Pide Obama guerra global para destruir al Estado Islámico
24 de septiembre de 2014
Internacional
Barack Obama en la tribuna de la ONU. Foto: AP |
Washington, (apro).- El presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, pidió a la comunidad internacional crear un frente militar para
degradar y destruir al Estado Islámico (EI) y a todos los grupos
terroristas.
Además, ofreció la asistencia del Pentágono para entrenar a tropas terrestres sobre tácticas antiterroristas en países como Siria e Irak y donde quiera que se requiera.
“Nos hemos juntado en una encrucijada entre la guerra y la paz, entre el desorden y la integración, entre el miedo y la esperanza”, dijo Obama al inicio de su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
“No hemos confrontado con la fuerza suficiente a la intolerancia, al sectarismo y a la desesperanza que alimenta al extremismo violento en muchas partes del mundo”, matizó.
Como comunidad internacional, añadió, “debemos enfrentar este reto concentrados en cuatro áreas”. El primero de ellos, apuntó, tiene que ver con que el grupo terrorista conocido como Estado Islámico sea “degradado y destruido, y pido al mundo unirse en este esfuerzo”.
En medio de los bombardeos aéreos que han lanzado Estados Unidos y cinco naciones árabes contra objetivos del EI y la agrupación terrorista al-Qaeda, en Siria e Irak, Obama señaló que se preparan más ataques, y dejó en claro que con esa campaña bélica no pretende imponer a sus tropas en territorios extranjeros.
En la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde participan más de 120 jefes de Estado y de Gobierno, el mandatario estadunidense explicó a la comunidad internacional que los grupos extremistas islámicos como al-Qaeda y Boro Haram han “contaminado la religión”, confundiendo a sus seguidores con ideas fatalistas que nada tienen que ver con lo que es bueno y lo que es malo.
La propaganda de estos grupos extremistas, dijo, “ha forzado a jóvenes a viajar al extranjero para pelear en sus guerra, y a los estudiantes, con todo un potencial, los convierte en terroristas suicidas. Debemos ofrecerles una visión alternativa”.
Durante su discurso en la ONU, Obama también habló de otros problemas y asuntos globales prioritarios, como la lucha y erradicación del ébola en África, la pobreza, el cambio climático, la desnuclearización de algunas naciones y la intervención directa de Rusia en Ucrania, pero su objetivo principal fue llamar a una guerra internacional sin cuartel contra el EI.
“He dejado en claro que Estados Unidos no sentará las bases de su política exterior en reaccionar ante el terrorismo. Nos hemos concentrado en una campaña para eliminar a los líderes de al-Qaeda y sus grupos afines, acabando con sus refugios en los cuales tanto se sustentan. Al mismo tiempo, hemos reafirmado una y otra vez que Estados Unidos no está y nunca estará en guerra con el Islam”, declaró.
Por su parte, la Casa Blanca y el Pentágono explicaron a los delegados de los más de 120 países que participan en la reunión de la ONU, que los dos bombardeos contra objetivos del EI y al-Qaeda, en Irak y Siria, son el resultado de informes de inteligencia confiables, en el sentido de que esos grupos extremistas planeaban atacar intereses estadunidenses y de varios de sus países aliados.
Por ello, Obama también encomió, sobre todos a países árabes con poblaciones mayoritarias de la etnia sunita, a dejar de financiar a grupos extremistas como el EI. Esa petición la hizo en clara alusión a Arabia Saudita, por ejemplo.
En el caso de Siria, el presidente de Estados Unidos señaló que se debe poner fin a la guerra civil de ese país, que le ha costado la vida a más de 200 mil personas. “La única solución a la guerra civil en Siria es política. Una que incluya una transición que responda a las aspiraciones legítimas de todos los ciudadanos sirios, sin importar la etnia ni su credo”, acotó Obama, exhortando de manera indirecta a la renuncia del presidente sirio Bashar al-Assad.
Sobre el conflicto en Ucrania, reiteró sus críticas al presidente ruso Vladimir Putin, a quien responsabilizó de alentar el movimiento separatista en esa nación.
“Rusia llevó las armas al Este de Ucrania, alimentando al separatismo violento y al conflicto que le ha costado la vida a miles. Cuando Ucrania comenzó a recuperar el control de su territorio, Rusia se rindió a sus pretensiones de nada más apoyar a los separatistas y envió tropas a Ucrania”.
