Caso Odebrecht: Los escandalosos silencios de Felipe Calderón
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Ocupado uno en la precampaña presidencial de su esposa y atareado el otro en cuestionar a Ricardo Anaya –dirigente nacional del PAN–, la dupla Felipe Calderón Hinojosa-Salvador Vega Casillas intenta pasar inadvertida ante el caso Odebrecht, el más escandaloso acto de corrupción de Latinoamérica.
Si bien las irregulares ampliaciones de contratos para las empresas del brasileño Marcelo Odebrecht se iniciaron en 2008 –cuando el primero estuvo en Los Pinos y el segundo era titular de la Secretaría de la Función Pública–, Calderón aludió al tema el 3 de marzo pasado, sólo para negar que su encuentro con el entonces mandatario del país sudamericano Luis Inácio Lula da Silva en diciembre de 2009 fuera para acordar algún tipo de negociación ilegal.
“La sola insinuación de soborno hubiera sido inaceptable”, dijo Calderón en esa ocasión… Y no habló más del tema.
De la gestión de Calderón no se dijo más.
Sin embargo, fue justamente durante su administración cuando los contratos de la Constructora Norberto Odebrecht –que lleva el nombre del abuelo de Marcelo Odebrecht– empezaron a sufrir modificaciones constantes, siempre con beneficio para la firma brasileña y en detrimento de Pemex.
En 2009, cuando el panista Vega Casillas era titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP) –hoy es uno de los senadores rebeldes que fustiga a Anaya Cortés, presidente de su partido, por presunto enriquecimiento ilícito–, autorizó pagos anticipados a Odebrecht, lo que abultó la cartera de la firma brasileña.
Minatitlán, el inicio
Los primeros años de este siglo la demanda de los hidrocarburos se incrementó. Durante su presidencia, Vicente Fox (2000-2006) decidió incrementar la producción y planteó modernizar las refinerías del país. Empezó con la de Lázaro Cárdenas, en Minatitlán, Veracruz, con la cual buscaba detonar el empleo.
Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso 2140, ya en circulación
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