Anticipada venta de garage

Estrategia Nacional de Energía 2013-2026
Martín Esparza Flores
Revista Siempre!

Dos conclusiones brotan de manera natural tras revisar el documento expedido por la Secretaría de Energía, que contiene la Estrategia Nacional de Energía 2013-2026 (ENE), presentada el pasado 28 de febrero por el presidente Enrique Peña Nieto al Congreso. La primera, el evidente desconocimiento que tienen del sector energético del país, quienes la elaboraron; y, la segunda, la abierta intención por ofrecer el mayor número de negocios posibles, en las diversas actividades,  al capital privado.

Preocupante para México que siendo dicho sector uno de los puntos estratégicos más cuidados y vigilados por las grandes potencias, dada  la importancia que representa tanto para su desarrollo económico como para su seguridad nacional, los autores de la ENE pareciera que la elaboraron cual si se tratara de una receta de cocina dictada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), en contra de los intereses del país.

En sus 74 páginas no figura diagnóstico alguno que permita conocer las causas y el origen de los problemas que enfrentan tanto Petróleos Mexicanos como la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Empresas públicas a las que el proyecto armado sobre las rodillas pretende ofertar cual si se tratara de desvencijados cachivaches a remate en una irresponsable e improvisada  venta de garaje.

Y aunque en los eventos oficiales el jefe del Ejecutivo insista en negar la intención de vender o privatizar entidades como Pemex, la lectura del enredado proyecto deja al descubierto la intención de entregar los recursos energéticos de la nación que son, de acuerdo con el texto constitucional, patrimonio del pueblo de México, a inversionistas tanto nacionales como extranjeros, los cuales ya en los gobiernos panistas prácticamente metieron medio cuerpo no sólo en Petróleos Mexicanos sino en la CFE.

En cada uno de sus 22 temas estratégicos y sus consecuentes líneas de acción, se dan endebles argumentaciones para justificar la artificiosa necesidad de solicitar el apoyo de la iniciativa privada lo mismo en las redes de poliductos para transportar gas natural que en el levantamiento de nuevas líneas de transmisión. Y en una descerebrada inconsciencia, se establece como prioritario el uso de la energía nuclear para generar energía eléctrica, como una forma de suplir los sistemas de generación que utilizan combustibles fósiles, cuando, a nivel mundial, los países del primer mundo han cancelado tales proyectos tras los desastres mundiales como los registrados en Three Mile Island, en Estados Unidos (1979); en Chernobil, Ucrania (1986); y recientemente en Fukushima, Japón.

Una decisión de tal envergadura y consecuencias para el país no puede ser tomada de espaldas al interés púbico, que es el interés de la nación; es decir, de todos los mexicanos.

En los últimos 30 años los gobernantes en turno han tomado decisiones contrarias a los intereses de las mayorías como lo fueron el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, el rescate bancario a través del Fobaproa, la ilegal extinción de Luz y Fuerza, la reforma a la Ley Federal del Trabajo y la reforma educativa, y ahora también, sin discusión alguna, se trata de avalar en el Congreso la errática ENE.

Ha llegado el momento de que los campesinos, los obreros, los estudiantes y los que generamos la riqueza del país definamos hacia dónde deben ser orientadas las políticas públicas para demostrar que el verdadero sentido de la democracia no son los procesos electorales sino las implicaciones que debe tener una democracia participativa.

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