Echaron el sector energético al mercado, regulado por el TLC

Arturo Cano
 
Periódico La Jornada
Martes 5 de agosto de 2014, p. 8
Decir que bajarán las tarifas de la luz, mi senador, ya no alcanza para explicar todos los beneficios que la Reforma Energética (no se le olviden las Mayúsculas) traerá a este Mexiquito tan atrasado que figuraba en la lista de la vergüenza con Cuba y Corea del Norte.
Argumentos así han caído una y otra vez en el largo debate a punto de concluir. No es hora de achicar los beneficios que vendrán. Enumera el senador verde Carlos Puente: Aprobaremos una reforma energética que significa, primero que nada, la inclusión social, significa llevar luz, significa llevar el gas, significa llevar fertilizantes a las comunidades más alejadas, y allá donde más se necesitan, y algo muy importante, a precios más justos.
Y aún hay más. Claro, la multiplicación de los empleos y mejores sueldos, y no sólo en el sector energético. Pero si tú, mexicano incrédulo y sin coche, crees que no resultarás beneficiado, lee de nuevo al senador verde: Significa que para todas y todos nuestros jóvenes que el día de hoy se encuentran estudiando, tendrán mayores oportunidades de colocación en áreas bien remuneradas.
El debate vespertino apenas comienza, pero ya se anticipa que el punto principal que pondrán en tribuna las izquierdas es la contraprestación que han de recibir aquellos mexicanos que tengan la fortuna o la desventura de poseer tierras donde existan hidrocarburos.
No se dejen engañar, alerta Puente. Ustedes recibirán un pago, añade, y además el gobierno vigilará que las empresas trasnacionales cumplan con sus obligaciones.
Siendo justos y si se sigue a la letra el contenido de la ley, las instituciones del Estado mexicano más bien se encargarán de que ninguna asamblea ejidal, líder de bienes comunales o ranchero solitario se interponga en el camino de Halliburton o Shell.
La Cámara de Diputados regresó al Senado los paquetes enviados en días anteriores, con algunas modificaciones. Aquí, el PAN había defendido a fondo el modelo de ocupación temporal de tierras, ese otro nombre de la expropiación, pero no tuvo inconveniente en que la cámara baja le enmendara la plana.
Las izquierdas dicen que los propietarios tendrán derechos, sí, pero sólo a migajas.
Se incrementa su participación en los ingresos del asignatario o contratista de .5 por ciento hasta 3 por ciento, lo que contrariamente a lo que aquí se ha llegado a sostener no se trata de una cantidad menor o despreciable, dice el priísta David Penchyna, presidente de la Comisión de Energía, un orador renuente a debatir en la tribuna porque, según dice Manuel Bartlett, se le dan mejor la radio y la televisión.
Los priístas parecen hartos de las referencias históricas que han sido presencia constante en el discurso opositor. Pareciera que no fue el gobierno de Enrique Peña Nieto el que comenzó su bombardeo propagandístico usando la figura de Lázaro Cárdenas.
Claro, como la etapa de la propaganda ya pasó, Penchyna puede decir: No es papel del Legislativo estar mirando todo el tiempo hacia el pasado; eso corresponde a historiadores y jueces; el papel del Legislativo, aquí y en todo el mundo, es construir futuro.
Según un análisis del equipo de asesores del PRD, los propietarios de la tierra podrán recibir de 0.5 a 3 por ciento en el caso del gas natural, y de 0.5 a 2 por ciento en el caso del petróleo. Dichos porcentajes, aumentados en la colegisladora, no se establecerán sobre la ganancia total de las empresas, sino de la cantidad que quede una vez que haya cubierto “los costos inflados por los contratistas, los impuestos y derechos, el reparto de ‘producción compartida’, el ingreso al Fondo Mexicano del Petróleo y otros derechos”.
Foto
La perredista Dolores Padierna durante la reunión de trabajo de las comisiones unidas de Hacienda, Energía y Estudios Legislativos primera, en el SenadoFoto María Meléndrez Parada
Otra modificaciones hechas por la Cámara de Diputados fueron eliminar los pagos en especie o vía contratación de los propietarios. En el dictamen devuelto se establece que el asignatario o contratista podrá ejecutar proyectos de desarrollo para la comunidad afectada. No deberá, podrá. Y será, claro, lo que quiera la trasnacional generosamente.
Para el senador Alejandro Encinas, lo único que hizo la Cámara de Diputados fue cambiar de lugar, en el mismo artículo, la posibilidad de que el contratista adquiera bienes o servicios prestados por los propietarios de la tierra.
Prevalece la intención de convertir a los legítimos dueños de las tierras en empleados en sus propias tierras, dice el ex jefe de Gobierno del DF.
Como se sabe, en este polémico tema de las tierras, el principal logro que ha presumido el PAN es que se haya retirado la palabra expropiación para sustituirla por ocupación temporal de tierras (aunque en ninguna parte se define qué se entiende por temporal).
Cuando le devuelvan su tierra tras la ocupación temporal, sigue Encinas, el propietario recibirá una propiedad sin valor alguno.
Encinas sostiene que en este asunto se incurre en una profunda simulación, dado que la figura de la expropiación sigue existiendo en numerosos ordenamientos, para empezar, en el artículo octavo transitorio de la reforma constitucional.
La mayoría parlamentaria prefiere concentrarse en los temas modificados por la Cámara de Diputados, pero la oposición de izquierda machaca con temas en los cuales la legisladora no hizo ningún cambio.
Manuel Bartlett no suelta el punto de que la legislación secundaria está repleto de engañifas, debido a que pone restricciones o establece normas (el contenido nacional, por ejemplo) que será imposible aplicar porque echaron el sector energético al mercado, que está regulado por el Tratado de Libre Comercio, que es superior a estas leyes.
Se espera que en los días que siguen el debate más fuerte se dé sobre los temas de ingresos y egresos, que el Senado no ha revisado y que le han sido enviados por los diputados.
En este rubro, uno de los principales debates será sobre lo que el PAN presume como reducción de la carga fiscal de Pemex.
Un análisis elaborado por el equipo de la senadora Dolores Padierna precisa que la pérdida actual de Pemex es de 14 mil 744 millones de pesos, y que con la reforma energética se incrementaría a 78 mil 865 millones, pues la empresa estatal tendrá nuevas cargas, principalmente el dividendo estatal.
Con excepciones, los senadores de la mayoría ya no escuchan argumentos, y menos números.
La senadora colimense Itzel Ríos parece un tanto hastiada del debate ríspido. Ofrece como prueba de la sinceridad del gobierno el hecho de que Enrique Peña Nieto esté dispuesto a sacrificar popularidad: No piensa en su sexenio, piensa en las siguientes generaciones.
De ahí que la senadora pide estar en sintonía: México ocupa que nos dejemos de filias, que nos dejemos de fobias.

Fuente

Comentarios