El reto de la hipertecnologización en el futuro del trabajo
Necesitamos orientarnos hacia la creación de entornos de entrenamiento híbridos, multifuncionales que permitan conectar más fácil con la gente. Aplicaciones que permitan la híper-personalización y el alto rendimiento sólo a través del equilibrio y la salud.
A principios de abril 2022, Chris Anderson, director de TED, entrevistó a Elon Musk, revelando la intricada perspectiva del futuro que tiene este ícono de la creatividad y la tecnología. Colonias en marte, miles de naves espaciales capaces de llevar cientos de personas al espacio, ciudades interconectadas y autónomas, robots mayordomos, interconectividad cerebral con la tecnología, etc. Todo ello sucediendo en un periodo de 10 años.
¡10 años! Lo que parecía una película de ciencia ficción será nuestra realidad en una década. Posiblemente Latinoamérica no habrá roto la brecha que nos separa de los países desarrollados, pero sin duda seremos influenciados por esta ola de muchas maneras.
La tecnología no parará de avanzar. Ya es una realidad que las computadoras podrían asumir todas las responsabilidades de algunos empleados de un día para otro; aún no conocemos los alcances de la Inteligencia Artificial. A pesar de esto, la sustitución es una forma muy superficial de mirar la interacción de la tecnología con los equipos humanos.
Cada vez más empresas están adoptando o piloteando aplicaciones de IA en su operación. Lo que significa que en este lustro tendremos que re-imaginar por completo la naturaleza del trabajo, con equipos híbridos que integren la tecnología como un compañero genial que potencia cada neurona del equipo humano.
Los geeks de la tecnología esperan con emoción este momento y están ayudando a crearlo, pero esto también implica una tarea titánica para las empresas: hacer los pases de batuta entre generaciones de una forma correcta y crear un verdadero efecto post-generacional. Para poder hacer frente a la imparable expansión tecnológica necesitamos mejorar la gestión del talento, la cultura y el liderazgo.
La realidad es que hoy en día sólo un puñado de empresas está haciendo inversiones significativas en capacitación para las nuevas habilidades, por lo que muy pocos líderes están preparados para dirigir una fuerza laboral multigeneracional e hipertecnologizada de forma efectiva.
Seguimos en deuda y la máquina no se detiene
Suponiendo que un modelo de negocio realmente funciona potenciado por la tecnología, sospecho que las empresas del futuro deberán su éxito o fracaso principalmente a la calidad y gestión de su cultura y liderazgo.
Somos humanos creando empresas para vivir mejor. Necesitamos interacciones significativas para crecer y sobrevivir. El ritmo de cambio está demandando que los líderes trabajen más cerca uno de otro para generar soluciones integrales en un entorno volátil, de innovación continua, donde lo que vendrá a continuación es muchas veces incierto.
Paradójicamente, este ambicioso frenesí de productividad se convierte en un obstáculo poderoso para la creación de culturas sustentables al impedir por definición el contacto, la empatía y la calidez humana.
El problema más grande es que hay muy poco margen de error en la creación de formas más armónicas de cultura. Si nos quedamos de brazos cruzados en este aspecto, seremos cada vez más peligrosos para nosotros mismos. Sólo mira el medio ambiente, mientras más tecnología tenemos, más nos acercamos a romper los ciclos naturales del planeta.
Cada empresa es un microcosmos fractal de este desafío. Por un lado, queremos eficiencia y rendimiento para mantener encendidas las luces del progreso; por otro, bienestar, felicidad y propósito vital.
Paradójicamente la respuesta está de vuelta en la tecnología. Necesitamos orientarnos hacia la creación de entornos de entrenamiento híbridos, multifuncionales que permitan conectar más fácil con la gente. Aplicaciones que permitan la híper-personalización y el alto rendimiento sólo a través del equilibrio y la salud.
Es fundamental que las organizaciones se reinventen ágilmente y aprendan a gestionar de forma paralela el bienestar de las personas y las posibilidades operativas de tecnología como la Inteligencia Artificial para poder enfrentar el futuro de forma óptima.
Para lograr sortear la brecha necesitamos más inversión e interés en capacitación de competencias integrales que nos sitúen técnicamente en el lugar adecuado a todas las generaciones y, al mismo tiempo, nos ayuden a liberar posibilidades significativas en la forma que conectamos unos con otros con empatía, calidez y compañerismo.
El futuro es brillante. ¡Ojalá que ese brillo no nos deje ciegos!
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