Walmart, favorecida con licencias y contratos
Gerardo Fernández Casanova (especial para ARGENPRESS.info)
“Que el fraude electoral jamás se olvide”
Más
allá de las corruptelas por servicios y autorizaciones, de suyo
reprobables y punibles, está una montaña de verdadera corrupción en la
imbricación de intereses entre los gobiernos y la empresa, la que no se
pierde en las minucias de la mordida sino que atañe a la factura por la
venta del país. Desde que Carlos Salinas se impuso fraudulentamente en
la presidencia se instauró una especie de política de estado, aún
vigente durante cuatro sexenios de PRI y PAN, de entrega de la economía y
los recursos nacionales al extranjero. La apertura comercial
indiscriminada e inequitativa ha tenido como punta de lanza a las
grandes cadenas de establecimientos de ventas al menudeo,
particularmente Walmart y Cotsco, con el pleno respaldo de los gobiernos
y el también pleno repudio de un sector importante de la sociedad.
Baste recordar los casos emblemáticos del Walmart de Teotihuacán y el
Cotsco del Casino de la Selva en Cuernavaca.
La
tecnocracia neoliberal incrustada en el gobierno, enarbolando la
bandera de una supuesta modernidad, ha privilegiado la adopción de
formas culturales de consumo y comercialización ajenas a la realidad
nacional y, en vez de aportar al perfeccionamiento de lo propio, lo ha
tirado por la borda con la más absoluta falta de racionalidad.
Un
ejemplo que cobra actualidad por tratarse de la candidata del PAN a la
presidencia: En marzo de 2005, en estas mismas páginas, manifesté la
indignación que me provocó leer en La Jornada la nota de Alma E. Muñoz
del sábado 12 de marzo de ese año, en la que informa de una conferencia
de la señora Josefina Vázquez Mota, Secretaria de Desarrollo Social del
Gobierno Federal, quien “reconoció que mientras en los centros de abasto
rural DICONSA se registra una caída en las ventas de maíz y frijol, se
produce un alza en la adquisición de sopas instantáneas en las
comunidades más marginadas del país. La funcionaria ponderó positivo el
cambio de costumbres, incluso celebró que hoy los albañiles exigen a los
contratistas hornos de microondas para preparar sus almuerzos con sopas
instantáneas”. Lo que en su inmensa ignorancia pasó por alto la hoy
candidata es que, independientemente de la pésima calidad nutricional de
tales sopas, son elaboradas en el extranjero (USA) en correspondencia a
su cultura alimentaria y a los insumos propios, mientras que la
producción nacional de alimentos del campo languidece en el abandono. El
anterior es sólo un botón de muestra de la operación de punta de lanza
de las cadenas comerciales extranjeras en la implantación de formas de
consumo que favorecen la comercialización de bienes importados, en
contubernio con los pésimos gobernantes que hemos tenido que padecer.
En
el engaño propagandístico, tanto de la empresa como del gobierno
prianista, se argumenta que se generan miles de empleos en las tiendas
de la cadena: miles de niños o de adultos mayores dedicados al embolsado
de las mercancías cuyo salario es pagado con las propinas de la
clientela. Pero, para acabarla de perjudicar, por cada empleo generado
por las tiendas de la cadena, desaparece un mayor número de puestos de
trabajo en el comercio minorista que es llevado a la quiebra por la
competencia desleal, sumados a los del campo y la industria nacionales
igualmente quebrados por las importaciones. ¿Quieren mayor corrupción?
Fuente
Comentarios