Bartra: en México la izquierda no es la que mienta madres, sino la que aporta soluciones

Arturo Cano

Periódico La Jornada
Miércoles 29 de febrero de 2012, p. 12

Noam Chomsky usó la fórmula para referirse a Estados Unidos, un año y medio después del 11 de septiembre. Armando Bartra la pone en el México de 2012: "El mayor problema del país es la sensación de que los problemas nacionahes no tienen solución; hay desesperanza, frustración, una depresión mucho más generalizada de lo que uno quisiera".

Esa desesperanza que domina el escenario nacional, sigue, da paso a caminos torcidos cuando se piensa en el futuro inmediato: las "soluciones mágicas del tipo de reformas estructurales"; la opción de que, "de los males, el menor"; un retorno al pasado en el que, "bueno, robaban pero algo dejaban", o bien, "de revoluciones fulminantes o salvadores providenciales".

La conversación con uno de los más reconocidos expertos en el campo mexicano ocurre con motivo, justamente, del inicio de una serie de actos bajo esta sombrilla: Los grandes problemas nacionales, diálogos por la regeneración de México.

Cada martes, desde el próximo 6 de marzo hasta finales del mes de mayo, el Club de Periodistas, en el Centro Histórico de la ciudad de México, será el escenario de tres mesas redondas y una conferencia magistral que abordarán una amplia gama de temas.

La organización corre por cuenta del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y de la Fundación Equipo, Equidad y Progreso (que promovía las aspiraciones de Marcelo Ebrard), y se inscribe, dice Bartra, en la línea de demostrar que "la izquierda no es la corriente de pensamiento que denuncia, critica y mienta madres. Hoy existe una izquierda propositiva, con soluciones. Es más, en México hay bastante avidencia de que los problemas los causa la derecha y las soluciones las propone la izquierda".

El programa preliminar anuncia conferencias magistrales a cargo de figuras como Lorenzo Meyer, Elena Poniatowska, Juan Ramón de la Fuente, Cuauhtémoc Cárdenas, Marcelo Ebrard, Javier Sicilia y Marta Lamas, entre otros.

Además, en mesas ordenadas en 22 grandes temas participarán más de 150 ponentes, a quienes sólo une que se ubican en el lado zurdo del país.

"Es una convocatoria a dialogar, a proponer. Una convocatoria hacia la izquierda en un sentido ecuménico, si queremos tomar la expresión como la convergencia de iglesias, pero también en el sentido de todos los que estamos en este mundo."

Un repaso del listado de ponentes apoya la idea que expresa el autor de La utopía posible: van de la izquierda socialdemócrata a la cristiana, pasando por la marxista y sus derivadas. Hay también representantes de la izquierda social, la formada en los gremios; la que tiene vinculaciones con la Iglesia católica; la obradorista e incluso la político-partidista ("lo que queda rescatable y propositivo de la izquierda de los partidos"). También hay ponentes de la vertiente zapatista, pese a que es "quizá la más resistente a participar en un debate sobre estos asuntos".

"No es momento de lamentaciones"

Bartra imagina debates "desde una perspectiva práctica, posibilista y, al mismo tiempo, utópica, generosa; creo que habrá las dos cosas, que hay talento para las dos cosas".

En el ámbito de la economía, por ejemplo, Bartra encuentra que "muchas ideas del viejo socialismo siguen siendo vigentes y lo son cada vez más, pero hoy encuentras un pensamiento de izquierda con propuestas concretas, con soluciones viables, con alternativas a la crisis del modelo neoliberal, es decir, posneoliberales, aunque no necesariamente poscapitalistas, y a otros que sí ofrecen esa perspectiva. Vaya, hay un debate que incluye a ex funcionarios públicos como Carlos Tello, a académicos como Rolando Cordera, a críticos como Luis Arizmendi. Esto demuestra que la izquierda está viva".

Los ponentes están siendo convocados a ofrecer "diagnósticos severos", sí, pero sobre todo propuestas. "No es momento de lamentaciones, de sólo señalar las lacras y hacer las críticas, es momento de decir esta es la vía, esta es la solución".

El espejo latinoamericano, a decir de Bartra, es la mejor prueba de que "hay una izquierda creativa, original, pensante, que está ofreciendo soluciones a problemas nuevos, que hay una izquierda posneoliberal. No digo que el neoliberalismo esté muerto y enterrado, pero cada vez es menos aceptable la receta tradicional, y la izquierda está siendo la única verdaderamente propositiva. No hay propuestas para salir de la situación crítica en la que se encuentra el subcontinente que no sean de la izquierda, de una izquierda tan diversa como la brasileña, encabezada por Lula da Silva y Dilma Rousseff, o la argentina de los Kirchner, o la versión andino-amazónica representada por Evo Morales y Rafael Correa".

La campaña por un candidato, dice Bartra, es "vital y muy importante". Pero con estos diálogos no se pretende hacer la campaña de Andrés Manel López Obrador. Por un lado, porque "la de un político de izquierda no puede ser una propuesta personal" y, por otro, porque de lo que se trata es de que "la gente sienta que está en un proyecto que ofrece caminos para resolver los problemas del país".

Quizá por eso las líneas elegidas, de Juan Jacobo Rousseau, para presentar los diálogos: "Antes de examinar el hecho por el cual un pueblo elige a un rey, sería conveniente estudiar el acto por el cual un pueblo se siente pueblo, ya que siendo este acto necesariamente anterior al otro es el verdadero fundamento de la sociedad".


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