Caso Cuba: Defenderemos la verdad con nuestra
El imperio y sus aliados se han lanzado a una nueva cruzada para intentar
demonizar a Cuba. Su poderosa maquinaria política y mediática ha puesto en
marcha una colosal operación de engaño con el objetivo de desacreditar el
proceso revolucionario, desestabilizar el país y provocar las condiciones
para la destrucción de nuestro sistema social.
En la febril campaña usan a sus mercenarios al antojo. Para obtener
bochornosos dividendos políticos, los lanzan a la muerte, sin importarles un
ápice verdaderamente esos seres humanos; como no les ha importado nunca
tampoco la muerte de más de 3 mil cubanos por actos terroristas organizados
y financiados desde Estados Unidos, ni el destino de los más de 2 mil
compatriotas mutilados por esos actos abominables, ni los ciudadanos que han
perecido en el Estrecho de la Florida al lanzarse en infaustas aventuras
tras los cantos de sirena de la asesina Ley de Ajuste Cubano.
Invocan cínicamente los derechos humanos que han pisoteado y pisotean hoy
impunemente en diversas partes del mundo. Acusan hipócritamente a la
Revolución de la muerte de una persona, preso común al que vistieron de
político por obra y gracia de las campañas anticubanas y los cuantiosos
recursos y medios que a ella se dedican, a quien sacrificaron para servir de
punta de lanza en el propósito de denigrar a la nación que más esfuerzos ha
hecho por salvar vidas en el mundo, al enviar a decenas de miles de sus
abnegados trabajadores de la salud a colaborar con más de un centenar de
países, en los lugares más difíciles; a la Revolución que no dudó un segundo
en ofrecer sus médicos para socorrer a las ciudadanos norteamericanos en New
Orleans y otras ciudades del sur tras el paso devastador del huracán
Katrina; la que brinda estudios superiores a jóvenes que no hubieran podido
graduarse en sus naciones, incluyendo a varios de los Estados Unidos; a la
que ha puesto a disposición internacional un novedoso método de
alfabetización que ha permitido a millones de personas en diversos países de
América Latina y el Caribe, Europa, África y Oceanía acceder al sagrado
derecho humano de la educación y el conocimiento.
La Revolución Cubana ha actuado consecuentemente bajo principios éticos,
políticos y morales siguiendo las enseñanzas de Fidel. El respeto al ser
humano es la esencia de nuestro sistema y ha sido una de las claves del
apoyo popular al proceso desde los días heroicos de la Sierra Maestra,
cuando siempre se respetó la vida de los prisioneros enemigos.
Pese a la invariable política de hostilidad y agresión constante del
Imperio, desde la invasión armada, los sabotajes terroristas y los planes de
atentados contra Fidel y nuestros dirigentes, hasta la promoción de la
subversión y el genocida bloqueo económico, comercial y financiero que dura
ya cinco décadas, la Revolución jamás ha asesinado, torturado o desaparecido
a uno solo de sus enemigos.
¿Pueden decir lo mismo los gobiernos de Estados Unidos y de los países
europeos que se desgañitan criticando a Cuba y condenándola cual si fueran
vírgenes vestales? ¿Qué pueden decir del millón de muertos en Iraq y las
decenas de miles de víctimas en Afganistán por las guerras ilegales allí
ejecutadas? ¿Cómo pueden explicar las cárceles secretas y las torturas para
los supuestos terroristas? ¿Qué basamento legal sustenta los asesinatos
selectivos que Estados Unidos ha ejecutado contra sus enemigos en diversas
partes del mundo con una fuerza especial dirigida en estos años por el mismo
General que ahora comanda las tropas en Afganistán? ¿Cómo pueden justificar
la muerte en los últimos 5 años de más de 100 inmigrantes que estaban bajo
la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados
Unidos? ¿Qué derecho humano sustenta las palizas brutales contra los
representantes de los movimientos sociales que protestaban cuando la Cumbre
del Clima en Copenhague o contra los estudiantes californianos que
reclamaban más presupuesto y menos cobros por la educación? ¿Quién supervisa
el trato vejatorio que se le da a los inmigrantes en los cientos de centros
de detención que están diseminados por Europa? ¿Se han alarmado, han
denunciado o han condenado estas escandalosas violaciones de los derechos
humanos el Congreso de Estados Unidos, el Parlamento Europeo y los partidos
de la derecha del Viejo Continente que hoy se muestran tan preocupados con
Cuba?
