. Para convencer a la población, argumentó: "Sólo unidos lograremos que la policía deje de ser y parecer una ocupación desprestigiada y convertirla en lo que debe ser, una profesión honorable que goce del respeto de la gente, un verdadero sacerdocio cívico de quienes están incluso arriesgando su vida al servicio de los demás".

Insistió en que los estados deben profesionalizar a sus efectivos para que pueda ponerse término a la "presencia supletoria, gallarda, generosa y patriótica" de las fuerzas armadas en labores de seguridad interna.

Instruyó a los elementos de la PF a cuidar su buen nombre e instaurar una nueva mística que no tolere la corrupción y el abuso, para que la reivindicación del policía venga de la fuerza de los hechos y no sólo de las palabras.

Antes de recibir los elogios presidenciales, García Luna expresó que los elementos de la PF son héroes nacionales y se enorgulleció de los avances obtenidos durante su administración.

Porque, según el funcionario, "hace poco más de cuatro años era impensable que México contara con una policía profesional, con doctrina, mística y capacidad técnica para enfrentar al crimen y proteger a la comunidad". Resaltó que "ahora el reto de todos es mantener esta inercia para que la institución se consolide".


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