Resumen anual de Milenio
Ricardo Monreal Ávila
Milenio Diario
martes 29 de diciembre de 2009
2009, será el año de la crisis económica más severa en un siglo. Más de tres millones de mexicanos perdieron su trabajo y no lograron reinsertarse en el mercado laboral. Y aquellos que lo conservaron, vieron disminuir severamente el poder adquisitivo de su salario o sueldo. Por ello, el tema económico que no figuraba como la preocupación central de los mexicanos desde 1995, hoy es el principal problema percibido por la población (82%).
Con casi 8 mil ejecutados en un año, la mayor parte de ellos en los estados del norte del país, la inseguridad fue el segundo saldo negativo de 2009. El secuestro regresó por sus fueros y el número de delitos que quedaron impunes también creció. Por si fuera poco, el Ejército mexicano fue puesto contra la pared, por el creciente número de denuncias en su contra, relacionadas con presuntas violaciones a los derechos humanos. También crecieron las voces dentro y fuera del gobierno, dentro y fuera del país, cuestionando la estrategia de combate al crimen organizado y los escasos resultados de una `guerra fallida`.
El virus de la influenza y su presunto origen mexicano fue otro de los lastres de 2009. La sobrerreacción del gobierno mexicano, que aisló al país más que al virus (entre otros factores, por falta de infraestructura científica para detectar a tiempo las amenazas a la salud pública), costó al país casi un punto porcentual del PIB, además de la estigmatización de los mexicanos en varios países del mundo (sometidos al escarnio y a la infamia) y la caída abrupta del turismo internacional. El virus A/H1N1 diezmó más a la economía, a las finanzas públicas y a la imagen internacional del país, que a la población mexicana. Fue otra de las notas malas de 2009.
El `boquete fiscal` de 300 mil millones de pesos, generado por la caída en la recaudación fiscal y en las exportaciones petroleras, puso a temblar al gobierno y al país. En sentido contrario a lo realizado en otros países golpeados por la crisis económica global, el gobierno mexicano se fue por el camino fácil de cobrar más y nuevos impuestos en medio de la recesión, así como el incremento de precios y tarifas en los bienes y servicios del sector público. Esta ha sido la decisión más cuestionada en los tres años de la presente administración federal, tanto por expertos económicos como por la población. No obstante ello, el gobierno decidió impulsarla y defenderla, convencido de que era la única forma de sortear la crisis. Con esta medida, el gobierno medio tapó su boquete fiscal, pero abrió una zanja en la economía popular y en la confianza ciudadana. Aún no entran formalmente en vigor otros insumos ya están a la orden del día. Tan sólo en diciembre, la gasolina magna ha subido de precio en dos ocasiones. Este manejo fiscal de la crisis, sin duda, es otra de las pésimas noticias de este año.
Resultado de todo lo anterior fue el aumento de los mexicanos en pobreza y la reaparición del autoritarismo político demostrado en la arbitraria extinción de la empresa pública Luz y Fuerza del Centro y de su sindicato, el SME, tan impresentable como otros sindicatos que, sin embargo, por ser `aliados` no son molestados ni con el pétalo de un recorte presupuestal.
Seis millones de nuevos pobres son el resultado más gráfico y evidente de que 2009 no fue un buen año para el país. Será recordado como el año de la crisis o el año en el que todos estuvimos en peligro, por problemas económicos que vinieron de fuera ciertamente, pero la impericia de dentro los hizo más agudos y graves.
De los eventos positivos y memorables de 2009 podemos mencionar los siguientes, en cada una de las áreas antes descritas. La crisis económica pegó fuertemente en el empleo y las finanzas públicas, pero no así en el crédito y en la moneda mexicana, que siguieron de pie (gracias sobre todo a las reservas en divisas del Banco de México). Siendo esencialmente fallida en su enfoque y operación, la guerra contra el crimen y las mafias terminó el año con un golpe espectacular: la cacería y asesinato de Arturo Beltrán Leyva, uno de los capos más violentos y sanguinarios del mundo del narcotráfico.
Otro evento positivo fue que, en medio de la crisis económica, la ciudadanía tuvo la oportunidad de optar por diversas alternativas políticas en las elecciones locales y federales; la democracia electoral funcionó en una de sus facetas: castigar el mal gobierno en tumo y dar oportunidad a otras opciones.
