México aplaude a soldados en las calles, afirma el Presidente
Alonso Urrutia
Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 5 de noviembre de 2010, p. 4
Mexicali, BC, 4 de noviembre. De visita en la segunda Región Militar, el presidente Felipe Calderón reivindicó con vehemencia la vía castrense para combatir el narcotráfico y el crimen organizado. En un largo discurso, el mandatario prodigó elogios al Ejército y su participación en la preservación de la paz, pues, afirmó, en estos tiempos, la mayor amenaza para la libertad es el crimen organizado, “pero nunca nos rendiremos ni permitiremos vivir sometidos por el miedo a la violencia”.
Durante su discurso, Calderón consideró al Ejército como indispensable en el combate al crimen organizado, y en esta lógica dijo hablar en nombre de todo el país.
“Esta presencia del Ejército ha sido, además, enormemente valorada por los mexicanos, quienes verdaderamente sufren, precisamente, la inclemencia de la delincuencia, quienes aplauden a los soldados de México al avanzar por las calles en defensa de su seguridad y su libertad”, apuntó.
En la visita y convivencia con los soldados de esta región y sus familiares, el Presidente entregó becas para hijos de militares, reconocimientos para los asignados al combate al narcotráfico y a los deudos de los elementos castrenses muertos en la lucha contra el crimen organizado, a quienes calificó de héroes. Se informó que han sido 82 en lo que va del sexenio.
Ese encuentro en la región militar incluyó también la demostración de armas decomisadas a las bandas de narcotraficantes, una galería de fotos de las principales acciones del Ejército en esta lucha y la “exhibición de una operación de intervención urbana”, o lo que es lo mismo, una muestra de cómo operan los retenes del Ejército para detectar droga.
Con el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, como demostrador del uso de nuevos equipos de detección de droga (detector molecular GT-200), Calderón vio complacido la exhibición en la que participaron soldados y un perro para realizar el operativo de localización de enervantes.
Poco antes del discurso presidencial, el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, había prodigado, a su vez, elogios a Calderón, quien, aseguró, como comandante supremo de las fuerzas armadas ha tenido “don de mando y liderazgo” en esta lucha.
En ninguno de los discursos hubo espacio para la crítica, sólo agradecimientos mutuos, los cuales incluyeron, en el caso de Galván, su gratitud por las iniciativas de reforma para mejorar el marco legal de operación del Ejército en esta lucha.
En respuesta, el Presidente dijo que en mérito de “tan noble causa y tan noble cuerpo”, su gobierno ha autorizado, en medio de la peor crisis económica, sustanciales mejoras a las condiciones de operación de los soldados y se ha empeñado en mejorar las condiciones económicas de los mismos.
Calderón aseguró que en la sociedad hay conciencia de que la mayor amenaza y el mayor peligro a la libertad es la criminalidad en sus diversas variantes, entre las que destacó los delitos que “asolan y duelen” más, como el secuestro y la extorsión, y en general la violencia contra la sociedad.
Aseguró que la participación “temporal” del Ejército en la lucha contra el crimen organizado ha permitido que las fuerzas del orden local avancen en sus procesos de reorganización, de depuración y de fortalecimiento.
Ya en plena arenga en pro de la institución castrense, el Presidente dijo: “sepan ustedes, soldados de México, que en cada esfuerzo, en cada minuto de su aliento, se está construyendo una patria fuerte, una patria mejor a la que todos aspiramos. Ese México está saliendo de sus manos. Ese México está saliendo de ustedes en cada tarea que se cumple (…) Ese México, militares, ese México, soldados, vendrá y vendrá gracias a la lealtad, el valor, la disciplina y el patriotismo de las fuerzas armadas”.
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Periódico La Jornada
Viernes 5 de noviembre de 2010, p. 4
Mexicali, BC, 4 de noviembre. De visita en la segunda Región Militar, el presidente Felipe Calderón reivindicó con vehemencia la vía castrense para combatir el narcotráfico y el crimen organizado. En un largo discurso, el mandatario prodigó elogios al Ejército y su participación en la preservación de la paz, pues, afirmó, en estos tiempos, la mayor amenaza para la libertad es el crimen organizado, “pero nunca nos rendiremos ni permitiremos vivir sometidos por el miedo a la violencia”.
Durante su discurso, Calderón consideró al Ejército como indispensable en el combate al crimen organizado, y en esta lógica dijo hablar en nombre de todo el país.
“Esta presencia del Ejército ha sido, además, enormemente valorada por los mexicanos, quienes verdaderamente sufren, precisamente, la inclemencia de la delincuencia, quienes aplauden a los soldados de México al avanzar por las calles en defensa de su seguridad y su libertad”, apuntó.
En la visita y convivencia con los soldados de esta región y sus familiares, el Presidente entregó becas para hijos de militares, reconocimientos para los asignados al combate al narcotráfico y a los deudos de los elementos castrenses muertos en la lucha contra el crimen organizado, a quienes calificó de héroes. Se informó que han sido 82 en lo que va del sexenio.
Ese encuentro en la región militar incluyó también la demostración de armas decomisadas a las bandas de narcotraficantes, una galería de fotos de las principales acciones del Ejército en esta lucha y la “exhibición de una operación de intervención urbana”, o lo que es lo mismo, una muestra de cómo operan los retenes del Ejército para detectar droga.
Con el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, como demostrador del uso de nuevos equipos de detección de droga (detector molecular GT-200), Calderón vio complacido la exhibición en la que participaron soldados y un perro para realizar el operativo de localización de enervantes.
Poco antes del discurso presidencial, el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, había prodigado, a su vez, elogios a Calderón, quien, aseguró, como comandante supremo de las fuerzas armadas ha tenido “don de mando y liderazgo” en esta lucha.
En ninguno de los discursos hubo espacio para la crítica, sólo agradecimientos mutuos, los cuales incluyeron, en el caso de Galván, su gratitud por las iniciativas de reforma para mejorar el marco legal de operación del Ejército en esta lucha.
En respuesta, el Presidente dijo que en mérito de “tan noble causa y tan noble cuerpo”, su gobierno ha autorizado, en medio de la peor crisis económica, sustanciales mejoras a las condiciones de operación de los soldados y se ha empeñado en mejorar las condiciones económicas de los mismos.
Calderón aseguró que en la sociedad hay conciencia de que la mayor amenaza y el mayor peligro a la libertad es la criminalidad en sus diversas variantes, entre las que destacó los delitos que “asolan y duelen” más, como el secuestro y la extorsión, y en general la violencia contra la sociedad.
Aseguró que la participación “temporal” del Ejército en la lucha contra el crimen organizado ha permitido que las fuerzas del orden local avancen en sus procesos de reorganización, de depuración y de fortalecimiento.
Ya en plena arenga en pro de la institución castrense, el Presidente dijo: “sepan ustedes, soldados de México, que en cada esfuerzo, en cada minuto de su aliento, se está construyendo una patria fuerte, una patria mejor a la que todos aspiramos. Ese México está saliendo de sus manos. Ese México está saliendo de ustedes en cada tarea que se cumple (…) Ese México, militares, ese México, soldados, vendrá y vendrá gracias a la lealtad, el valor, la disciplina y el patriotismo de las fuerzas armadas”.
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