Marchas, represión y cacerolazos sacuden Buenos Aires; 58 heridos

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Policías lanzan chorros de agua y balas de goma en las cercanías del Congreso, donde se debate la reforma previsional que significa un recorte a las pensionesFoto Ap
Stella Calloni
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 19 de diciembre de 2017, p. 21
Buenos Aires.
Fin de año salvaje; licencia para la barbarie, tituló su información Minuto Uno del canal C5N la noche de este lunes, cuando los cacerolazos sacuden la capital argentina, y ante uno de los vallados policiales frente al Congreso, mientras miles de manifestantes llegaron a rodear la quinta presidencial de Olivos, lo que indica que se expande el descontento de amplios sectores, después de una jornada de furia y represión brutal que dejó 58 heridos, más de 80 detenidos, y que comenzó con bloqueos en distintos puntos de la ciudad y una marcha multitudinaria en rechazo a la ley de reforma previsional, que intenta imponer el gobierno.
El oficialismo logró el quórum para debatir el tema, pero a un costo político muy fuerte, ya que al menos dos diputadas provinciales confesaron que lo hacían porque el gobierno nacional amenazó a sus mandatarios estatales con no enviarles el dinero para los pagos de salarios y aguinaldos. También en el interior en ciudades importantes como Rosario hubo movilizaciones y cacerolazos.
Mucho antes de comenzar la sesión en la Cámara de Diputados, y después de que la Confederación General del Trabajo dispuso un paro nacional por 24 horas a partir del mediodía, mientras comenzaban a llegar los manifestantes por un lado de la Plaza del Congreso, la policía rodeó el edificio remplazando a la Gendarmería, entonces unas 20 personas muy organizadas comenzaron a lanzar piedras a los policías, que no respondieron aunque hubieran podido detener a los agresores.
Dirigentes de la marcha, que a la hora de comenzar la sesión de los diputados (dos de la tarde, hora local) sumaban más de 300 mil personas, advirtieron que ese enfrentamiento parecía un escenario armado por sectores de inteligencia del gobierno para desprestigiar la movilización encabezada por centenares de jubilados y trabajadores.
El periodista Gustavo Silvestre, quien dirige el programa Minuto Uno, preguntó por qué la policía no actuó contra ese grupo plenamente identificado que inició los disturbios, y en cambio salieron directamente las motocicletas en una cacería indiscriminada, y desde ese momento hasta las 19 horas (local) la represión se extendió por varias calles. Entre los heridos figuran más de seis periodistas de medios importantes y alternativos.
Un jubilado fue embestido por una camioneta policial, que siguió su camino. Un policía embistió con su motocicleta a una persona que está gravemente herida. Dos jóvenes fueron llevados al hospital por disparos de balas de goma en el rostro y lamentablemente cada uno perdió un ojo. Hay más de 58 heridos.
Los policías disparaban a ambos lados de las calles a quien estuviera caminando. Un anciano fue acorralado, le tiraron gas pimienta en la cara y lo golpearon. La violencia del pasado jueves regresó este día y como denunció el ex diputado Claudio Lozano, el enfrentamiento del inicio fue claramente armado para justificar la represión y para que la prensa no enfocara a la marcha que quedaba opacada por la violencia. Eran infiltrados, aseguró. Uno de ellos fue descubierto por los manifestantes, que lo golpearon y lo sacaron de la marcha luego de mostrar que llevaba esposas y un arma en sus bolsillos.
En el Congreso el debate continuaba al cierre de esta edición, después que los diputados opositores pidieron al presidente de la cámara, Emilio Monzó, que se suspendiera la sesión ante los enfrentamientos en la calle, y poner otra fecha para discutir a fondo la reforma previsional, que ni siquiera fue bien defendida por los oficialistas. La diputada Elisa Carrió acusó a los manifestantes de intentar un golpe de Estado, olvidando que ella estuvo al frente de protestas en marzo de 2008, cuando agrupaciones patronales del campo mantuvieron cuatro meses de paro, buscaban la destitución de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner por la ley de impuestos a la exportación de soya.
El presidente Mauricio Macri le perdonó impuestos a los terratenientes, a las mineras y a otras empresas. Sólo con volver a esos impuestos cuando en estos dos años esos sectores han ganado millones de dólares e incluso los han sacado del país, se lograría triplicar lo que quiere sacarle a los jubilados.
Por la noche había cacerolazos también frente al Congreso, adonde continuaban llegando manifestantes. Las calles aledañas muestran las huellas de batallas campales. Los miles que salieron esta noche con las cacerolas eran vecinos de barrios donde se votó a Macri y a los que comenzaron a llegar los nuevos tarifazos, que no podrán pagar.

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