Ejidatarios obtienen nueva suspensión de plano contra termoeléctrica de Huexca
Desde el 7 de diciembre de 1922, por decreto presidencial, la Asociación de Usuarios del Río Cuautla (Asurco) es usufructuaria del caudal más aquella agua que se le inyecte en varios puntos, incluida la planta tratadora de Cuautla. La resolución del juez mantiene a salvo los derechos de Tenextepango para usar mil 158 litros por segundo del río, sin embargo, en promedio el río lleva mil 119 litros por segundo, según un resume de aforo realizado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Es decir, en promedio el río lleva menos volumen del que han mantenido a salvo los jueces para explotación de las comunidades agrícolas de la región, lo que de suyo implicaría que el líquido no alcanza para uso agrícola, menos aún para las necesidades de la termoeléctrica. Ni siquiera en tiempo de lluvias, pues los aforos de la Conagua han informado que alcanza apenas los 2 mil 660 litros por segundo, ello en octubre de 2018, cuando el temporal fue importante.
“La realidad es que, en tiempo de uso de riego, es decir, en tiempo de secas, el agua solo llega a un caudal de mil 200 litros por segundo aproximadamente, faltando más de 5 mil 600 litros por segundo para satisfacer las dotaciones de agua que tiene cada ejido garantizados en la concesión de Asurco”, informó Juan Carlos Flores, abogado de los pueblos en resistencia.
Los ejidatarios afirmaron: “no estamos dispuestos a ceder el agua de los ejidos para la termoeléctrica e invitamos al Presidente de la República a que sea congruente con la cartilla moral que el mismo emitió donde, en el punto 11 habla del derecho y obligación de defender los recursos naturales y cuidar la naturaleza y que comprenda que, para que el agua del Río Cuautla pueda ser llevada a la termoeléctrica, no basta un trato con cualquier directiva de Asurco, pasada, presente o futura, sino que tiene que pasar por el consentimiento de todos los ejidos a los cuales pertenece este Distrito de Riego y eso implica, que este convencido cada ejidatario de cada ejido, pues son sus derechos del agua lo que se le verían afectados. Sin agua ya no somos campesinos, y no queremos dejar de ser campesinos”.
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