Elecciones en España: ningún bloque logra mayoría
Pedro Sánchez, dirigente del PSOE, segunda fuerza electoral, dijo que
está dispuesto a debatir para defender los intereses generales del paísFoto Reuters
El profesor universitario Pablo Iglesias, líder de Podemos, un partido
que nació hace año y medio y que obtuvo el tercer lugar con 69 escaños
en el ParlamentoFoto Reuters
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 21 de diciembre de 2015, p. 2
Lunes 21 de diciembre de 2015, p. 2
Madrid.
El conservador Partido Popular (PP) obtuvo 28.72 por ciento de los
votos, 123 escaños, en las elecciones generales efectuadas este domingo
en España, en las que por primera vez, desde la transición democrática,
se rompió el bipartidismo, según resultados oficiales. El opositor
Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con 90 diputados, será la
segunda fuerza del Parlamento español, pero vio cómo el partido
emergente Podemos, que conquistó 69, le disputa la hegemonía de la
izquierda. El derechista Ciudadanos, el cuarto partido en liza, también
emergente, logró un resultado muy inferior a las expectativas creadas,
con 40 diputados y 13.9 por ciento de los votos.Las grandes interrogantes que se abren con estos resultados es quién, cómo y cuándo se formará gobierno, ya que el reparto de votos representa una fragmentación de fuerzas en la que ningún bloque tiene la mayoría suficiente.
Las decimosegundas elecciones generales en España confirmaron el final del tradicional bipartidismo vigente desde 1977 e integrado por PP y PSOE, que perdió en conjunto más de 5 millones y medio de votos y redujo su presencia drásticamente, al pasar de 73.5 por ciento de apoyo del electorado a 50.77 por ciento.
Los grandes beneficiados son Podemos y Ciudadanos, que son dos formaciones jóvenes con más éxito, al convertirse en menos de un año en una de las cuatro patas del nuevo sistema político español. Además de forzar una nueva era en la política española en la que una de las prioridades será la lucha contra la corrupción y el perfeccionamiento de la democracia española.
Con ciento por ciento del escrutinio y una participación de 73.2 por ciento, el futuro Congreso de los Diputados –integrado por 350 escaños– quedará de la siguiente manera: PP, 123; PSOE, 90; Podemos, 69; Ciudadanos, 40; Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), nueve; Democracia y Libertad (antes Convergencia i Unió), ocho; Partido Nacionalista Vasco (PNV), seis; EH-Bildu, dos; Unidad Popular (Izquierda Unida), dos, y finalmente, Coalición Canaria (CC), uno.
Con estos datos, el PP es la formación que más votos y diputados pierde, al pasar de 187 diputados a 123, y de 10 millones 900 mil votantes en las elecciones de 2011 a 7 millones 215 mil 530 sufragios. El PSOE, a pesar de obtener su peor resultado histórico, no se mostró decepcionado al mantener la hegemonía en la izquierda y sumar más de 5 millones 530 mil 693 votantes, 341 mil 369 más que los obtenidos por Podemos, que logró 5 millones 189 mil 333 votos. Sin embargo, en la comparativa entre PP y PSOE, la formación conservadora ganó por más de 7 puntos y algo más de un millón 684 mil 837 votos.
Rajoy: relección en riesgo
Con estos resultados, ningún partido en solitario podrá formar gobierno, ni siquiera el candidato del PP y presidente del gobierno, Mariano Rajoy, cuya relección está en riesgo si no logra ponerse de acuerdo con otras formaciones. La mayoría absoluta requiere de 176 diputados, lo que supone un problema para los bloques que se podrían formar en función de la ideología, pero que después de una intensa y agresiva campaña están todavía muy lejos de concretarse, además de tener agendas y programas en las antípodas en algunos casos.
Por ejemplo, si se suman los diputados de PP y de Ciudadanos se obtienen sólo 163 escaños, muy por debajo de la mayoría absoluta. El problema que se presenta a Rajoy es que en los recientes cuatro años, en que ha gobernado a través de decretos-ley y aplicando el rodillo de su anterior mayoría absoluta, tiene prácticamente rotos los puentes de diálogo con el resto de las formaciones políticas, sobre todo con los nacionalistas catalanes, que tienen en conjunto 17 escaños.
Mariano Rajoy, actual presidente del gobierno español, tendrá que buscar acuerdos con otras formaciones para gobernarFoto Ap
Ahora, el que tiene la responsabilidad de llegar a acuerdos para formar gobierno es el PP, como el triunfador inequívoco de los comicios. Ante este reto, Rajoy advirtió que trabajará para alcanzar esos acuerdos que permitan garantizar la
estabilidaddel país.
Quien gana las elecciones debe intentar formar gobierno y creo que España necesita un gobierno estable. Se han hecho muchas cosas a lo largo de estos cuatro años y ahora necesitamos perseverar para crear muchos puestos de trabajo. Pero para ello España necesita un gobierno que tenga apoyo parlamentario. España necesita estabilidad, seguridad, certidumbre y confianza. Y yo voy a intentar llegar a entendimientos y acuerdos, señaló.
Unos minutos antes compareció el líder socialista Pedro Sánchez, a quien a pesar de la pérdida de votos los resultados le garantizan la continuidad en el cargo al no sucumbir ante los ataques que recibió durante la campaña de todas las formaciones, sobre todo de PP y de Podemos.
España quiere izquierda y quiere cambiar, pero los españoles han decidido con su voto que el PP sea la primera fuerza. Por eso he felicitado a Rajoy. El PSOE está dispuesto a debatir y dialogar para defender los intereses generales del país. Pero, en coherencia, le corresponde a la primera fuerza política intentar formar gobierno, expuso.
El líder de Podemos, el profesor universitario Pablo Iglesias, eufórico, enumeró las condiciones que pondrá a cualquier formación que pretenda conseguir el apoyo de su partido.
Hoy ha nacido una nueva España que pone fin al sistema actual. España ha votado cambio de sistema y eso requiere el blindaje constitucional de los derechos básicos, como la salud pública, el derecho a la vivienda. Esto es inaplazable e imprescindible. Así como una nueva ley electoral y una reforma a la Constitución para que haya una moción de confianza al gobierno en caso de incumplimiento del programa, aseveró.
Albert Rivera, de Ciudadanos, también se mostró dispuesto al diálogo, pero fijó sus líneas de actuación:
A partir de mañana en España se va a poder cambiar la injusta ley electoral que hace que los votos no valgan igual. Vamos a proponer un pacto nacional por la educación. Tenemos que ser los depositarios de toda esa gente de buena fe que quiere que España vuelva a ser un país decente. Desde el nuevo centro político podemos dialogar con los demás, de los extremos será más difícil, y lo haremos con todos aquellos que defiendan la unidad, la legalidad vigente y la igualdad, resaltó.
El futuro inmediato dependerá de las numerosas y variadas mesas de negociación que se abrirán entre todos los partidos, incluidos los más pequeños y, por supuesto, los nacionalistas, que podrían ser los que finalmente determinen hacia donde se inclina la balanza.
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