México "perdió la batalla por el mercado interno"
Lorenzo Lazo Margáin, miembro del consejo asesor de México Cumbre de
Negocios, expresó que se debe convocar a un acuerdo nacional de visión
de país, donde las diferencias no sean elementos de hostilidad electoral
o de división y confrontación socialFoto Cristina Rodríguez
Roberto González Amador
Periódico La Jornada
Jueves 12 de abril de 2018, p. 20
Jueves 12 de abril de 2018, p. 20
El país perdió la batalla de fortalecer el mercado
interno. Mientras ganó con el libre comercio su inserción en el mercado
externo y al construir una relación con Estados Unidos y Canadá,
difícil de revertir, en el plano interior las empresas extranjeras
desplazaron a las nacionales, plantea Lorenzo Lazo Margáin, miembro del
consejo asesor de México Cumbre de Negocios, uno de los más importantes
espacios de discusión del sector privado.
El mercado interno tiene una demanda potencial enorme. Si la apertura comercial trae ventajas tecnológicas y de innovación, que las trae, bienvenidas. Pero no debe ser a costa de que se repatrien utilidades y no se reinvierta en México, enfatiza el también socio director de Alemán Velasco y Asociados, en entrevista con La Jornada.
Considera necesario, en el inicio de la campaña por la Presidencia, un acuerdo nacional que involucre a sectores amplios de la población y no sólo a los candidatos o a los partidos políticos que los postulan, en una discusión sobre los temas que el país debe atender en el largo plazo.
“Debemos realizar la campaña que los candidatos no hacen por estar muy ocupados peleando entre sí, evadiéndose y creyendo que con ironía o una eventual simpatía es suficiente. He platicado con distintas personas acerca de la necesidad de invitar a los partidos políticos, no digo a los candidatos porque ya estamos en un nivel de vanidad de que son inalcanzables, a que platiquen para encontrar elementos de conciliación.
Convoquemos a un acuerdo nacional de visión de país, donde las diferencias muy marcadas que pueda haber no sean elementos de hostilidad electoral o de división y confrontación social. El candidato puede ganar o perder, pero la fractura social se queda. Lo importante es conservar la cohesión de la sociedad mexicana, plantea.
“Necesitamos un diálogo donde los ciudadanos planteen y los candidatos escuchen, y no al revés, como sucede ahora.
Hoy vivimos una oferta política en que una de las opciones dice que hay que tapar un agujero y la otra sostiene que, por la misma razón, no hay que taparlo. El nivel de contradicción y confusión que genera en el votante debe ser resuelto con un acuerdo nacional de largo plazo y una visión de país a futuro, enfatiza.
–¿Cuáles son, si los hay, los temas en que los partidos políticos están de acuerdo, por ejemplo en materia económica?
–En los fundamentos macroeconómicos que se han construido desde el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000): déficit fiscal y deuda limitada, una baja inflación y tipo de cambio flexible. Esta visión ha transitado por varios sexenios y ya es de acuerdo nacional. Pero hay una falacia en creer que si las finanzas públicas están bien el resto del país está bien. Las finanzas públicas están bien, pero el resto de México necesita políticas e incentivos para que el resto de la economía nacional funcione bien.
“Hemos perdido la batalla del mercado interno. Hemos ganado la batalla del libre comercio hacia el mercado externo y la relación con Estados Unidos y Canadá es tal que sería difícil regresarla a como estaba antes del TLCAN. Pero en el mercado interno vemos que la presencia de empresas extranjeras ha desplazado, y no es crítica, a industrias nacionales, como la del juguete y la confección, por citar un par. Necesitamos pasar de ser un país de proveeduría de alta calidad a uno de innovación de alta calidad.
–¿A qué atribuye este rezago del mercado interno?
–El mercado interno tiene una demanda potencial enorme. Necesitamos determinar si la apertura comercial nos trae ventajas tecnológicas y de innovación, que son bienvenidas. Pero si eso es a costa de que se repatrien utilidades y no se reinviertan en México, entonces necesitamos empresarios que compitan para que esos mismos productos los hagamos empresas nacionales, en asociaciones estratégicas, con convenios que vinculen con firmas extranjeras.
Fuente
–En los fundamentos macroeconómicos que se han construido desde el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000): déficit fiscal y deuda limitada, una baja inflación y tipo de cambio flexible. Esta visión ha transitado por varios sexenios y ya es de acuerdo nacional. Pero hay una falacia en creer que si las finanzas públicas están bien el resto del país está bien. Las finanzas públicas están bien, pero el resto de México necesita políticas e incentivos para que el resto de la economía nacional funcione bien.
“Hemos perdido la batalla del mercado interno. Hemos ganado la batalla del libre comercio hacia el mercado externo y la relación con Estados Unidos y Canadá es tal que sería difícil regresarla a como estaba antes del TLCAN. Pero en el mercado interno vemos que la presencia de empresas extranjeras ha desplazado, y no es crítica, a industrias nacionales, como la del juguete y la confección, por citar un par. Necesitamos pasar de ser un país de proveeduría de alta calidad a uno de innovación de alta calidad.
–¿A qué atribuye este rezago del mercado interno?
–El mercado interno tiene una demanda potencial enorme. Necesitamos determinar si la apertura comercial nos trae ventajas tecnológicas y de innovación, que son bienvenidas. Pero si eso es a costa de que se repatrien utilidades y no se reinviertan en México, entonces necesitamos empresarios que compitan para que esos mismos productos los hagamos empresas nacionales, en asociaciones estratégicas, con convenios que vinculen con firmas extranjeras.
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