El Papa y Obama se comprometen a impulsar valores para un mundo mejor
23 de septiembre de 2015
Destacado
Obama y el Papa Francisco en la Casa Blanca. Foto: J. Jesús Esquivel |
WASHINGTON (apro).- El Papa Francisco y el presidente Barack Obama
se comprometieron a impulsar una agenda de valores y de concordia para
heredar un mundo mejor a las nuevas generaciones, que vaya más allá de
las diferencias de credo.
Al darle la bienvenida en la Casa Blanca, junto a su esposa Michelle y más de 15 mil invitados, Obama agradeció al líder de la Iglesia católica lo que ha hecho en el mundo para promover la paz, la lucha contra el cambio climático y la pobreza, y por su papel como garante en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Cuba.
“Santo Padre, estamos agradecidos con usted por su invaluable apoyo a nuestro nuevo inicio con el pueblo de Cuba, el cual se sostiene en la promesa de mejores relaciones entre nuestros países, una mayor cooperación en nuestro hemisferio, y una vida mejor para los cubanos”, declaró el presidente en la Casa Blanca.
La histórica reunión, que incluyó una ceremonia militar como las que se ofrecen en las visitas de Estado y de Gobierno, con la excepción de que en ésta no hubo un saludo con 21 cañonazos, destacó por la determinación del Papa de pedir su cooperación a Estados Unidos en asuntos que mantienen polarizada a la sociedad de este país.
“Quiero que todas las mujeres y hombres de buena fe en esta gran nación apoyen los esfuerzos de la comunidad internacional para proteger a los vulnerables de nuestro mundo, y para estimular modelos integrales y alcanzables de desarrollo para que nuestras hermanas y hermanos gocen de la bendición de la paz y la prosperidad”, subrayó Francisco, en medio de aplausos y vítores.
Obama, quien no podía ocultar su alegría de recibir al Papa, le dijo que su presencia en Estados Unidos era un recordatorio de que la paz es la única alternativa a las diferencias que imperan en todo el mundo.
“El jardín de la Casa Blanca típicamente no está así de lleno”, señaló el presidente en referencia a las más de 15 mil personas que lo acompañaron para darle la bienvenida al máximo pontífice de la Iglesia católica.
“Pero el tamaño del espíritu de la reunión de hoy es solamente una pequeña reflexión de la profunda devoción de unos 70 millones de estadunidenses católicos”, insistió.
Y en varias ocasiones reiteró que Francisco era un ejemplo para todos los ciudadanos del mundo, más allá de las distintas religiones que profesan.
“Su santidad, usted es el primer Papa de las Américas”, sostuvo.
La sesión oficial en la Casa Blanca permitió a Jorge Bergoglio hablar de la necesidad de hacer cambios a las leyes de inmigración de Estados Unidos, continuar con la lucha al cambio climático, colaborar para darle solución a la crisis de refugiados y acabar con la disparidad económica en todo el planeta.
“Durante mi visita tendré el honor de hablar ante el Congreso, donde espero, como hermano de este país, ofrecer palabras de aliento a todos aquellos que guían el futuro político de la nación, en fidelidad con las bases de su fundación”, declaró el Papa.
En su mensaje de bienvenida, Obama estableció que su gobierno está preparado para continuar impulsando los valores humanos, la educación y la libertad de credo con el objeto de robustecer la fe entre las nuevas generaciones.
“La Iglesia, así como se ha puesto del lado de aquellos que luchan para romper las cadenas de pobreza, también ha dado voz y esperanza a todos aquellos que buscan romper las cadenas de la violencia y la opresión”, apuntó.
Después de la ceremonia oficial de bienvenida, el Papa y el presidente Obama se reunieron por espacio de 40 minutos en la Oficina Oval de la Casa Blanca, donde, sin tocar temas políticos, intercambiaron ideas sobre los asuntos de interés que tienen ambos y que comparten como un lista de objetivos a cumplir para el bienestar de la humanidad.
“Yo soy hijo de inmigrantes”, destacó el Papá al abordar el aspecto de la reforma inmigratoria en Estados Unidos y la criminalización con la que se ha tratado a los inmigrantes indocumentados.
Al concluir su reunión privada con Obama, Francisco salió de la Casa Blanca abordo del papamóvil, en el que recorrió unos 800 metros de distancia y durante los cuales saludó a las miles de personas que se encontraban detrás de las vallas de acero colocadas a lo largo y ancho de las calles de esta capital estadunidense.
Con los agentes de seguridad del Vaticano y del Servicio Secreto siempre a su lado y listos para evitar incidentes, el Papa pidió que le acercaran a tres niños y, sin descender del vehículo, los bendijo y les dio un beso en el cabeza.
Al concluir el recorrido por las calles de Washington, el pontífice encabezó la celebración de una misa en la Catedral de San Mateo, donde volvió a hablar de la necesidad de “hacer cambios a las políticas migratorias”.
A la ceremonia religiosa en San Mateo asistieron, entre otros políticos, el vicepresidente Joe Biden (católico) y su esposa, y los candidatos a la nominación presidencial republicana con sus respectivas esposas: Jeb Bush, Marco Rubio y Ted Cruz. Por parte de los aspirantes a la nominación presidencial demócrata asistió Martin O’Malley, exgobernador del estado de Maryland y quien profesa la religión católica.
