Logran vecinos cierre de Cromatos; sigue Mexichem

Gabriela Romero Sánchez
Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 5 de junio de 2016, p. 3
Tultitlán, Méx.
Durante cerca de tres décadas, Manuela Ríos de Salmerón peleó, junto con sus vecinos, por el cierre de la fábrica Cromatos de México, ubicada en Lechería, estado de México, lo que se logró en 1978. La contaminación que generaba esa empresa provocó no sólo enfermedades, sino la muerte de varias personas, entre ellas su hija María Isabel. Despúes de 38 años los habitantes del municipio de Tultitlán inician una nueva lucha, ahora contra la industria química Mexichem.
Tenemos una bomba de tiempo, alerta Ríos de Salmerón, preocupada por lo que les puede pasar, sobre todo a los vecinos cuyas casas rodean la planta que tiene esta empresa sobre la vía López Portillo 39, esquina con la calle 11 de Julio.
Ese temor se incrementó luego de la explosión en el complejo petroquímico Pajaritos, ubicado en Coatzacoalcos, Veracruz, en la planta Clorados 3 de la empresa Mexichem, la cual produce cloruro de vinilo, con lo que se fabrica material PVC, entre otras cosas.
Advierten que la contaminación que genera Mexichen será mayor si se reabre la termoeléctrica Jorge Luke, cerrada en 2009 durante la administración del presidente Felipe Calderón.
Refieren que la actividad de Mexichem ha ido en aumento, todos los días llegan trenes cargueros que entran directamente a la planta y se escucha ruido toda la noche.
La señora Manuela, de 80 años, puntualiza: no me gusta que me engañen, que me den atole con el dedo. Soy una ama de casa, pero también una persona que entiende y comprende la magnitud de los problemas.
Cuestiona que las autoridades dejen crecer los problemas cuando hay manera de controlarlos. No digo que no haya industrias, pero hay algunas que dan vida y otras que la quitan, como Cromatos. No sabemos por dónde salen ni dónde se depositan los desechos que genera, porque si lo están haciendo a los canales, más adelante la gente ocupa el agua para riego. Entonces, es un veneno, aclara.
De acuerdo con archivos del municipio de Tultitlán, la fábrica de Cromatos de México funcionó de 1958 a 1978, y producía a cielo abierto la materia prima conocida como cromita, sin que hubiera control en las emisiones a la atmósfera ni en la disposición de los residuos, los cuales donaba para el relleno y aplanado de calles.
En 1975 los habitantes de la zona comenzaron a tener problemas de salud, como perforación del tabique nasal, lesiones renales, ulceraciones, dermatitis y cáncer. Los más afectados fueron los alumnos de la escuela primaria Reforma, que se encontraba junto a la fábrica, donde estudiaba el sexto año María Isabel Salmerón Ríos. Mi hija falleció y ese fue el motivo de mi lucha. Tenía 15 años, pero hubo más niñas, recuerda.
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Manuela Ríos de Salmerón ha dado la batalla a las industrias contaminantes en el municipio de TultitlánFoto Yazmín Ortega Cortés
Tres años después la empresa fue clausurada de manera definitiva; sin embargo, no fue hasta 1982 cuando se enterraron 75 mil toneladas de cromo hexavalente en un sarcófago de concreto.
En 2014, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó a Manuela Ríos el premio Mérito Ecológico por la lucha social que encabezó contra Cromatos de México, ceremonia en la que estuvo el presidente Enrique Peña Nieto, a quien ahora pide ponga atención a este problema.
Si él me dio este reconocimiento. Que ponga el dedo en la llaga, que vea cómo se va a resolver esto. Estamos hablando de una problación gigante, que abarca a muchas colonias.
Riesgo para la población y el ambiente
Por Lechería pasan las vías del tren que traen furgones del sur del país y cruzan el municipio de Tultitlán rumbo a la frontera norte, por lo que, además, es paso de migrantes.
La inadecuada planeación de la zona ha provocado que este tipo de industrias, incluyendo la termoeléctrica, que en su momento estaban fuera de la mancha urbana, ahora estén rodeadas de miles de casas.
En su plan de desarrollo urbano 2006-2009, el municipio de Tultitlan reconoce que la ubicación de algunas casas habitación, cerca de las zonas industriales de Lechería y el parque industrial Tultitlán, representan un riesgo para la población debido a que éstas utilizan en sus procesos sustancias clasificadas como de alto riesgo por sus características corrosivas, inflamables, tóxicas y explosivas.
Y afirma que la contaminación del aire originada por fuentes móviles y fijas representa un riesgo para la salud de los habitantes, ya que esas emisiones generan, principalmente, problemas en vías respiratorias.
Se estima que tan sólo en este municipio hay alrededor de 20 industrias clasificadas de alto riesgo, debido a los materiales que manejan en su procesamiento.

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