Cumplen una semana protestas en Ecuador contra el paquetazo

Lenín Moreno habla de una pronta solución // Hay 700 detenidos, dice la policía // Ratifican vigencia del aumento de 123% a combustibles
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▲ Movilización de trabajadores e indígenas, ayer en Quito, contra las políticas económicas del presidente Lenín Moreno.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de octubre de 2019, p. 25
Quito. Miles de indígenas marcharon ayer pacíficamente en esta capital, y por separado lo hicieron trabajadores y sindicalistas, todos contra el paquetazo del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, en una movilización que se vio opacada por enfrentamientos entre encapuchados y fuerzas de seguridad, en el séptimo día de rechazo al incremento al precio de los combustibles.
Los inconformes –que en los últimos días han llegado a Quito procedentes de distintos puntos del país– se movilizaron desde el parque El Arbolito –cuartel de este movimiento– hasta el centro histórico por una ruta pactada previamente con el gobierno, con la mediación de la Organización de las Naciones Unidas.
Al grito de: ¡Fuera Moreno!, los líderes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) negociaron con las fuerzas de seguridad el paso de la protestas. En algunos puntos los uniformados permitieron el avance de la gran columna y en otros la redirigieron para impeedir su llegada a un vacío pero cercado presidencial Palacio de Carondelet, que fue evacuado el lunes pasado. En ningún momento durante esta movilización se reportaron enfrentamientos.
El presidente de la Conaie, Jaime Vargas, afirmó: hemos dicho que no habrá diálogo mientras no se deroguen (las medidas económicas), condenamos la presencia de un grupo de personas, que creo que son infiltrados del mismo gobierno, que han tratado de desacreditar, de manchar la imagen política y de lucha del movimiento indígena.
Más tarde, la Conaie con la etiqueta de URGENTE tuiteó: Ante campaña mediática de desprestigio, circulación de información falsa, malintencionada y descontextualizada, aclaramos a nuestras bases y ciudadanía que no hemos negociado ni llegado a ningún acuerdo con este gobierno represor y criminal, al rechazar que se hubiera llegado a un principio de acuerdo, como aseguró el secretario general de la Presidencia, José Agusto Briones.
En la marcha de sindicalistas y estudiantes, encapuchados intentaron rebasar los cordones de seguridad, lo que derivó en enfrentamientos con policías y militares. Defendiéndose con palos y piedras rompieron el cerco instalado en Carondelet, en cuyas inmediaciones había neumáticos ardiendo, y fueron repelidos con gas lacrimógeno.
La emisora Pichincha Universal informó que las autoridades solicitaron la suspensión inmediata de sus actividades, un día después de que allanaron sus instalaciones por presunta incitación a la discordia.
Moreno, quien trasladó la sede de su gobierno a Guayaquil, señaló que sin duda alguna, esto se va a solucionar muy pronto, en un video transmitido por la televisión estatal. El asediado mandatario regresó ayer a la capital para supervisar las movilizaciones, pero no se informó desde dónde despachaba.
Moreno, quien asumió el cargo en 2017, ratificó a última hora del martes que mantendrá vigente las medidas, aunque admitió que está abierto al diálogo para buscar medidas de compensación a los sectores afectados y no renunciará a la presidencia.
El vicepresidente Otto Sonnenholzner ratificó ayer la vigencia de las medidas afirmó que se han tenido acercamientos con el movimiento indígena y sindicatos con el acompañamiento de la Organización de las Naciones Unidas, la Iglesia católica y rectores de varias universidades.
Desde Guayaquil denunció que pandillas pagadas han querido tomar la ciudad, e informó que en las protestas arrestaron a extranjeros, que habrían dicho que recibieron entre 40 y 50 dólares por asistir a la manifestación.
No dio el número total de extranjeros detenidos, ni sus nacionalidades, aunque aclaró que quien no cumpla con las leyes del país no podrán seguir en Ecuador.
Moreno acusó el lunes a su antecesor Rafael Correa y al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de desestabilizar su gobierno y promover un golpe de Estado.
La ministra de Gobierno, María Paula Romo, ofreció disculpas por el uso de gas lacrimógeno en la represión en el interior de dos universidades católicas, y en un parque quiteño, donde se refugiaban indígenas.
El detonante de las protestas fue un acuerdo de Moreno con el Fondo Monetario Internacional para acceder a préstamos por 4 mil 209 millones de dólares, a cambio del despido de miles de trabajadores y la eliminación de subsidios a los combustibles, vigentes desde hace 40 años, y que provocó aumentos hasta de 123 por ciento. Desde hace una semana, el galón (3.79 litros) de diésel pasó de 1.03 a 2.30 dólares y el de gasolina regular de 1.85 a 2.40.
Tras la aplicación de la medida, el gobierno autorizó un incremento de 10 centavos de dólar en el pasaje del transporte público, suspendió el traslado de petróleo por el principal de sus dos oleoductos, y aseguró que la ocupación de varios pozos petroleros en la Amazonia han tenido pérdidas por 12.8 millones de dólares, lo que representa 31 por ciento de su producción.
Los disturbios estallaron hace una semana, a lo que Moreno respondió con un estado de excepción y un toque de queda parcial de las ocho de la noche a las cinco de la mañana, que se aplica en los alrededores de instalaciones gubernamentales clave y en edificios del Estado.
Desde entonces dos personas han muerto, una arrollada por un coche y otra al caer por un puente, decenas han resultado heridas, incluida una que perdió un ojo por un perdigón, y cerca de 700 han sido detenidas, según reporte de las autoridades.
En el centro de Guayaquil cientos de inconformes se enfrentaron con policías y militares, mientras los puntos de ingreso a la capital económica del país se mantenían cerrados.
Pero también en la conservadora Guayaquil, varios miles se manifestaron en favor de la paz y contra la violencia desatada en los últimos días tras la represión a las protestas; estos manifestantes apoyaron el paquetazo.
En ciudades del norte y sur, como Cuenca, se reportaron movilizaciones y el cierre de vialidades, lo que provocó desabasto de productos, mientras las actividades comerciales y escolares se suspendieron.
La Cruz Roja interrumpió sus labores por la falta de garantías y la continua agresión de la que hemos sido objeto.
Otros campos de protestas son las redes sociales, donde miles han documentado con videos, fotos y mensajes la movilizaciones. Sin embargo, han circulado noticias falsas. La agencia France-Presse verificó en Twitter a usuarios con identidades falsas y publicaciones no veraces, y encontró el caso de un mensaje con críticas a Moreno atribuido al ex presidente uruguayo José Mujica, que fue publicado en estas páginas.
En Bélgica, donde se encuentra exiliado, el ex presidente Rafael Correa (2007-2017) reiteró su llamado a adelantar las elecciones para retirar a Moreno del gobierno y se mostró dispuesto a postular su candidatura, aunque no está claro si podrá hacerlo ante la serie de juicios, principalmente por acusaciones de corrupción, que enfrenta por parte de la fiscalía en Ecuador.
Un alto funcionario del gobierno de Estados Unidos, que pidió el anonimato, comentó a periodistas en Washington que desafortunadamente la gente de Correa, con sus amigos en Venezuela y Cuba, está provocando manifestaciones y cierto grado de violencia en Ecuador.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos mostró su preocupación por el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y periodistas durante las protestas.
 
 
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