El Pleito con Trump Pura llamarada de Petate PEÑA LLAMA A LA UNIDAD NACIONAL...PERO ENTREGÓ TODO A LOS EXTRANJERO
Catedrática-Investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM,
Programa Frecuencia Laboral del 07 de abril de 2018,
MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES
Del largo silencio a la alharaca
México enfrenta desde hace dos años la
ofensiva neofacista del racista y xenófobo Donald Trump, hoy Presidente
de los Estados Unidos, cuyo objetivo “Hacer grande a América Otra vez” /
“Primero América” lleva a un retrógrado ultranacionalismo
crecientemente militarizado, que John Saxe denomina el
“nacionaltrumpismo”.
Desde su campaña Trump eligió a nuestro país y
a los trabajadores mexicanos en Estados Unidos, a los millones de
migrantes mexicanos que hoy trabajan sin papeles en ese país, como el
enemigo a vencer.
Con su diaria letanía contra los migrantes y
contra México en sus twits mañaneros nos convirtió en el enemigo público
número uno, en el ‘otro', en el de ‘afuera', que ha creado todos los
males de la sociedad americana: la drogadicción, la criminalidad, el
déficit comercial, la pérdida de empleos… Situación frente a la cual
propuso: cancelar el Tratado de Libre Comercio o renegociarlo bajo sus
condiciones, expulsar a millones de migrantes mexicanos y construir un
muro en la frontera con nuestro país que nosotros pagaríamos.
Necesitamos el muro para ayudar a detener el
flujo masivo de drogas desde México, ahora calificado como el país más
peligroso del mundo. Si no hay Muro ¡No hay Acuerdo!
Cuando México envía su gente [.. .] Están
trayendo drogas. Están trayendo crimen. Son violadores (www.animal
politico.com, 2016/11).
Nuestros trabajos están dejando el país y se van a México, y a muchos otros países (elpais.com, 2016/11/08).
México no se aprovechará más de nosotros.
No tendrán más la frontera abierta. El más grande constructor del mundo
soy yo y les voy a construir el muro más grande que jamás hayan visto. Y
adivinen quién lo va a pagar: México.
El gobierno mexicano recibió a Donald Trump,
con alfombra roja, siendo candidato y desde ese momento el desencuentro
fue creciendo llegando a cancelarse citas previamente convenidas. La
respuesta oficial de nuestro país fue tibia y silenciosa: el muro es
asunto de ellos, no lo pagaremos nosotros, pero si lo construyen es su
decisión soberana; la renegociación del TLCAN avanza… la cooperación se
mantiene…
Sólo hasta la primera semana de abril Peña
Nieto dijo algo, se atrevió a hablar frente a la declaración de Trump de
militarizar la frontera ante la “invasión” de la caravana
centroamericana de migrantes. Declaración que fue ampliamente difundida
por los medios de comunicación y repetidamente apoyada por los
organismos voncingleros del país en aras de la unidad nacional
inexistente. Pero en los hechos se entrega al país en la renegociación
del TLCAN y se subordina a la política internacional neofacista y
militarista del imperialismo estadounidense representado por Donadl
Trump.
La renegociación del TLCAN
Como acostumbran, el gobierno participa en la
renegociación el TLC, sólo con la compañía de los representantes
empresariales, en el cuarto de a lado; lo hace sin la participación de
los trabajadores; y, por supuesto, lo hacen en secrecía, sin consulta ni
discusión democrática. Y la negociación, trabada y saboteada
cotidianamente por los twits mañaneros, avanza lentamente.
Cuatro son los puntos más graves de la
imposición del neofacista Trump: acabar con el tratado cada cinco años;
aumentar el contenido estadounidense en la industria automotriz; imponer
una exportación temporal a la producción agrícola; cambiar las
instancias que dirimen los juicios de controversias entre empresas y
gobiernos a jurados ad hoc de Estados Unidos.
Al mismo tiempo que antes y durante la
renegociación y al margen de ella, Trump negocia acuerdos sobre
productos específicos, como el azúcar, o impone impuestos unilaterales a
la importación de algunos productos, como el acero y el aluminio, so
pretexto de la seguridad nacional de su país. Y, con ello, ha desatado
una guerra comercial.
Otro punto puesto sobre el tapete son los
bajos salarios de lo trabajadores mexicanos. El salario mínimo en México
es uno de los más bajos del mundo y los diferenciales salariales entre
los trabajadores mexicanos, estadounidenses y canadienses es enorme. El
TLCAN no fue benéfico para los trabajadores, es un trabajo que responde a
los intereses del capital.
En el TLC no se trata la problemática de los
trabajadores migrantes ni el tráfico de armas, ni la trata de personas,
ni los flujos financieros ilícitos, ni el lavado de dinero.
La política exterior nefoacista
Frente a la política exterior de Estados
Unidos, sostenida por Trump y su gabinete en perpetua recomposición en
donde crece la presencia de militares de ultraderecha, el gobierno
mexicano también calla y otorga o, peor tantito, la acompaña.
La ofensiva imperialista contra Vemezuela
desde Obama y que hoy no excluye la opción militar es acompañada por
México en la OEA y en cuanto ministerio de colonias hace presencia,
Frente al desconocimiento de Jerusalén como
ciudad internacional, donde coexisten históricamente las tres grandes
religiones (cristiana, musulmana y judía), donde se ha reconocido la
presencia de Palestina y de Israel, Trump decide reconocer a esta ciudad
sólo como israelí y traslada su embajada que, como las de los países
que tienen relación con ese país, desde Tel Aviv. Y el gobierno
mexicano, la Secretaría de Relaciones Exteriores, en manos del aprendiz y
amigo (¿socio?) del yerno de Donald Trummp, no dicen nada.
Y cuando Estados Unidos expulsa a diplomáticos coreanos, el gobierno mexicano hace lo mismo sin que venga a cuento alguno.
En resumen, en la última
declaración de Peña Nieto sobre los dichos de Donadl Trump y en los
hechos que mal construyen la relación México-Estdados Unidos,
encontramos mucho ruido y pocas nueces.
Dra. Josefina Morales es Investigadora
titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y miembro
de la dirección colectiva de la Sociedad Latinoamericana de Economía
Política y Pensamiento Crítico.
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