Lo que les inquieta verdaderamente es la fortaleza moral de la Revolución,
su fidelidad a los principios, su creciente prestigio en nuestra región,
donde se ha convertido en importante actor de impulso al proceso de
integración, su actuar inteligente y sereno para enfrentar las duras
consecuencias de la crisis económica internacional y del bloqueo, su
claridad en que hay que cambiar lo que deba ser cambiado en pos de
conquistar para nuestro pueblo toda la justicia como nos han pedido Fidel y
Raúl.
Por ello el imperio y sus aliados europeos concertan planes, coordinan el
trabajo de sus servicios especiales, envían a sus diplomáticos a las calles
a monitorear el trabajo de sus asalariados en la isla, incrementan los
fondos para la subversión en Cuba. Solo la USAID tiene asignado 20 millones
de dólares este año para suministrarle a los grupúsculos
contrarrevolucionarios y para financiar el acoso mediático contra Cuba.
Ahora centran su cínica campaña en un nuevo huelguista —cuyos delitos
comunes y actos contrarrevolucionarios fueron denunciados en Granma el
pasado 8 de marzo— a quien se le brinda toda la atención médica calificada.
Se mundializa su show mientras se silencian cínicamente su crueldad y
antecedentes criminales, sus agresiones y amenazas de muerte a una doctora,
directora del hospital donde trabajó, y la golpiza a un anciano indefenso al
que hubo que operar de urgencia por las lesiones recibidas.
Arman alharaca también alrededor de las autodenominadas Damas de Blanco,
quienes se prestan al juego enemigo y se sustentan con dólares salpicados de
sangre cubana, suministrados entre otros por el terrorista Santiago Álvarez
Fernández Magriñá, quien pretendió volar el Cabaret "Tropicana" y es el
"benefactor" en Miami de Luis Posada Carriles. No es de extrañar por eso que
el autor de la voladura de un avión de pasajeros de Cubana de Aviación y de
otros execrables actos saliera hace unos días en Miami a expresar su apoyo a
estas "damas", cuya única sanción hasta hoy ha sido el repudio contundente y
enérgico de nuestro pueblo en las calles.
Recibir dinero de una organización terrorista es una felonía severamente
castigada en Estados Unidos. Actuar al servicio de una potencia extranjera
lo es también. Los delitos de los llamados "disidentes" no tienen nada que
ver con la libertad de opinar, sino con la colaboración a sueldo de la
superpotencia enemiga en sus planes contra nuestra nación. A todos se les ha
probado la recepción, directa o indirecta, de fondos del gobierno de Estados
Unidos y de no pocas fundaciones europeas que colaboran con la política de
guerra contra Cuba.
¿Qué les pasaría a estos "disidentes" si hicieran en el país de su amo las
acciones que realizan en Cuba? El Código Penal de Estados Unidos prevé una
pena de 20 años para quien preconice el derrocamiento del gobierno o del
orden establecido; 10 años para quien emita falsas declaraciones con el
objetivo de atentar contra los intereses nacionales en sus relaciones con
otra nación, y 3 años a quien mantenga "correspondencia o relación con un
gobierno extranjero (¼ ) con la intención de influir en su conducta (...)
respecto a un conflicto o una controversia con Estados Unidos".
El enemigo usa todas las armas de presión. Utiliza el chantaje político y
ordena el aniquilamiento mediático de quienes pretendan ser solidarios con
Cuba. Intenta acallar cualquier voz que discrepe de su dictado. Olvida hasta
su cacareada "Libertad de expresión" para obligar a Google a cerrar el blog
digital de un intelectual cubano que ha denunciado con irrebatibles
argumentos los verdaderos propósitos políticos de la campaña contra nuestra
Patria.
Nada nos sorprende. Son los mismos métodos perversos puestos en práctica
desde hace 50 años cuando el presidente Eisenhower aprobó el Plan de
acciones encubiertas contra Cuba.
Como dijo el compañero Raúl en la clausura del IX Congreso de la UJC:
"Más de medio siglo de combate permanente ha enseñado a nuestro pueblo que
la vacilación es sinónimo de derrota.
"No cederemos jamás al chantaje, de ningún país o conjunto de naciones por
poderosas que sean, pase lo que pase. Tenemos derecho a defendernos. Si
pretenden acorralarnos, sepan que sabremos parapetarnos, en primer lugar en
la verdad y los principios". "¡Sobran los ejemplos en nuestra historia!"
Daremos la pelea con nuestras ideas, en nuestras calles y en todos los
escenarios internacionales.
¡El próximo 1º de Mayo recibirán de nuestro pueblo y sus trabajadores una
contundente e inequívoca respuesta del apoyo a la Revolución!
