Primero de Mayo, lista de atrocidades
Nada para festejar
Martín Esparza Flores
Martín Esparza Flores
Para los trabajadores de México y para
los sindicatos independientes nada hay que festejar éste Primero de Mayo
en que se conmemora el Día Internacional del Trabajo; las cifras del
desempleo y el aniquilamiento del poder adquisitivo de los mini salarios
han sido la constante durante el sexenio de Felipe Calderón cuya
política antilaboral y su modelo económico tendientes a salvaguardar las
finanzas del Fondo Monetario Internacional, y proteger las escandalosas
ganancias de los empresarios nacionales y extranjeros, tienen en la
pobreza extrema a 52 millones de mexicanos.
A este linchamiento oficial en contra de
la clase trabajadora se han sumado las Juntas Locales y la Federal de
Conciliación y Arbitraje que con la línea del Ejecutivo han pisoteado
los derechos de gremios como el de los mineros, los electricistas y los
trabajadores de Mexicana de Aviación, al emitir resoluciones amañadas
contrarias a lo establecido en la Ley Federal del Trabajo. Vergonzoso y
lamentable que esta andanada en contra del Estado de Derecho haya
encontrado eco en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El máximo
tribunal no ha sabido estar a la altura de las circunstancias y asumir
su función de imparcialidad como parte del equilibrio entre los Poderes
de la Unión.
Sobre el último Primero de Mayo en el
sexenio de Calderón todavía campea la sombra de una peligrosa Reforma
Laboral que amenaza con menoscabar por lo menos 24 conquistas
laborales, apoyada por los sindicatos corporativos como la CTM que se
han confabulado con el sector empresarial para minar los derechos
fundamentales de los trabajadores, tales como la estabilidad en el
empleo, el salario remunerador, condiciones de trabajo dignas, la
seguridad social y la libertad sindical.
Las cifras hablan del retroceso que en
materia social han experimentado millones de mexicanos en el gobierno de
Calderón Hinojosa; por ejemplo, indigna el saber que 30 millones de
trabajadores no tienen acceso a la salud y que México está catalogado, a
nivel internacional, como uno de los 20 países con la peor distribución
en el ingreso. Millones también han encontrado en la informalidad el
único camino para palear la crisis; otros muchos, orillados por la
lacerante miseria que priva en muchas regiones del país ante la falta de
oportunidades, han engrosado las filas del narcotráfico, encontrando la
muerte por la rivalidad de los cárteles.
Menores de edad son utilizados para
ingresar a las entrañas de las peligrosas minas clandestinas de
Coahuila y, en las ciudades, va en aumento el número de niños que
abandonan sus estudios para convertirse en vendedores de crucero ante
el dilema de ganar unas monedas que les libren del hambre, por la falta
de empleo de sus padres.
Por eso, este Primero de Mayo, los
sindicatos independientes y diversas organizaciones sociales habremos de
trocar el festejo en una manifestación de lucha. Es el momento de que
ante los embates del neoliberalismo, los trabajadores alcemos la voz y
demos una muestra de unidad, rechazando cualquier intento de reforma
laboral que como ya hemos visto en países como España, busca
flexibilizar los despidos y las negociaciones colectivas, dejando en la
indefensión y sin seguridad social a millones de personas.
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