Nacional - Miércoles, 21 de septiembre de 2011 A la justicia de los gringos

José Manuel de la Huerta - Opinión EMET

Dale carne fresca al mal perro, y verás que hasta a su amo desconoce... y si su amo es de carne fresca, de seguro también se lo come...

De lo que se entera uno... ahora resulta que un asesino, o por lo menos el autor intelectual de uno de los más grandes crímenes que se han perpetrado en nuestro País, es profesor en la Universidad de Yale; y me refiero a Ernesto Zedillo (del PRI), de quién se presume fue el autor intelectual de la Masacre de Acteal. Si bien es verdad, que a este elemento se le atribuyen otras fechorías, como el FOBAPROA, la Crisis del 94 y el arreglo en lo obscurito con el PAN, para ceder la presidencia a Vicente Fox, ninguna de esas se puede equiparar con el asesinato de 45 personas, incluidas mujeres, mujeres embarazadas, niños y ancianos, en aquel diciembre de 1997; sin embargo, lo más lamentable del caso Acteal, es que personas pertenecientes a los grupos indígenas de la región, se prestaron, para llevarla a cabo... ¿A cambio de qué? La respuesta a esta pregunta, continúa sin respuesta clara. Hoy 20 de septiembre de 2011, circula en varios medios, la noticia de que familiares de las víctimas, de aquel hecho de Acteal, han presentado una denuncia en los EUA, por los cargos de crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, contra el expresidente Zedillo... ¡Ojalá se haga justicia, y empiecen a pagar los intocables por sus crímenes! Pero un dato no deja de ser curioso... ¿Por qué presentar la denuncia en los EUA, por un hecho ocurrido en México? La respuesta es muy sencilla, porque aquí, las autoridades simplemente no hacen nada, nomás les tapan el hocico con billetes, y se dedican nomás a guardar silencio.

Pero otros dos crímenes, de similar o mayor magnitud, cometidos por otros gobiernos priístas, ahí están, solo apostándole a la amnesia colectiva...

Matanza del 2 de Octubre de 1968, orquestada por Gustavo Díaz Ordaz, de la cual aún no se ha podido establecer el número correcto de estudiantes asesinados, pero algunas fuentes indican que pudieron haber sido mas de 300, aunque ese dato parece quedarse bastante pequeño, en relación con la magnitud de los incidentes; además se suman también un número indeterminado de desaparecidos. El Batallón Olimpia, junto con el Ejército Mexicano, se dieron a la tarea de infiltrar efectivos de sus corporaciones, dentro de las filas de los estudiantes, para que en el momento en que finalizaran los discursos de los líderes estudiantiles, en la Plaza de las Tres Culturas, iniciar una serie de provocaciones y disturbios, con lo cual se justificarían las acciones, que ya habían sido planeadas de antemano por el mismo Gobierno.

Masacre de Corpus Christi, el 10 de junio de 1971, la cual sería una especie de continuación de la masacre del 2 de octubre del 68, organizada por Luis Echeverría Alvarez, para terminar de eliminar a muchos de los líderes estudiantiles, que se habían marchado al exilio a raíz del conflicto del 68; se dice que el gobierno formó, para este fin, un grupo paramilitar denominado los Halcones, integrado principalmente por militares, pandilleros y expresidiarios; después, haciendo pasar a los Halcones, por estudiantes extremistas, opuestos a los auténticos líderes estudiantiles, iniciaron, con el uso de armas de fuego, la masacre contra los líderes estudiantiles, que realizaban una marcha pacífica hacia el Zócalo Capitalino; al rededor de 120 muertes se contabilizan por estas acciones, incluso se comenta, que los estudiantes que no murieron en el cruce de Melchor Ocampo y San Cosme, lugar de la masacre, fueron ultimados en los hospitales en los que eran atendidos por las heridas recibidas.

Si bien es cierto que el 2 de Octubre no se olvida, la realidad es que las nuevas generaciones, no lo dimensionan en su justa medida, por lo que al igual que otras fechas significativas, corre el riesgo de que, con el paso del tiempo, el 2 de Octubre si se olvide. Por otro lado, pues cabe mencionar que los promotores de tan vil acto, así como también el caso del Halconazo, han permanecido por años en la impunidad; y en el caso de Díaz Ordaz, pues se murió sin pagar las debidas cuentas por su crimen.

Labor urgente de los mexicanos, erradicar la impunidad, única forma de evitar que los actos viles se repitan, pero al parecer, nuestros órganos de impartición de justicia no piensan lo mismo... por lo que veo ahora, con este caso de la demanda contra Zedillo en los Estados Unidos, por el caso Acteal, como que la cosa será acudir a la justicia de los gringos... a ver si no después, hasta les mandamos a ellos el presupuesto para este rubro.

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