¡Defenderemos la verdad con nuestra moral y nuestros principios!
demonizar a Cuba. Su poderosa maquinaria política y mediática ha puesto en
marcha una colosal operación de engaño con el objetivo de desacreditar el
proceso revolucionario, desestabilizar el país y provocar las condiciones
para la destrucción de nuestro sistema social.
En la febril campaña usan a sus mercenarios al antojo. Para obtener
bochornosos dividendos políticos, los lanzan a la muerte, sin importarles un
ápice verdaderamente esos seres humanos; como no les ha importado nunca
tampoco la muerte de más de 3 mil cubanos por actos terroristas organizados
y financiados desde Estados Unidos, ni el destino de los más de 2 mil
compatriotas mutilados por esos actos abominables, ni los ciudadanos que han
perecido en el Estrecho de la Florida al lanzarse en infaustas aventuras
tras los cantos de sirena de la asesina Ley de Ajuste Cubano.
Invocan cínicamente los derechos humanos que han pisoteado y pisotean hoy
impunemente en diversas partes del mundo. Acusan hipócritamente a la
Revolución de la muerte de una persona, preso común al que vistieron de
político por obra y gracia de las campañas anticubanas y los cuantiosos
recursos y medios que a ella se dedican, a quien sacrificaron para servir de
punta de lanza en el propósito de denigrar a la nación que más esfuerzos ha
hecho por salvar vidas en el mundo, al enviar a decenas de miles de sus
abnegados trabajadores de la salud a colaborar con más de un centenar de
países, en los lugares más difíciles; a la Revolución que no dudó un segundo
en ofrecer sus médicos para socorrer a las ciudadanos norteamericanos en New
Orleans y otras ciudades del sur tras el paso devastador del huracán
Katrina; la que brinda estudios superiores a jóvenes que no hubieran podido
graduarse en sus naciones, incluyendo a varios de los Estados Unidos; a la
que ha puesto a disposición internacional un novedoso método de
alfabetización que ha permitido a millones de personas en diversos países de
América Latina y el Caribe, Europa, África y Oceanía acceder al sagrado
derecho humano de la educación y el conocimiento.
La Revolución Cubana ha actuado consecuentemente bajo principios éticos,
políticos y morales siguiendo las enseñanzas de Fidel. El respeto al ser
humano es la esencia de nuestro sistema y ha sido una de las claves del
apoyo popular al proceso desde los días heroicos de la Sierra Maestra,
cuando siempre se respetó la vida de los prisioneros enemigos.
Pese a la invariable política de hostilidad y agresión constante del
Imperio, desde la invasión armada, los sabotajes terroristas y los planes de
atentados contra Fidel y nuestros dirigentes, hasta la promoción de la
subversión y el genocida bloqueo económico, comercial y financiero que dura
ya cinco décadas, la Revolución jamás ha asesinado, torturado o desaparecido
a uno solo de sus enemigos.
¿Pueden decir lo mismo los gobiernos de Estados Unidos y de los países
europeos que se desgañitan criticando a Cuba y condenándola cual si fueran
vírgenes vestales? ¿Qué pueden decir del millón de muertos en Iraq y las
decenas de miles de víctimas en Afganistán por las guerras ilegales allí
ejecutadas? ¿Cómo pueden explicar las cárceles secretas y las torturas para
los supuestos terroristas? ¿Qué basamento legal sustenta los asesinatos
selectivos que Estados Unidos ha ejecutado contra sus enemigos en diversas
partes del mundo con una fuerza especial dirigida en estos años por el mismo
General que ahora comanda las tropas en Afganistán? ¿Cómo pueden justificar
la muerte en los últimos 5 años de más de 100 inmigrantes que estaban bajo
la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados
Unidos? ¿Qué derecho humano sustenta las palizas brutales contra los
representantes de los movimientos sociales que protestaban cuando la Cumbre
del Clima en Copenhague o contra los estudiantes californianos que
reclamaban más presupuesto y menos cobros por la educación? ¿Quién supervisa
el trato vejatorio que se le da a los inmigrantes en los cientos de centros
de detención que están diseminados por Europa? ¿Se han alarmado, han
denunciado o han condenado estas escandalosas violaciones de los derechos
humanos el Congreso de Estados Unidos, el Parlamento Europeo y los partidos
de la derecha del Viejo Continente que hoy se muestran tan preocupados con
Cuba?