Sin embargo, en el balance final los eventos negativos pesan más que los positivos. Tal vez por ello, Felipe Calderón enunció el mejor epitafio dedicado al año que está por finalizar: `Lo único bueno de 2009 es que está por concluir`, 2009 será recordado como el año de la crisis o el año en el que todos estuvimos en peligro, por problemas económicos que vinieron de fuera ciertamente. pero la impericia de dentro los hizo más agudos y graves.
bm rlcardo_monreal_awlla@yahoo.com.mx
Milenio Diario
martes 29 de diciembre de 2009
2009, será el año de la crisis económica más severa en un siglo. Más de tres millones de mexicanos perdieron su trabajo y no lograron reinsertarse en el mercado laboral. Y aquellos que lo conservaron, vieron disminuir severamente el poder adquisitivo de su salario o sueldo. Por ello, el tema económico que no figuraba como la preocupación central de los mexicanos desde 1995, hoy es el principal problema percibido por la población (82%).
Con casi 8 mil ejecutados en un año, la mayor parte de ellos en los estados del norte del país, la inseguridad fue el segundo saldo negativo de 2009. El secuestro regresó por sus fueros y el número de delitos que quedaron impunes también creció. Por si fuera poco, el Ejército mexicano fue puesto contra la pared, por el creciente número de denuncias en su contra, relacionadas con presuntas violaciones a los derechos humanos. También crecieron las voces dentro y fuera del gobierno, dentro y fuera del país, cuestionando la estrategia de combate al crimen organizado y los escasos resultados de una `guerra fallida`.
El virus de la influenza y su presunto origen mexicano fue otro de los lastres de 2009. La sobrerreacción del gobierno mexicano, que aisló al país más que al virus (entre otros factores, por falta de infraestructura científica para detectar a tiempo las amenazas a la salud pública), costó al país casi un punto porcentual del PIB, además de la estigmatización de los mexicanos en varios países del mundo (sometidos al escarnio y a la infamia) y la caída abrupta del turismo internacional. El virus A/H1N1 diezmó más a la economía, a las finanzas públicas y a la imagen internacional del país, que a la población mexicana. Fue otra de las notas malas de 2009.
El `boquete fiscal` de 300 mil millones de pesos, generado por la caída en la recaudación fiscal y en las exportaciones petroleras, puso a temblar al gobierno y al país. En sentido contrario a lo realizado en otros países golpeados por la crisis económica global, el gobierno mexicano se fue por el camino fácil de cobrar más y nuevos impuestos en medio de la recesión, así como el incremento de precios y tarifas en los bienes y servicios del sector público. Esta ha sido la decisión más cuestionada en los tres años de la presente administración federal, tanto por expertos económicos como por la población. No obstante ello, el gobierno decidió impulsarla y defenderla, convencido de que era la única forma de sortear la crisis. Con esta medida, el gobierno medio tapó su boquete fiscal, pero abrió una zanja en la economía popular y en la confianza ciudadana. Aún no entran formalmente en vigor otros insumos ya están a la orden del día. Tan sólo en diciembre, la gasolina magna ha subido de precio en dos ocasiones. Este manejo fiscal de la crisis, sin duda, es otra de las pésimas noticias de este año.
Resultado de todo lo anterior fue el aumento de los mexicanos en pobreza y la reaparición del autoritarismo político demostrado en la arbitraria extinción de la empresa pública Luz y Fuerza del Centro y de su sindicato, el SME, tan impresentable como otros sindicatos que, sin embargo, por ser `aliados` no son molestados ni con el pétalo de un recorte presupuestal.
Seis millones de nuevos pobres son el resultado más gráfico y evidente de que 2009 no fue un buen año para el país. Será recordado como el año de la crisis o el año en el que todos estuvimos en peligro, por problemas económicos que vinieron de fuera ciertamente, pero la impericia de dentro los hizo más agudos y graves.
De los eventos positivos y memorables de 2009 podemos mencionar los siguientes, en cada una de las áreas antes descritas. La crisis económica pegó fuertemente en el empleo y las finanzas públicas, pero no así en el crédito y en la moneda mexicana, que siguieron de pie (gracias sobre todo a las reservas en divisas del Banco de México). Siendo esencialmente fallida en su enfoque y operación, la guerra contra el crimen y las mafias terminó el año con un golpe espectacular: la cacería y asesinato de Arturo Beltrán Leyva, uno de los capos más violentos y sanguinarios del mundo del narcotráfico.
Otro evento positivo fue que, en medio de la crisis económica, la ciudadanía tuvo la oportunidad de optar por diversas alternativas políticas en las elecciones locales y federales; la democracia electoral funcionó en una de sus facetas: castigar el mal gobierno en tumo y dar oportunidad a otras opciones.
Sin embargo, en el balance final los eventos negativos pesan más que los positivos. Tal vez por ello, Felipe Calderón enunció el mejor epitafio dedicado al año que está por finalizar: `Lo único bueno de 2009 es que está por concluir`, 2009 será recordado como el año de la crisis o el año en el que todos estuvimos en peligro, por problemas económicos que vinieron de fuera ciertamente. pero la impericia de dentro los hizo más agudos y graves.
bm rlcardo_monreal_awlla@yahoo.com.mx
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