Respecto de la lucha para contener y erradicar el ébola en los países de la zona Oeste del continente africano, Obama destacó que su gobierno ha enviado medicinas y médicos especializados para atender a los miles de infectados con ese mal mortal.
“Pero necesitamos un esfuerzo más amplio para parar a esta enfermedad que está matando a cientos de miles, que provoca sufrimientos horribles, desestabiliza economías y se mueve rápidamente entre las fronteras. Es fácil mirar a la distancia este problema, pero ya no es así”, advirtió.
Al hablar del combate a la pobreza, sostuvo que su país se mantiene firme en el compromiso internacional adquirido en ese sentido.
“Estados Unidos está comprometido con una agenda de desarrollo que erradique la pobreza extrema para el año 2030. Haremos nuestra parte para ayudar a la gente a que se alimente, para fortalecer sus economías y atender a sus enfermos. Y si el mundo actúa junto, podemos garantizar que todos nuestros niños disfrutarán de una vida de oportunidades y de dignidad”.
Obama abordó de manera muy sesgada el conflicto entre Israel y Palestina, y reiteró que él y su país están comprometidos a que se logre una pacificación que conlleve a la creación y reconocimiento del Estado Palestino. Sin embargo, evitó cualquier mención a la desigualdad en la guerra que sostienen esos dos pueblos, tomando en cuenta el poderío bélico de los israelitas, con un saldo de miles de civiles palestinos muertos.
Con el típico tono de adoctrinamiento o de policía mundial que profesan todos los presidentes de Estados Unidos cuando hablan ante un foro como el de la ONU, Obama lanzó una provocación al señalar que el mundo debe frenar los conflictos raciales, y puso como ejemplo a su país, al que califico de mantener una lucha estable por sus ideales, así como una unión más perfecta.
Pero también admitió: “Nuestros críticos serán rápidos en destacar que nosotros también hemos fallado para cumplir nuestros ideales, que Estados Unidos tiene muchos problemas dentro de sus fronteras.
“Es verdad, en un verano marcado por la inestabilidad en el Medio Oriente y el Este de Europa, sé que el mundo también tomó nota de lo ocurrido en una pequeña población llamada Ferguson, en Missouri, donde un joven fue asesinado y una comunidad se dividió. Sí, tenemos nuestros propios problemas raciales y tensiones étnicas”, remató.
Fuente
Además, ofreció la asistencia del Pentágono para entrenar a tropas terrestres sobre tácticas antiterroristas en países como Siria e Irak y donde quiera que se requiera.
“Nos hemos juntado en una encrucijada entre la guerra y la paz, entre el desorden y la integración, entre el miedo y la esperanza”, dijo Obama al inicio de su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
“No hemos confrontado con la fuerza suficiente a la intolerancia, al sectarismo y a la desesperanza que alimenta al extremismo violento en muchas partes del mundo”, matizó.
Como comunidad internacional, añadió, “debemos enfrentar este reto concentrados en cuatro áreas”. El primero de ellos, apuntó, tiene que ver con que el grupo terrorista conocido como Estado Islámico sea “degradado y destruido, y pido al mundo unirse en este esfuerzo”.
En medio de los bombardeos aéreos que han lanzado Estados Unidos y cinco naciones árabes contra objetivos del EI y la agrupación terrorista al-Qaeda, en Siria e Irak, Obama señaló que se preparan más ataques, y dejó en claro que con esa campaña bélica no pretende imponer a sus tropas en territorios extranjeros.
En la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde participan más de 120 jefes de Estado y de Gobierno, el mandatario estadunidense explicó a la comunidad internacional que los grupos extremistas islámicos como al-Qaeda y Boro Haram han “contaminado la religión”, confundiendo a sus seguidores con ideas fatalistas que nada tienen que ver con lo que es bueno y lo que es malo.
La propaganda de estos grupos extremistas, dijo, “ha forzado a jóvenes a viajar al extranjero para pelear en sus guerra, y a los estudiantes, con todo un potencial, los convierte en terroristas suicidas. Debemos ofrecerles una visión alternativa”.
Durante su discurso en la ONU, Obama también habló de otros problemas y asuntos globales prioritarios, como la lucha y erradicación del ébola en África, la pobreza, el cambio climático, la desnuclearización de algunas naciones y la intervención directa de Rusia en Ucrania, pero su objetivo principal fue llamar a una guerra internacional sin cuartel contra el EI.