En esta vista a Estados Unidos, que concluirá el próximo domingo en Filadelfia, Pensilvania, el jefe de la Iglesia católica tiene planeado un discurso ante las dos Cámaras del Congreso federal y ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, además de varias ceremonias religiosas y visitas con carácter humanitario a un centro penitenciario y de apoyo a los pobres.
Fuente
Al darle la bienvenida en la Casa Blanca, junto a su esposa Michelle y más de 15 mil invitados, Obama agradeció al líder de la Iglesia católica lo que ha hecho en el mundo para promover la paz, la lucha contra el cambio climático y la pobreza, y por su papel como garante en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Cuba.
“Santo Padre, estamos agradecidos con usted por su invaluable apoyo a nuestro nuevo inicio con el pueblo de Cuba, el cual se sostiene en la promesa de mejores relaciones entre nuestros países, una mayor cooperación en nuestro hemisferio, y una vida mejor para los cubanos”, declaró el presidente en la Casa Blanca.
La histórica reunión, que incluyó una ceremonia militar como las que se ofrecen en las visitas de Estado y de Gobierno, con la excepción de que en ésta no hubo un saludo con 21 cañonazos, destacó por la determinación del Papa de pedir su cooperación a Estados Unidos en asuntos que mantienen polarizada a la sociedad de este país.
“Quiero que todas las mujeres y hombres de buena fe en esta gran nación apoyen los esfuerzos de la comunidad internacional para proteger a los vulnerables de nuestro mundo, y para estimular modelos integrales y alcanzables de desarrollo para que nuestras hermanas y hermanos gocen de la bendición de la paz y la prosperidad”, subrayó Francisco, en medio de aplausos y vítores.
Obama, quien no podía ocultar su alegría de recibir al Papa, le dijo que su presencia en Estados Unidos era un recordatorio de que la paz es la única alternativa a las diferencias que imperan en todo el mundo.
“El jardín de la Casa Blanca típicamente no está así de lleno”, señaló el presidente en referencia a las más de 15 mil personas que lo acompañaron para darle la bienvenida al máximo pontífice de la Iglesia católica.
“Pero el tamaño del espíritu de la reunión de hoy es solamente una pequeña reflexión de la profunda devoción de unos 70 millones de estadunidenses católicos”, insistió.
Y en varias ocasiones reiteró que Francisco era un ejemplo para todos los ciudadanos del mundo, más allá de las distintas religiones que profesan.
“Su santidad, usted es el primer Papa de las Américas”, sostuvo.
La sesión oficial en la Casa Blanca permitió a Jorge Bergoglio hablar de la necesidad de hacer cambios a las leyes de inmigración de Estados Unidos, continuar con la lucha al cambio climático, colaborar para darle solución a la crisis de refugiados y acabar con la disparidad económica en todo el planeta.
“Durante mi visita tendré el honor de hablar ante el Congreso, donde espero, como hermano de este país, ofrecer palabras de aliento a todos aquellos que guían el futuro político de la nación, en fidelidad con las bases de su fundación”, declaró el Papa.
En su mensaje de bienvenida, Obama estableció que su gobierno está preparado para continuar impulsando los valores humanos, la educación y la libertad de credo con el objeto de robustecer la fe entre las nuevas generaciones.
“La Iglesia, así como se ha puesto del lado de aquellos que luchan para romper las cadenas de pobreza, también ha dado voz y esperanza a todos aquellos que buscan romper las cadenas de la violencia y la opresión”, apuntó.
Después de la ceremonia oficial de bienvenida, el Papa y el presidente Obama se reunieron por espacio de 40 minutos en la Oficina Oval de la Casa Blanca, donde, sin tocar temas políticos, intercambiaron ideas sobre los asuntos de interés que tienen ambos y que comparten como un lista de objetivos a cumplir para el bienestar de la humanidad.
“Yo soy hijo de inmigrantes”, destacó el Papá al abordar el aspecto de la reforma inmigratoria en Estados Unidos y la criminalización con la que se ha tratado a los inmigrantes indocumentados.
Al concluir su reunión privada con Obama, Francisco salió de la Casa Blanca abordo del papamóvil, en el que recorrió unos 800 metros de distancia y durante los cuales saludó a las miles de personas que se encontraban detrás de las vallas de acero colocadas a lo largo y ancho de las calles de esta capital estadunidense.
Con los agentes de seguridad del Vaticano y del Servicio Secreto siempre a su lado y listos para evitar incidentes, el Papa pidió que le acercaran a tres niños y, sin descender del vehículo, los bendijo y les dio un beso en el cabeza.
Al concluir el recorrido por las calles de Washington, el pontífice encabezó la celebración de una misa en la Catedral de San Mateo, donde volvió a hablar de la necesidad de “hacer cambios a las políticas migratorias”.
A la ceremonia religiosa en San Mateo asistieron, entre otros políticos, el vicepresidente Joe Biden (católico) y su esposa, y los candidatos a la nominación presidencial republicana con sus respectivas esposas: Jeb Bush, Marco Rubio y Ted Cruz. Por parte de los aspirantes a la nominación presidencial demócrata asistió Martin O’Malley, exgobernador del estado de Maryland y quien profesa la religión católica.
En esta vista a Estados Unidos, que concluirá el próximo domingo en Filadelfia, Pensilvania, el jefe de la Iglesia católica tiene planeado un discurso ante las dos Cámaras del Congreso federal y ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, además de varias ceremonias religiosas y visitas con carácter humanitario a un centro penitenciario y de apoyo a los pobres.
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