Plantón de usuarios ante los miles de abusos de CFE


Como prueba de uno más de los hartazgos sociales que brotan por todos los rincones del país, miles de ciudadanos expresaron el pasado 17 de abril su apoyo al plantón indefinido que montó a las afueras de la CFE, en la esquina de Insurgentes y Reforma, la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica (ANUEE), en demanda a la aplicación del programa “borrón y cuenta nueva”, que ponga fin al arbitrario pillaje en contra de los consumidores y frene la judicialización de los juicios entablados en su contra por la entidad pública; de igual forma, otro de los planteamientos torales es el establecimiento de una tarifa social  en favor de las clases más desprotegidas.
La acumulada lista de agravios y atropellos justifica ampliamente el enojo de los antes clientes de Luz y Fuerza con la Comisión Federal, ahora denominada “Empresa Productiva del Estado”. Tan sólo en la Ciudad de México las quejas por altos cobros reflejados en los llamados “recibos locos”, ascienden a más de 300 mil y la cifra se eleva a mayores proporciones en todo el país. Es de resaltarse que la ANUEE ha trascendido su campo de acción del Valle de México a estados como Oaxaca, Guerrero y Sonora, donde los consumidores enfrentan problemas y agravios similares a los usuarios del centro del país.
El problema social se ha agudizado porque instancias como la Procuraduría Federal del Consumidor han terminado por colocarse al lado de la CFE, negándole sus derechos a los miles de usuarios cuyas demandas no avanzan. La conciliación, la suspensión de los altos cobros, así como una revisión a fondo de los casos les han sido negados en todos estos años por esta dependencia.
La gente se quedó esperando que se cumplieran las promesas del expresidente Felipe Calderón, que tras extinguir a Luz y Fuerza del Centro y despedir de manera autoritaria a 44 mil electricistas del Sindicato Mexicano de Electricistas, prometió que bajarían las tarifas, se mejoraría el servicio y habría un considerable ahorro a las finanzas públicas.
Apenas la CFE entró a operar el sistema eléctrico, aparecieron los “recibos locos” que en todos estos años  han quebrantado la economía familiar de miles de hogares humildes. Ha quedado demostrado que Calderón no sólo pisoteó los derechos de los agremiados al SME; además, hizo lo mismo con los usuarios de la energía eléctrica a los que jamás les informó que de la noche a la mañana pasarían a ser atendidos por una empresa con la que nunca firmaron  contrato y, por ende, no tendría una responsabilidad tácita y menos legal con ellos. Como hasta la fecha ha sucedido, generando una de las más aberrantes ilegalidades comerciales.
Pero no sólo eso, los consumidores han tenido que soportar un servicio de pésima calidad con incontables y recurrentes fallas, debido en buena parte al desmantelamiento de la red de cobre por una de aluminio y la imposición, también sin consulta alguna de por medio, de los medidores de prepago.
A la fecha no hay un solo usuario que avale o diga que tras el cierre de Luz y Fuerza y el arranque de la Reforma Energética, se han disminuido los costos de la electricidad. Desde aquel aciago 11 de octubre del 2009 en que a punta de metralleta fueron sacados de sus centros de trabajo los electricistas del SME, los precios de la electricidad se han incrementado en un 200 por ciento. Razón por la cual muchos productos han impactado sus costos y precios finales al consumidor. Y el asunto es una historia sin fin, porque cual si fueran los gasolinazos, los precios de la luz aumentan cada mes.
Llama la atención que desde el Congreso los diputados y senadores de los partidos que votaron a favor de la Reforma Energética ahora se encuentren muy callados y nada digan al respecto, cuando hace unos años en que se rasgaron las vestiduras para sacarla adelante, no se cansaron de propalar a los cuatro vientos los mil y un beneficios que traería al país su aprobación.
Las familias mexicanas, las empresas y comercios, contarían con importantes reducciones en sus recibos, dijeron entonces. Demagogia pura que ahora brilla por su ausencia en los discursos parlamentarios. Y hay que recordarles que en su momento, organizaciones sociales y sindicatos independientes como el SME, advirtieron a los legisladores de lo contraproducente que resultaría para la economía nacional quitar del marco constitucional la facultad exclusiva del Estado para generar y comercializar la electricidad.
Como parte del desmantelamiento del sector energético del país para abrir las puertas al capital nacional y extranjero, no bastó con desaparecer a Luz y Fuerza del Centro; de paso se eliminó la figura de Pemex y CFE como organismos públicos descentralizados para transformarlos en “Empresas Productivas del Estado”, atomizándolas en varias filiales para hacer negocios con los recursos naturales del país y con la propia infraestructura del Estado.
Desde el Congreso hay un explicable mutis de los legisladores ante el fracaso evidente de la Reforma Energética y la oferta de beneficios a la sociedad que se ve cada vez más inalcanzable conforme transcurre el tiempo.
Al lado de la ANUEE se han sumado el SME, la OPT y la Nueva Central de Trabajadores (NCT), organizaciones que han estado bregando al lado del pueblo de México para que los congresistas volteen a mirar a una sociedad agraviada con el asunto de las tarifas eléctricas y los abusos de la CFE.
En abril del pasado año presentamos una iniciativa que plantea reformas al artículo cuarto constitucional para reconocer el derecho a la electricidad como un derecho humano para todos los mexicanos, donde la electricidad no sea vista como una mercancía sujeta a los precios del libre mercado, sino como un medio de desarrollo integral de nuestra economía y de la sociedad en su conjunto. La propuesta fue acompañada de 427 mil firmas.
El plantón indefinido que se ha apostado a las puertas de la CFE debe servir para refrescarles la memoria a los congresistas y recordarles que tienen una cuenta pendiente con la ciudadanía. Es momento de resarcir algo de los muchos destrozos ocasionado tras el cierre de Luz y Fuerza, ahora que nuevamente están pidiendo el voto a aquellos a quienes tanto han defraudado.
Martín Esparza Flores 

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