Leyes de seguridad y del Trabajo

México: La Ley de Seguridad y la de Reforma Laboral terminarán de asesinar a los trabajadores
Pedro Echeverría V.

1. Estoy seguro, no dudo, que las leyes de Seguridad Nacional y de Reforma Laboral próximas a aprobarse –como mil cosas más- van a ser negociadas entre el PAN y el PRI, con algunas migajas para el PRD. Así como todas la elecciones nacionales y locales –desde siempre- han sido farsas legitimatorias, así también en los órganos legislativos –antes de llevar los acuerdos al pleno legalizador- los dirigentes de los partidos negocian presupuestos, inversiones, repartición de cargos, acusaciones, frenos de investigación, para que luego el pleno de legisladores levante sus manos como borregos. El 90 por ciento de diputados y senadores asiste a la sesiones en las cámaras con la sola obligación de levantar el dedo, para eso les pagan 200 mil pesos (unos 18 mil dólares) al mes, más prestaciones. Y no resulta vergonzoso para ellos, porque es una gran plata que les sirve para tapar muchas bocas de críticos.

2. ¿Cómo estar de acuerdo que se apruebe la Ley de Seguridad Nacional cuando es muy claro que será la legitimación de la militarización del país, la suspensión de derechos y garantías, muy por encima de lo que hemos sufrido en los últimas cuatro años y medio?
Se busca legalizar la suspensión de derechos de quien le venga en gana, pero mucho más de aquellos que luchan desde posiciones de izquierda radical y del anarquismo de los jóvenes. ¿Podrán permitir los valerosos luchadores sociales en las calles que les limiten los espacios de sus manifestaciones, bloqueos y plantones, cuando son su única defensa ante gobiernos y empresarios despóticos y explotadores? El gobierno de Calderón quiere imponer una ley de Seguridad como si el país estuviera respondiendo a una invasión, a una perturbación grave de la paz pública, o por estar en grave peligro o conflicto. Sin embargo la derecha gobierna y seguirá en el poder.

3. Pregunta Fernández Noroña, el único parlamentario que trae asolados a panistas y priístas en el congreso, acerca del servicio que proporcionan los malditos retenes instalados en el país por el gobierno: ¿Para qué tantos “retenes si por ahí no pasan narcos ni traficantes, sino los ciudadanos y estos son tratados como delincuentes?. Al rato les van hacer a los hombres análisis de próstata en los retenes, porque con ellos hacen lo que quieren, sobre todo con la gente más humilde… Si quieren detener dos delincuentes yo les doy un tip: uno vive en Los Pinos y se llama Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa y el otro se llama Genaro García Luna, quien está vinculado al narco y los grupos de secuestradores. Nadie atrapa a El Chapo (Guzmán); dice Calderón que lo va agarrar, pero de la mano porque son socios”. Obviamente Noroña tiene la razón: los narcos no pasan por los retenes, porque están en el gobierno.

4. La Ley Laboral, como la de Seguridad, es igual de importante. A Calderón y a los legisladores del PAN, PRI y PRD, les importa un bledo que los problemas del país se agraven mucho más con esa ley redactada para favorecer los intereses de los grandes empresarios; a ellos lo que interesa es saber cuántas cosas se pueden negociar para aprobar esa ley en estos momentos en que se prepara la presentación de otra ley, mucho más importante, como la de ingresos y el presupuesto de egresos. Ha degenerado tanto la política que en vez de ser un instrumento de los electores o sectores mayoritarios, es de los políticos más hábiles y marrulleros. Por ello es muy difícil que López Obrador –quien no se ha cansado de denunciar, ya en su discurso 50 mil uno, las atrocidades del calderonismo, de la clase política y empresarial- pueda llegar al gobierno. Incluso podrá ser el único que ha recorrido tres veces el país, pero eso muy poco vale.

5. Con la ley laboral fascista se le va a terminar de “poner en la madre” (expresión ya muy aceptada desde que la pronuncia el poeta Sicilia) a los trabajadores. Se acabarán los contratos colectivos, las conquistas sociales que lograron las luchas de abuelos y padres, los descansos y vacaciones pagados, en pocos palabras, la seguridad en el empleo; por el contrario se impondrá la contratación individual, el trabajo por horas, los trabajos por obra determinada, los despidos cuando el patrón quiera, el sindicalismo blanco y demás medidas que favorezcan a la empresa. La inseguridad en el empleo será absoluta. Yo aplaudiría esas medidas si mientras más le pongan en la madre a los trabajadores más se rebelaran; pero desafortunadamente eso no sucede. Mientras más jodidos económicamente están los trabajadores más miedo tienen de levantar luchas, más acuden a la iglesia a llorar su miseria y más creen en lo que les dice la televisión.

6. Estos días las calles de la ciudad de México deberían estar llenas de manifestaciones y bloqueos para impedir la aprobación de las leyes de Seguridad y del Trabajo. Hace algunos años los electricistas del SME, los sindicalizados del IMSS, los miembros de la UNT, los profesores de la CNTE y demás, ante esas amenazas salían a las calles a bloquear las grandes avenidas y los edificios de los legisladores en el DF. Incluso en muchas otras ciudades se organizaban marchas de protesta; hoy las cosas cambiaron: el gobierno de Calderón compró a los dirigentes del IMSS, destruyó al SME, persigue a los mineros y ha mediatizado a la UNT. ¿Quién va a salir ha protestar contra esas leyes fascistas de Seguridad y del Trabajo que se impondrán si los procesos electorales que se avecinan se han convertido en una buena trampa mediatizadora? ¿Qué hacen los partidos sino moviéndose alocadamente para asegurar nuevos cargos?

7. Si antes nos madreaban por protestar en las calles y un poco ilusamente siempre reclamábamos el respeto a la ley, con las nuevas reformas de seguridad la misma ley servirá para reprimirnos y asesinarnos. En vez de que desde los años sesenta cada año o sexenio fuéramos logrando más espacios de libertad, a partir de 1982 el pueblo ha ido perdiendo derechos y conquistas. Al parecer los pueblos en las últimas décadas han caminado como los cangrejos, para atrás o por lo menos de lado: ellos por sus patas, nosotros por falta de valentía y dignidad. ¿Por qué no nos van a traicionar nuestros gobiernos y nuestros líderes si somos víctimas de sus engaños y no hemos estado en buena altura para rechazar sus métodos de control y mediatización? La corrupción institucional de los gobernantes y empresarios ha tenido la fuerza para penetrar en todas las capas de abajo, ¿Cómo entonces nos vamos a liberar?

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