“He dejado en claro que Estados Unidos no sentará las bases de su política exterior en reaccionar ante el terrorismo. Nos hemos concentrado en una campaña para eliminar a los líderes de al-Qaeda y sus grupos afines, acabando con sus refugios en los cuales tanto se sustentan. Al mismo tiempo, hemos reafirmado una y otra vez que Estados Unidos no está y nunca estará en guerra con el Islam”, declaró.
Por su parte, la Casa Blanca y el Pentágono explicaron a los delegados de los más de 120 países que participan en la reunión de la ONU, que los dos bombardeos contra objetivos del EI y al-Qaeda, en Irak y Siria, son el resultado de informes de inteligencia confiables, en el sentido de que esos grupos extremistas planeaban atacar intereses estadunidenses y de varios de sus países aliados.
Por ello, Obama también encomió, sobre todos a países árabes con poblaciones mayoritarias de la etnia sunita, a dejar de financiar a grupos extremistas como el EI. Esa petición la hizo en clara alusión a Arabia Saudita, por ejemplo.
En el caso de Siria, el presidente de Estados Unidos señaló que se debe poner fin a la guerra civil de ese país, que le ha costado la vida a más de 200 mil personas. “La única solución a la guerra civil en Siria es política. Una que incluya una transición que responda a las aspiraciones legítimas de todos los ciudadanos sirios, sin importar la etnia ni su credo”, acotó Obama, exhortando de manera indirecta a la renuncia del presidente sirio Bashar al-Assad.
Sobre el conflicto en Ucrania, reiteró sus críticas al presidente ruso Vladimir Putin, a quien responsabilizó de alentar el movimiento separatista en esa nación.
“Rusia llevó las armas al Este de Ucrania, alimentando al separatismo violento y al conflicto que le ha costado la vida a miles. Cuando Ucrania comenzó a recuperar el control de su territorio, Rusia se rindió a sus pretensiones de nada más apoyar a los separatistas y envió tropas a Ucrania”.
Respecto de la lucha para contener y erradicar el ébola en los países de la zona Oeste del continente africano, Obama destacó que su gobierno ha enviado medicinas y médicos especializados para atender a los miles de infectados con ese mal mortal.
“Pero necesitamos un esfuerzo más amplio para parar a esta enfermedad que está matando a cientos de miles, que provoca sufrimientos horribles, desestabiliza economías y se mueve rápidamente entre las fronteras. Es fácil mirar a la distancia este problema, pero ya no es así”, advirtió.
Al hablar del combate a la pobreza, sostuvo que su país se mantiene firme en el compromiso internacional adquirido en ese sentido.
“Estados Unidos está comprometido con una agenda de desarrollo que erradique la pobreza extrema para el año 2030. Haremos nuestra parte para ayudar a la gente a que se alimente, para fortalecer sus economías y atender a sus enfermos. Y si el mundo actúa junto, podemos garantizar que todos nuestros niños disfrutarán de una vida de oportunidades y de dignidad”.
Obama abordó de manera muy sesgada el conflicto entre Israel y Palestina, y reiteró que él y su país están comprometidos a que se logre una pacificación que conlleve a la creación y reconocimiento del Estado Palestino. Sin embargo, evitó cualquier mención a la desigualdad en la guerra que sostienen esos dos pueblos, tomando en cuenta el poderío bélico de los israelitas, con un saldo de miles de civiles palestinos muertos.
Con el típico tono de adoctrinamiento o de policía mundial que profesan todos los presidentes de Estados Unidos cuando hablan ante un foro como el de la ONU, Obama lanzó una provocación al señalar que el mundo debe frenar los conflictos raciales, y puso como ejemplo a su país, al que califico de mantener una lucha estable por sus ideales, así como una unión más perfecta.
Pero también admitió: “Nuestros críticos serán rápidos en destacar que nosotros también hemos fallado para cumplir nuestros ideales, que Estados Unidos tiene muchos problemas dentro de sus fronteras.
“Es verdad, en un verano marcado por la inestabilidad en el Medio Oriente y el Este de Europa, sé que el mundo también tomó nota de lo ocurrido en una pequeña población llamada Ferguson, en Missouri, donde un joven fue asesinado y una comunidad se dividió. Sí, tenemos nuestros propios problemas raciales y tensiones étnicas”, remató.
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