Lo que les inquieta verdaderamente es la fortaleza moral de la Revolución,
su fidelidad a los principios, su creciente prestigio en nuestra región,
donde se ha convertido en importante actor de impulso al proceso de
integración, su actuar inteligente y sereno para enfrentar las duras
consecuencias de la crisis económica internacional y del bloqueo, su
claridad en que hay que cambiar lo que deba ser cambiado en pos de
conquistar para nuestro pueblo toda la justicia como nos han pedido Fidel y
Raúl.
Por ello el imperio y sus aliados europeos concertan planes, coordinan el
trabajo de sus servicios especiales, envían a sus diplomáticos a las calles
a monitorear el trabajo de sus asalariados en la isla, incrementan los
fondos para la subversión en Cuba. Solo la USAID tiene asignado 20 millones
de dólares este año para suministrarle a los grupúsculos
contrarrevolucionarios y para financiar el acoso mediático contra Cuba.
Ahora centran su cínica campaña en un nuevo huelguista —cuyos delitos
comunes y actos contrarrevolucionarios fueron denunciados en Granma el
pasado 8 de marzo— a quien se le brinda toda la atención médica calificada.
Se mundializa su show mientras se silencian cínicamente su crueldad y
antecedentes criminales, sus agresiones y amenazas de muerte a una doctora,
directora del hospital donde trabajó, y la golpiza a un anciano indefenso al
que hubo que operar de urgencia por las lesiones recibidas.
Arman alharaca también alrededor de las autodenominadas Damas de Blanco,
quienes se prestan al juego enemigo y se sustentan con dólares salpicados de
sangre cubana, suministrados entre otros por el terrorista Santiago Álvarez
Fernández Magriñá, quien pretendió volar el Cabaret "Tropicana" y es el
"benefactor" en Miami de Luis Posada Carriles. No es de extrañar por eso que
el autor de la voladura de un avión de pasajeros de Cubana de Aviación y de
otros execrables actos saliera hace unos días en Miami a expresar su apoyo a
estas "damas", cuya única sanción hasta hoy ha sido el repudio contundente y
enérgico de nuestro pueblo en las calles.
Recibir dinero de una organización terrorista es una felonía severamente
castigada en Estados Unidos. Actuar al servicio de una potencia extranjera
lo es también. Los delitos de los llamados "disidentes" no tienen nada que
ver con la libertad de opinar, sino con la colaboración a sueldo de la
superpotencia enemiga en sus planes contra nuestra nación. A todos se les ha
probado la recepción, directa o indirecta, de fondos del gobierno de Estados
Unidos y de no pocas fundaciones europeas que colaboran con la política de
guerra contra Cuba.
¿Qué les pasaría a estos "disidentes" si hicieran en el país de su amo las
acciones que realizan en Cuba? El Código Penal de Estados Unidos prevé una
pena de 20 años para quien preconice el derrocamiento del gobierno o del
orden establecido; 10 años para quien emita falsas declaraciones con el
objetivo de atentar contra los intereses nacionales en sus relaciones con
otra nación, y 3 años a quien mantenga "correspondencia o relación con un
gobierno extranjero (¼ ) con la intención de influir en su conducta (...)
respecto a un conflicto o una controversia con Estados Unidos".
El enemigo usa todas las armas de presión. Utiliza el chantaje político y
ordena el aniquilamiento mediático de quienes pretendan ser solidarios con
Cuba. Intenta acallar cualquier voz que discrepe de su dictado. Olvida hasta
su cacareada "Libertad de expresión" para obligar a Google a cerrar el blog
digital de un intelectual cubano que ha denunciado con irrebatibles
argumentos los verdaderos propósitos políticos de la campaña contra nuestra
Patria.
Nada nos sorprende. Son los mismos métodos perversos puestos en práctica
desde hace 50 años cuando el presidente Eisenhower aprobó el Plan de
acciones encubiertas contra Cuba.
Como dijo el compañero Raúl en la clausura del IX Congreso de la UJC:
"Más de medio siglo de combate permanente ha enseñado a nuestro pueblo que
la vacilación es sinónimo de derrota.
"No cederemos jamás al chantaje, de ningún país o conjunto de naciones por
poderosas que sean, pase lo que pase. Tenemos derecho a defendernos. Si
pretenden acorralarnos, sepan que sabremos parapetarnos, en primer lugar en
la verdad y los principios". "¡Sobran los ejemplos en nuestra historia!"
Daremos la pelea con nuestras ideas, en nuestras calles y en todos los
escenarios internacionales.
¡El próximo 1º de Mayo recibirán de nuestro pueblo y sus trabajadores una
contundente e inequívoca respuesta del apoyo a la Revolución!
¡Defenderemos la verdad con nuestra moral y nuestros principios!
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